viernes, 3 de junio de 2016

Historia de Catalunya (Los Condados [IX])

Cerdanya [I]

El Condado de Cerdaya fue uno de los constituidos en el territorio denominado Gotia. En sus orígenes, el condado de Cerdanya estuvo formado por el alto valle del Segre.
A principios del siglo IX, tras la conquista del territorio por los francos, que puso fin al dominio árabe, el Condado de Cerdanya fue gobernado por Borrell de Osona, que también era conde de Urgell (798?–812), que estaba bajo la autoridad de los condes de Tolosa. Tras el gobierno de Borrell, los condados de Urgell y Cerdanya fueron regidos por los condes aragoneses Aznar I Galíndez y su hijo Galindo I Aznárez. El 834, estos dos condados fueron concedidos a Sunifred de Urgell-Cerdanya, a quien se le atribuye ser hijo de Borrell de Osona. Sunifred los rigió hasta que murió hacia 848, quizás asesinado por hombres fieles a Guillem II de Tolosa, hijo de Bernat de Septimania, conde ejecutado el 844 en Tolosa por haberse rebelado contra el rey Carlos "el Calvo", al que Sunifred se había mantenido leal.

Tras la muerte de Sunifred, los dos condados fueron regidos por el conde Salomó de Urgell-Cerdanya (848–870), de quien no sabemos casi nada por escasez de documentación. En 870, Carlos "el Calvo" concedió los condados de Urgell y Cerdanya a Guifré "el Pilós", seguramente hijo de Sunifred de Urgell-Cerdanya; ocho años después, en 878, Guifré "el Pilós" recibió de Luis "el Tartamudo" las investiduras de los condados de Barcelona y Girona.

La muerte del rey Luis "el Tartamudo" (879) señaló el principio de la disgregación del Imperio carolingio; durante el último cuarto del siglo IX, los reyes francos perdieron el poder y, en todas partes del antiguo imperio, los condes y gobernantes locales dejaron de ser unos funcionarios que el rey nombraba y destituía a su voluntad por erigirse en pequeños soberanos que habían convertido sus cargos en hereditarios y, en consecuencia, habían originado dinastías.

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