miércoles, 13 de julio de 2016

Historia de Catalunya (La "Peste Negra" [VI])

Los apestados juntaron a otro colectivo terriblemente marginado de la vida social como era el de los leprosos (que iban de pueblo en pueblo usando una campanilla o un cencerro para advertir de su presencia). No sólo la Peste Negra afectó los subconscientes colectivos de una manera tan acusada; de otros fenómenos de carácter más bien psicológico contribuyeron a desatar una incontrolable sugestión de integrismo religioso que llegaba a límites de paroxismo místico. Muchas regiones del continente se vieron inundadas de puñados de fieles que se suicidaban colectivamente o se tiraban a predicar una nueva cruzada liberadora para redimir sus pecados. Un buen ejemplo es la Cruzada de los Niños de 1212, originada por las prédicas de algunos religiosos fanáticos que llegaron a influir completamente las masas de niños y adolescentes haciendo que miles de ellos se movilizaran tras un ideal exaltado que prometía la reconquista de tierra Santa de manos de los infieles musulmanes. Allí donde los caballeros cruzados no habían podido triunfar, aseguraban que los niños y jóvenes lograrían una victoria definitiva sin ni siquiera tomar las armas. A pesar de que la Iglesia católica condenó aquella locura, el Papa Inocencio III se vio impotente a la hora de evitar que hasta un total de dos expediciones infantiles y juveniles salieran de Francia y Alemania encabezadas por dos niños (Nicolau y Esteve) que eran considerados directamente interlocutores con Dios.Aparte de ser una posible causa de la leyenda (que derivó en cuento popular) del flautista de Hamelin (el recuerdo quedó muy marcado en Alemania) unos 15.000 niños y niñas murieron de frío y hambre por los caminos ... o acabaron convertidos en esclavos cuando fueron capturados por comerciantes egipcios que aprovecharon la ocasión para hacer un jugoso negocio. Años más tarde también se hizo tristemente famosa la Cruzada de los Pastorets (1251), de grupos de adolescentes de 15 años comandados por el oscuro monje Jacob que, después de muchas atrocidades, acabaron para saquear y predicar una nueva religión basada en la amor, en la tradicional zona herética de Occitania -influïda por catarisme-. Condenados también por la iglesia, fueron perseguidos y exterminados progresivamente para garantizar el orden y eliminar aquella subversión que discutía el feudalismo y la jerarquía eclesiástica (los últimos pastorcillos fueron liquidados por las tropas de Enrique III de Inglaterra).

No hay comentarios:

Publicar un comentario