En 1950, fuerón creadas las Delegaciones Catalanas en los Países del Nuevo Continente; así, el presidente Josep Irla lleva a cabo una decision que desde hacia tiempo le preocupaba, la institucionalización de las relaciones de la Presidencia con los Catalanes de América.
El día de Navidad de 1948 moría en Prades Pompeu Fabra, y poco menos de un año más tarde, el 5 de noviembre de 1949, moría en Perpignán Antoni Rovira i Virgili. El presidente Josep Irla perdía así dos verdaderos apoyos de las instituciones catalanas en el exilio.
En abril de 1954 nombró Josep Tarradellas, entonces secretario general de Esquerra, conseller primero; y poco después, con 78 años, "viejo, enfermo y pobre", según sus propias palabras, tomó una decisión importante: el 7 de mayo de 1954, firmaba en París una carta dirigida a Josep Tarradellas, en la que le comunicaba que se veía obligado a renunciar al cargo de president de la Generalitat y pedía que se procediera a la elección de un nuevo presidente; el 5 de agosto de 1954, los diputados del Parlament de Catalunya reunidos en la embajada de la República Española en México eligieron Josep Tarradellas como nuevo Presidente de la Generalitat.Josep Irla murió el 19 de septiembre de 1958, cuando le faltaba poco para cumplir ochenta y dos años, en Saint-Raphaël (Provenza).En 1981, sus restos fueron trasladados a Barcelona y recibidas solemnemente por los presidentes Jordi Pujol y Heribert Barrera en el palacio de la Generalitat, y fueron finalmente enterrados en Sant Feliu de Guíxols. En 1997 se constituyó la Fundación Josep Irla, vinculada a Izquierda, con sede en Barcelona y una subsede en Sant Feliu de Guíxols, con unos objetivos de investigación histórica y de difusión del pensamiento político.Josep Irla, dotado de un rostro de facciones duras, no fue un gran orador ni un personaje carismático, pero sí un político gestor y eficiente, de gran integridad, que supo conectar con importantes sectores de la sociedad catalana del momento (ganó todas las elecciones, de diverso nivel, a la que se presentó), y que mantuvo la continuidad de las instituciones (primero la Presidencia del Parlament de Catalunya y después la Generalitat) en unos momentos de enorme adversidad.
El día de Navidad de 1948 moría en Prades Pompeu Fabra, y poco menos de un año más tarde, el 5 de noviembre de 1949, moría en Perpignán Antoni Rovira i Virgili. El presidente Josep Irla perdía así dos verdaderos apoyos de las instituciones catalanas en el exilio.
En abril de 1954 nombró Josep Tarradellas, entonces secretario general de Esquerra, conseller primero; y poco después, con 78 años, "viejo, enfermo y pobre", según sus propias palabras, tomó una decisión importante: el 7 de mayo de 1954, firmaba en París una carta dirigida a Josep Tarradellas, en la que le comunicaba que se veía obligado a renunciar al cargo de president de la Generalitat y pedía que se procediera a la elección de un nuevo presidente; el 5 de agosto de 1954, los diputados del Parlament de Catalunya reunidos en la embajada de la República Española en México eligieron Josep Tarradellas como nuevo Presidente de la Generalitat.Josep Irla murió el 19 de septiembre de 1958, cuando le faltaba poco para cumplir ochenta y dos años, en Saint-Raphaël (Provenza).En 1981, sus restos fueron trasladados a Barcelona y recibidas solemnemente por los presidentes Jordi Pujol y Heribert Barrera en el palacio de la Generalitat, y fueron finalmente enterrados en Sant Feliu de Guíxols. En 1997 se constituyó la Fundación Josep Irla, vinculada a Izquierda, con sede en Barcelona y una subsede en Sant Feliu de Guíxols, con unos objetivos de investigación histórica y de difusión del pensamiento político.Josep Irla, dotado de un rostro de facciones duras, no fue un gran orador ni un personaje carismático, pero sí un político gestor y eficiente, de gran integridad, que supo conectar con importantes sectores de la sociedad catalana del momento (ganó todas las elecciones, de diverso nivel, a la que se presentó), y que mantuvo la continuidad de las instituciones (primero la Presidencia del Parlament de Catalunya y después la Generalitat) en unos momentos de enorme adversidad.
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