Esta es una de las más bonitas leyendas
mitológicas. Narciso era un bello muchacho del que
todas las mujeres se enamoraban. Un
día se enamoró de él la ninfa Eco (que
había sido condenada por Hera a no
hablar más que para repetir lo que otros
decían).
Estando un día Narciso en el bosque la ninfa le observaba deseando poder declararle su amor pero lo único que podía hacer era repetir lo último que el decía.
Así, Narciso preguntaba:
- ¿Hay alguien aquí?,
y Eco solo decía:
- "Aquí..., Aqui..."
Entonces Narciso llamó:
- "Ven, ven".
Y Eco, dejándose ver, repitió con los brazos abiertos:
- "Ven..."
Pero a Narciso no debió parecerle Eco lo suficientemente hermosa para él y la rechazó.
Eco, desolada, se perdió por el bosque y de la tristeza fue desvaneciéndose poco a poco hasta que de ella sólo quedó su voz que aún puede oirse a veces.
Pero la diosa Némesis, diosa de la venganza, castigó a Narciso por su vanidad haciendo que se enamorase de sí mismo. Así, cuando Narciso vio un día reflejada su imagen en la superficie de un río fue incapaz de moverse de allí por miedo a perder a su "amado". Finalmente se lanzó al río para abrazarle y murió ahogado. En la orilla nació un narciso para recordarle a él y a su triste historia
Estando un día Narciso en el bosque la ninfa le observaba deseando poder declararle su amor pero lo único que podía hacer era repetir lo último que el decía.
Así, Narciso preguntaba:
- ¿Hay alguien aquí?,
y Eco solo decía:
- "Aquí..., Aqui..."
Entonces Narciso llamó:
- "Ven, ven".
Y Eco, dejándose ver, repitió con los brazos abiertos:
- "Ven..."
Pero a Narciso no debió parecerle Eco lo suficientemente hermosa para él y la rechazó.
Eco, desolada, se perdió por el bosque y de la tristeza fue desvaneciéndose poco a poco hasta que de ella sólo quedó su voz que aún puede oirse a veces.
Pero la diosa Némesis, diosa de la venganza, castigó a Narciso por su vanidad haciendo que se enamorase de sí mismo. Así, cuando Narciso vio un día reflejada su imagen en la superficie de un río fue incapaz de moverse de allí por miedo a perder a su "amado". Finalmente se lanzó al río para abrazarle y murió ahogado. En la orilla nació un narciso para recordarle a él y a su triste historia
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