martes, 8 de septiembre de 2015

Catalunya Misteriosa (Caldetes, "La Torres de los Encantados" [II])

la Leyenda de la Princesa Fátima y Busquets

Hace mucho tiempo, los habitantes de la población empezaron a ver formas fantasmagóricas que se paseaban por los alrededores de la torre. Pero estas apariciones no se debían a presencia de fantasmas sino que se trataba de los miembros de la escolta de la princesa sarracena Fátima, que había llegado a Caldes para esconderse de una terrible enfermedad.

Según la leyenda, la Princesa sabía de las cualidades del agua de Caldes gracias a su esclava Leonor, capturada por los sarracenos unos años antes cuando paseaba por la playa.
Cada noche, la Princesa bajaba con su séquito a tomar las aguas, vestidos todos ellos con ropajes blancos que les daban ese aspecto misterioso y fantasmagórico.

Leonor era una muchacha bellísima de Caldes que fue hecha prisionera en una expedición de corsarios que saquearon la población.
Su belleza impidió que fuera maltratada por los piratas y fue entregada como esclava a la princesa Fátima, que padecía la lepra.
Los médicos no encontraban ningún remedio a su enfermedad y Leonor, que se había ganado la confianza de la princesa, le recomendó los baños termales de su villa. Así fue como Fátima decidió viajar a Caldes acompañada de Leonor y se hospedaron en la torre que quedaba a las afueras de la población.

El tratamiento fue un éxito, y la Princesa se curó no sólo de su enfermedad si no que se convirtió en una persona mucho más amable, generosa y benévola.
En agradecimiento a su curación, Leonor obtuvo su libertad. Durante la estancia de la Princesa en Caldes, conoció a Busquets, quien daba nombre a otra de las torres de vigilancia no muy lejana a las que ellas habitaron , de quien se enamoró y con el cual pasado un tiempo se casó.
Como señal de su amor plantaron un olivo en la torre de Busquets que aún existe hoy en día.
Para recordar esta historia los dos gigantes que representan a la ciudad tienen el nombre de los protagonistas de la historia: Fatima y Busquets.

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