En 1964 Corll se alistó en el servicio
militar a pesar de su condición cardíaca, durante su tiempo como soldado
se dio cuenta de su homosexualidad, por este motivo fue dado de baja
después de haber servido por 10 meses. Pronto regresó a la tienda de
dulces para ayudar a su madre. Con el tiempo se convirtió en el dueño de
la empresa y daba dulces gratis a los niños para que visiten la tienda,
a muchos de los locales les parecía extraño que Corll pase mucho tiempo
con niños y en especial con adolescentes, sin embargo nadie se acordó
de esto cuando las desapariciones de jóvenes comenzaron a producirse.
Después del tercer matrimonio fracasado
de su madre en 1968, Mary se mudó a Colorado. Ella y Dean se mantenían
en contacto por teléfono, pero ella jamás volvió a ver a su hijo de
nuevo. La empresa de dulces empezó a fallar y, como su padre antes que
él, Dean tomó un trabajo de electricista en “Houston Lighting and Power
Company”, lugar donde trabajó hasta el día que lo mataron.
Cuando había cumplido los 30 años
experimentó un severo cambio de personalidad volviéndose híper sensitivo
y tétrico. Entonces empezó a pasar más tiempo con adolescentes y a
hacer reuniones donde se drogaban con fundas de papel que contenían
pintura o pegamento.
Lo más extraño de Corll era tal vez la elección de sus amigos, quienes
en gran parte eran adolescentes masculinos entre 13 y 20 años. De todos
sus conocidos sólo dos eran bien cercanos a Dean: Elmer Wayne Henley de
14 años y David Owen Brooks de 15 años.
Los tres pasaban mucho tiempo en la casa de Corll o paseando en su
furgoneta blanca, pero en una ocasión Brooks entró al apartamento de
Dean para encontrarlo desnudo con dos muchachos atados y desnudos
también, tan nervioso se puso Corll, que liberó a los jóvenes y le
regaló el coche a Brooks para comprar su silencio. Pronto la demencia de
Corll le llevó a ofrecerles a David y a Wayne la cantidad de $200 por
cada muchacho que le trajesen.
La característica que todas las víctimas compartían era que todos eran
adolescentes hombres de menos de veinte años. El primero en morir fue
Jeffrey Konen de 18 años, quien desapareció el 25 de Septiembre de 1970,
mientras hacía autostop. Konen fue dejado en la esquina de la carretera
de Westheimer, fue recogido por Corll, quien le ofreció llevarlo a su
casa en Braeswood Place. La amable apariencia convenció al joven Jeffrey
de subirse al coche. Konen fue la única víctima de esa edad y que no
vivía en el barrio de Corll. El resto de la víctimas eran adolescentes
mas jóvenes que vivían en Houston Heights, un barrio pobre, una de ellos
fue Homer García de 15 años, quien conoció a Henley cuando estudiaba en
la escuela de conducción, él fue invitado a una de las fiestas en la
casa de Corll.
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