Según el cuento popular, los Reyes Magos, de camino a Belén para llevar sus presentes al Niño Jesús,
al no conseguir encontrar el camino correcto, pidieron ayuda a una
anciana. Esta los atendió y les regalo dulces entonces estos pidieron
que los acompañara en la búsqueda del niño Jesús. A pesar de la
insistencia de estos para que les siguiese en su visita al pequeño, la
mujer no salió de casa para acompañarlos.
Más tarde, al arrepentirse de no haber ido con ellos, y tras preparar un cesto con dulces, salió de casa y se puso a buscarlos, sin conseguirlo. De esta forma se paró en cada casa que encontraba a lo largo del camino, dando chucherías a los niños que encontraba, con la esperanza de que alguno de ellos fuese el pequeño Jesús. Desde entonces vagaría por el mundo haciendo regalos a todos los niños para hacerse perdonar.
Por eso cada 6 de enero la Bruja Befana visita las casas de los niños montada en su escoba, para llenar los calcetines con regalos y caramelos si han sido buenos, o con carbón si se han portado mal, aunque nunca se ha sabido a ciencia cierta si era una bruja o solo una anciana
Más tarde, al arrepentirse de no haber ido con ellos, y tras preparar un cesto con dulces, salió de casa y se puso a buscarlos, sin conseguirlo. De esta forma se paró en cada casa que encontraba a lo largo del camino, dando chucherías a los niños que encontraba, con la esperanza de que alguno de ellos fuese el pequeño Jesús. Desde entonces vagaría por el mundo haciendo regalos a todos los niños para hacerse perdonar.
Por eso cada 6 de enero la Bruja Befana visita las casas de los niños montada en su escoba, para llenar los calcetines con regalos y caramelos si han sido buenos, o con carbón si se han portado mal, aunque nunca se ha sabido a ciencia cierta si era una bruja o solo una anciana
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