viernes, 2 de octubre de 2015

Misterios en la Peninsula Iberica (El Barranco de Badajoz, "más de cien años de misterio" [I])

El Barranco de Badajoz o Chamoco, es un barranco o cañón situado en la Isla de Tenerife, enmarcado dentro del término municipal de Güímar en el sureste de la isla.
El vestigio prehistórico más significativo que se encuentra en esta zona, demostrando así la actividad aborigen del lugar, es la Cueva del Cañizo; la cual está a 100 m de altura, aproximadamente, a la mitad del camino y en la pared izquierda del barranco que debe su nombre a las doce varas de madera de sabina, que se hallan colocadas en el techo de la misma; las que se pueden ver desde el cauce del barranco.



Son muchas las leyendas y las anécdotas sobre experiencias que han tenido muchos de los que han visitado y permanecido, principalmente de noche, en el Barranco de Badajoz. Muchas personas aseguran haber tenido apariciones de seres "angélicos" y de haber experimentado diversos fénomenos paranormales. Además varias "Momias Guanches" han sido encontradas en la zona, de modo que el lugar es importante en yacimientos arqueológicos.


Son muchas las historias sobre este paraje, las que circulan; desde encuentros con seres blancos, luces en la montaña, desapariciones extrañas... un sin fin de relatos, de los cuales algunos quedan constatados en los archivos de la guardía civíl del lugar. Dos de estas historias llaman poderosamente mi atención, la primera ocurrida en el año 1891 y protagonizada por una niña a quien su madre, como algo cotidiano manda a buscar peras al barranco, la niña se adentró en el lugar desapareciendo por varias décadas, a pesar de los rastreos realizados por los vecinos de la zona nunca fue encontrada. Hasta que un día apareció de nuevo en su casa, con la misma ropa y años que tenía al desaparecer. La niña contó que obedeciendo a su padres fue a recoger frutas al barranco, quedándose la pequeña dormida vencida por el cansancio, cuando un ser alto y blanco, asi fue descritro, la despertó invitándola a que lo acompañara, la pequeña no sintió ningun miedo y accedió a la petición. La llevo a una cueva que poseía una escaleras que llevaban a un jardín donde habían más seres como él, después de acompañarla otra vez a la salida, se despidió de la pequeña pero lo que para ella habia sido unas horas en el pueblo habian transcurrido años. Para ella solo habían sido unas horas, en realidad fueron 20 años...

 

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