viernes, 3 de junio de 2016

Historia de Catalunya (Los Condados [X])

Cerdanya II

Por eso, a la muerte de Guifré "el Pilós" (897) sus hijos: Guifré Borrell, Miró, Sunifred y Sunyer, pasaron a gobernar conjuntamente todos los dominios de su padre, administrándolos bajo presidencia del primogénito, Guifré Borrell. Aunque pronto, cuando cada uno de los condes cogobernantes tuvo descendencia, hizo falta abandonar la idea de herencia conjunta y, entonces, cada hijo transmitió individualmente a sus herederos la parte del conjunto condal que regía: Guifré Borrell y Sunyer, Barcelona, Girona y Osona; Sunifred, Urgell; y Miró, Cerdanya, Conflent y Berga. Este reparto de la herencia de Guifré "el Pilós" tuvo como consecuencia la separación de los condados de Urgell y Cerdanya, que habían estado unidos durante todo el siglo IX; la evolución posterior de la historia de las dinastías condales catalanas hizo que esta separación fuese irreversible. Por otra parte, al condado de Cerdanya fueron anexionados los pagi de Berga, Conflent, Fenolleda y Capcir; además, a la muerte del conde Radulfo de Besalú, acontecida entre los años 913 y 920, el conde Miró de Cerdanya se anexionó el condado de Besalú.

A la muerte de Miró (927), sus condados pasaron a sus hijos en régimen de cogobierno indiviso, pero, como eran menores de edad, ejerció la regencia su madre la condesa viuda Ava, hasta que, hacia el 941, al hacerse mayores de edad, asumieron plenamente las funciones condales: el primogénito, Sunifred (927–965), tomó el gobierno de Cerdanya, Guifré II, subordinado a Sunifred, fue conde de Besalú (927–957), Oliba Cabreta colaboró con Sunifred en el gobierno de Cerdanya, y Miró Bonfill se hizo eclesiástico.

Tras las muertes de Guifré II (957), asesinado a raíz de una revuelta en el condado, y de Sunifred (965), posiblemente soltero, la nueva cabeza del linaje fue Oliba Cabreta; éste gobernó Cerdanya y encomendó el condado de Besalú a Miró Bonfill (965–984) que, actuando como subordinado suyo, lo rigió incluso después de haber sido nombrado obispo de Girona, en 971. Cuando murió Miró Bonfill (984), Oliba Cabreta quedó como único gobernante del condado de Cerdanya, que comprendía la Cerdanya, el Baridà, la Vall de Ribes, el Vall de Lillet, el Berguedá, Besalú, el Ripollés, el Vallespir, la plana alta del Rosello desde Illa hasta Saint-Estève, el Conflent, la Fenolleda, el Capcir, el Donasà y Perapertusa.

En 988 Oliba Cabreta se retiró al Monasterio de Montecasino, donde se hizo monje. Entonces, sus condados se los repartieron sus hijos Oliba (Ripoll y Berga), Guifré II (Cerdanya y Conflent), y Bernat Tallaferro (Besalú). El 1002, Oliba se hizo monje en Ripoll; entonces Berga fue anexionada a la Cerdanya, y Ripoll a Besalú.

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