El origen de esta historia se remonta a 1719, cuando los católicos de las tierras altas se levantaron en armas contra
los ingleses en apoyo de las pretensiones al trono de Jacobo Estuardo,
decidido a restaurar la monarquía escocesa. Dos navíos españoles fueron
enviados para apoyar la rebelión. Fondearon en la bahía y se instalaron
en Eilean Donan, pero los ingleses reaccionaron rápido, enviaron barcos y
tropas, hundieron los barcos españoles y derrotaron a sus tripulantes
entre los muros del castillo. Por lo que dicen, el alma de uno de ellos (según los guias de la zona era el capitan de uno de los navios y de nombre Carlos) se
quedó allí para siempre, enredado entre las piedras, las brumas y la
leyenda, como aquel otro que inspiró a Oscar Wilde a escribir 'El
fantasma de Canterville. Parece ser que se aparece con la cabeza entre las manos, asustando a los turista, a excepción de los españoles, supongo que por el "idioma" si consiguen comunicarse con el espectro
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