jueves, 6 de octubre de 2016

Leyendas en Catalunya ("El Centro de Beneficencia Casa Puig [II]")

Fue de ese modo que surgieron los llamados “Hogares escuela" u "Hogares de aprendizaje”, cuyo principal objetivo era enseñar a los niños a enfrentarse con los retos y problemas que después tendrían en su vida como adultos. Para ello, asignaban a los muchachos puestos de trabajo dentro de la propia institución desempeñando cargos públicos de lo más variado, como jueces, alcaldes y concejales, creando una especie de pequeño mundo donde ellos debían desenvolverse. En función de la edad, había los "Hogares Cuna" que acogían niños de 0 a 3 años, los "Hogares Infantiles (Hogar de Aprendizaje-1)" que acogían niños de entre 3 a 7 años, los "Hogares Escolares (Hogar de Aprendizaje-2)" que acogían niños de entre 7 a 12 años, y los "Hogares Profesionales (Hogar de Aprendizaje-3)", que proporcionaban enseñanzas teórico-prácticas de oficio o técnico fuera del hogar, donde los alumnos tenían ocupaciones retribuidas, recibiendo enseñanzas complementarias de su formación cultural, política, física, moral y social. Paralelamente, la Iglesia introdujo las practicas religiosas en todos los centros. La Ciudad de los Muchachos Casa Puig se correspondía con el Hogar de Aprendizaje-2, y estuvo dirigida por el teniente de alcalde de Barcelona, Alfredo de Casanova Fernández. Tras la construcción de cinco nuevos pabellones con jardines, piscina y campo de fútbol al lado de la antigua masía, el conjunto fue oficialmente inaugurado el 21 de junio de 1951 bajo la presencia del alcalde de Barcelona Antoni Maria Simarro Puig y la asistencia de numerosas autoridades. Tres años después se abrió el último edificio, destinado a salón de actos, oficinas de la dirección, habitaciones y comedor para el profesorado. La prensa de la época se hizo eco del nuevo internado exaltándolo como una gran obra social: "Preciosos los pabellones de la pequeña ciudad de ensueño, con su hermoso templo pronto a inaugurarse y sus jardines, plazas y paseos y su campo de deportes. Allí los chicos, gozan de plena libertad, en medio de bosques dilatadísimos, sin cercos que les estorben. Tratados con dulzura y modos convincentes, gozan de espléndida ventilación en todas sus dependencias, aromadas por los millares de pinos que las rodean, creciendo así, sanos y fuertes, los casi ciento cincuenta muchachos que en su ciudad residen. En admirable camaradería, gozan de verdadero calor de hogar y de cuantas solicitudes requiere todo adolescente, para llegar a ser hombres sanos de cuerpo y alma".


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