jueves, 6 de octubre de 2016

Leyendas en Catalunya ("El Centro de Beneficencia Casa Puig [III]")

Sin embargo, la realidad distaba mucho de aquellas buenas pretensiones porque el internado fue un auténtico centro de reclusión, donde los niños eran sometidos a una disciplina pseudo militar de gran trasfondo ideológico y, por consiguiente, adoctrinador de los valores del catolicismo y del régimen franquista. Estos niños, pertenecientes en su mayoría a las clases sociales más desfavorecidas, padecían a menudo todo tipo de castigos físicos (como azotes, beber un frasco de aceite de ricino o reclusión en cuartos oscuros) y psicológicos (como la prohibición de ver a los padres y familiares los días de visita semanal, la prohibición de mantener conversaciones después de la cena o reducir las raciones de comida). En definitiva, el miedo, la represión y la prohibición servían para controlar cualquier tipo de situación. Estas prácticas eran frecuentemente encubiertas a la luz pública, y los docentes solían asegurar que quienes eran castigados era porque realmente se lo merecían o bien que el castigo era en verdad moderado en relación con la falta cometida por el niño. En definitiva, el la metodología nada tenía que ver con las instituciones similares de otros países regidos por un sistema democrático.
La enseñanza recibida era muy variada, habiendo especialidades en ciclos medios y superiores como comercio, idiomas, actividades artísticas e incluso acceso a estudios universitarios, según los casos. Tal y como narraba la prensa, "Este proceso formativo, de tan trascendental importancia social, arranca en definitiva de la recogida de mendigos que, según las nuevas directrices de la Beneficencia municipal, pasan al Pabellón de Clasificación de Mendigos. Desde éste los seleccionados pasan al Asilo del Port, cuya organización se ciñe esencialmente a una tarea formativa de tipo artesano, dentro de unas posibilidades suficientes, pero limitadas en sí mismas. Entre los niños escogidos para el Asilo del Port se procede a una última selección, de acuerdo con la cual aquellos mejor dotados pasan a la Ciudad de los Muchachos, donde cursan estudios de enseñanza media, y desde aquélla a la recién creada Casa de Familia, en la que estudian la carrera superior que responda a su vocación o a sus aptitudes".


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