Fue el segundo hijo de la pareja formada por Henry y Eileen, quienes ya tenían un primer hijo varón llamado Larry. Su llegada no estaba planeada y su madre deseaba una niña, con lo que su venida al mundo fue doblemente repudiada, por lo que desde pequeño Brudos padeció aislamiento y severidad por parte de su madre. Durante la infancia de Brudos, su familia se movió a Portland, Oregon.
uando Brudos tenía aproximadamente 5 años, sucedió el hecho que marcaría por entero su vida. Jugando por el vecindario cerca de su casa, halló un par de tacones de mujer en un rincón donde estaban apilados botes y bolsas de basura. Cuando la madre descubrió a Jerry usando el par de tacones dentro de su cuarto, su reacción fue de gran sorpresa e irritación. El regaño de la señora hacia el pequeño niño lo dejó profundamente impresionado acerca de la extraña y prohibida naturaleza de los zapatos de tacón de mujer. Desde ese día y tras la destrucción de los mentados tacones, Jerry Brudos desarrolló un enfermizo fetichismo que lo acompañaría el resto de su vida.
Más tarde le ocurrió a Brudos un
vergonzoso episodio en la escuela, cuando en el primer año de primaria
un compañero lo delata porque estaba a punto de robar uno de los pares
de zapatos de tacón que la maestra tenía guardados en el salón.
Brudos es regañado en frente de todos y abandona la clase. En los
estudios no obtiene muy buenos resultados y no consigue pasar el segundo
año de instrucción. Frecuentemente se queja de fuertes jaquecas que le
impiden ver con claridad. En cadena sufre una enfermedad tras otra en la
garganta. Cuando tiene 12 años, su familia se traslada a un vecindario
de Wallace Pond, Oregon, donde varios vecinos tienen hijas adolescentes.
Junto con algunos vecinos Jerry adquiere la manía de invadir los
cuartos de ellas para jugar con la ropa interior, y claro está,
robársela. Junto con los tacones, la ropa interior femenina sería la
otra gran pasión fetichista de Brudos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario