jueves, 9 de junio de 2016

Historia de Catalunya (Los Condados [XIX])

El condado de Manresa 

Fue el término con que se denominó al extremo occidental del condado de Osona, a partir del Moianès y del Bages; gracias a la expansión cristiana por tierras del al-Ándalus, el área, llamada condado de Manresa, se extendió hacia la Anoia, Segarra y Urgell.

En el último cuarto del siglo IX se inició una corriente emigratoria de gentes que se desplazaban desde las regiones del pirineo y pre-pirineo (Pallars, Alt Urgell y la Cerdanya), que estaban, por aquel entonces, superpobladas, hacia la parte central configurada por las actuales comarcas del Ripollès, el Valle del Lord, el Berguedà, Lluçanès, la Plana de Vic, las Guilleries y Bages, que se encontraba despoblada como consecuencia de la revuelta de Aysun que diezmó la región. El área repoblada estaba rodeada por los condados que dominaba Guifré "el Pilós" (878 – 897), el cual intervino organizando la administración eclesiástica y civil. En un principio, y cuando las características y la situación de la zona lo permitían, Guifré, anexionaba las áreas repobladas a un condado ya existente: El Valle de Lord se incluyó en el condado de Urgell, y el pagús de Berga (el actual Berguedà) fue adjudicado al condado de la Cerdanya.

Por otra parte, la región central del Ripollès, Plana de Vic, Lluçanès y las Guilleries, configuraban un territorio bien estructurado alrededor de la ciudad de Ausa con una tradición étnica propia (era el antiguo país de los ausetanos), debido a ello, Guifré creó un distrito propio: el condado de Osona, al que se añadieron las tierras del Moianès y del Bages, que, aunque éstas ya contaban con un núcleo tradicional (la ciudad de Manresa), así como con una personalidad histórica derivada de su pasado como país de los lacetanos, por su situación de primera línea de frontera con el Islam y por su población, no tenían, sin embargo, suficiente peso para constituir una demarcación específica. De ahí el valor meramente geográfico y nunca jurídico de la expresión condado de Manresa conforme lo atestiguan los documentos a partir del año 906. La constatación del carácter local que adquiere esta expresión, es el hecho de que nunca hubo vizcondes de Manresa, en tanto que sí hubo vizcondes de Barcelona, de Girona y de Osona.

El centro del condado era el pagus de Manresa, con una notable diferencia respecto al de Osona, debido a los privilegios que le otorgó el rey Odón en el 889 y 890. Las conquistas de este condado por tierras musulmanas se fijaban con torres de defensa llamadas manresanas. La denominación condado de Manresa cayó en desuso durante el siglo XII, cuando el territorio del antiguo condado quedó dividido en las veguerías que se constituyeron.

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