jueves, 15 de septiembre de 2016

Historia de Catalunya (El Feudalisme en Catalunya [X])

El siglo XII supuso la formación de la Corona de Aragón, la primera expansión de la sociedad feudal catalana, y también por la primera crisis política de la joven monarquía aragonesa. Las violencias que habían presidido la gestación de la nueva sociedad feudal se habían codificado. El código jurídico llamado Usatges de Barcelona fue la manifestación más palpable de la aceptación de la violencia como un hecho inherente al comportamiento de la aristocracia y a los pactos de reparto del poder y de redistribución del excedente entre esta y la autoridad condal. El feudo es, en esencia, esto: una forma de distribución entre poderosos del fruto del trabajo labrador.

El objetivo de los Usatges era resolver los problemas legales de la nueva sociedad feudal que no estaban recogidos en el Liber, fuente legislativa hasta entonces. Con la promulgación de estas nuevas normas legales el conde de Barcelona y los jueces de su corte querían cubrir varios vacíos. Por un lado, cubrir los vacíos y la inadecuación del Código de Recesvinto a la nueva situación creada por la feudalización, especialmente en materia penal. También había que pensar en normas que dieran solución a la problemática de los vínculos feudovasalláticos; a la emergencia de la nobleza feudal, con sus estratos, que exigía un tratamiento privilegiado en el marco de la legislación; a la regulación del banum o jurisdicción, etc. Así mismo, era finalidad de los Usatges conseguir el restablecimiento de la paz civil, en una etapa en que el juramento, las ordalías y los duelos judiciales sustituían las pruebas testificales tradicionales basadas en los testigos y el escrito. La nueva normativa recogida en este código jurídico feudal incorpora las nuevas prácticas judiciales dándolos forma legal.
La época del gobierno del conde Ramon Berenguer III señaló un momento de gran esplendor en el proceso de conversión de Catalunya en una sola unidad política bajo la soberanía de la Casa de Barcelona.
Ramon Berenguer III llevó a cabo una política de unificación interior y de expansión, como lo patentiza en cantidad suficiente la toma de Balaguer (1105), que reforzó la amistad tradicional con los urgellenses, y la incorporación en Barcelona del condado de Besalú (1111) y, posteriormente, del condado de Cerdanya (1117), fruto de una política de alianzas matrimoniales.

En poco tiempo los dominios de la Casa de Barcelona se extendieron desde la montaña y la llanura hasta el mar. Manifestación suprema de la hegemonía barcelonesa, los condes que todavía se mantenían independientes, los de Pallars, Urgell, Rosello y Empuries, se hicieron vasallos del conde de Barcelona.

Corresponden también a la época de Ramon Berenguer III los inicios de relaciones políticas con los reinos hispanocristianos del occidente de la Península. El conde de Barcelona buscó entonces una alianza con el Reino de León y la Corona de Castilla para que le ayudara a frenar la expansión levantina de Alfons I "el Bataller", que avanzaba hacia el control de las tierras del Bajo Ebro, en la zona de confluencia con el Segre, y amenazaba Lleida.

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