El
1 de octubre de 1938, con una parte del territorio catalán ya ocupada
por las tropas franquistas y con la inminencia de una derrota completa,
aceptó la responsabilidad de convertirse en presidente del Parlament de
Catalunya y fue elegido en la última sesión que éste celebró; en su discurso de toma de posesión afirmó:
- "Éramos, somos y seremos republicanos y catalanistas, porque somos liberales, porque es un sentimiento de nuestra alma que nos ha llevado a sentir y conocer las necesidades de nuestro pueblo..."El 28 de enero de 1939, Josep Irla, presidente del Parlament de Catalunya, como el resto de autoridades catalanas, iniciaba el exilio. Con 62 años, pasó a territorio francés con su mujer, Florencia Bas, su ahijada Concepción Pijoan, su hermano Francesc y su cuñada Maria Duran, las hijas de Nicolau, Pepita y Montserrat, y la esposa de éste, Cándida Planella. pero sin ninguno de sus bienes, que quedaban en Sant Feliu, y que posteriormente serían confiscados por las autoridades franquistas. Josep Irla pasó en Francia unos días después; pero no le sigue su ahijada Lola Aymerich, ya casada con un carnicero de Sant Feliu de Guíxols, madre de un hijo y no activa políticamente, y se convirtió ésta en la única parte de la familia que no se exilia.Josep Irla vivió un tiempo en el Voló (Rosellón) y se instaló luego en Ceret (Vallespir), donde se procuró la subsistencia dedicándose al oficio de toda la vida: la industria del corcho. En 1940, fue detenido por las autoridades francesas de Vichy y confinado en Le Mans, donde pudo evadirse y retornó a Ceret.Con el fusilamiento del presidente Companys el 15 de octubre de 1940, rehusó de emigrar a América y se convertía de manera automática y con plenitud de derechos el 124º President de la Generalitat de Catalunya en aplicación del Estatut Interior de Catalunya, único president contemporáneo que no llegará a pisar como tal el palacio de la Generalitat. Se trasladó entonces a Cogolin, en el departamento de Var, y más lejos de la frontera, donde retomó la fabricación de tapones de corcho, una actividad que le suministró los años siguientes los recursos necesarios para sobrevivir.
- "Éramos, somos y seremos republicanos y catalanistas, porque somos liberales, porque es un sentimiento de nuestra alma que nos ha llevado a sentir y conocer las necesidades de nuestro pueblo..."El 28 de enero de 1939, Josep Irla, presidente del Parlament de Catalunya, como el resto de autoridades catalanas, iniciaba el exilio. Con 62 años, pasó a territorio francés con su mujer, Florencia Bas, su ahijada Concepción Pijoan, su hermano Francesc y su cuñada Maria Duran, las hijas de Nicolau, Pepita y Montserrat, y la esposa de éste, Cándida Planella. pero sin ninguno de sus bienes, que quedaban en Sant Feliu, y que posteriormente serían confiscados por las autoridades franquistas. Josep Irla pasó en Francia unos días después; pero no le sigue su ahijada Lola Aymerich, ya casada con un carnicero de Sant Feliu de Guíxols, madre de un hijo y no activa políticamente, y se convirtió ésta en la única parte de la familia que no se exilia.Josep Irla vivió un tiempo en el Voló (Rosellón) y se instaló luego en Ceret (Vallespir), donde se procuró la subsistencia dedicándose al oficio de toda la vida: la industria del corcho. En 1940, fue detenido por las autoridades francesas de Vichy y confinado en Le Mans, donde pudo evadirse y retornó a Ceret.Con el fusilamiento del presidente Companys el 15 de octubre de 1940, rehusó de emigrar a América y se convertía de manera automática y con plenitud de derechos el 124º President de la Generalitat de Catalunya en aplicación del Estatut Interior de Catalunya, único president contemporáneo que no llegará a pisar como tal el palacio de la Generalitat. Se trasladó entonces a Cogolin, en el departamento de Var, y más lejos de la frontera, donde retomó la fabricación de tapones de corcho, una actividad que le suministró los años siguientes los recursos necesarios para sobrevivir.
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