jueves, 21 de julio de 2016

Leyendas en Catalunya (Maria Pujol)

María Pujol era conocida como "La Napa", este sobrenombre le vino al residir en una casa denominada "Can Nap", en la población de Prats de Lluçanès (Barcelona). Según cuentan era una mujer que sufría de demencia y como a todas las consideradas como a brujas era una mujer vieja, viuda y de aspecto misterioso y siniestro. A esto se le sumaba el estar mal considerada al no conocersele trabajo alguno y se desconocía cómo lograba subsistir. El 22 de diciembre de 1766 se encontró en el estercolero de "can Vilanova" el cuerpo mutilado de Maria Anna Riambau, una niña de cuatro años de edad. Como al parecer, se entendía bastante con los niños y niñas del pueblo, porque les daba dulces y semillas de calabaza. También acariciaba y peinaba a los pequeños, pero poco después, corrió el rumor de que los que pasaban más tiempo con la Napa acababan muriendo. Ante esto, la justicia intervino y al revolver la casa descubrieron órganos "humanos": brazos, hígados, piernas y ojos de niños. Fue encerrada en prisión y la ataron a una anilla de hierro en la pared. Posteriormente se la llevaron a Barcelona donde fue colgada en la horca el 8 de enero de 1767.
 En la actualidad, todo parece indicar que María Pujol fue la última bruja catalana en ser ahorcada, concretamente en el lugar llamado "el Serrat de les Forques" que está situado en un extremo de la población de Sant Feliu de Saserra (Barcelona). No obstante, los datos históricos nos dicen otra cosa, y esta fue ejecutada por el crimen (y no por brujería) de Maria Anna Riambau, siendo su final en la ciudad de Barcelona.

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