Inspiró la Ley del Aborto de 25 de diciembre de 1936 de la Generalitat (publicada el 9 de enero de 1937, en el Diari Oficial de la Generalitat), pero cayó de la presidencia por los graves enfrentamientos de la retaguardia catalana entre las fuerzas que apoyaban a la República en 1937. Terminada la guerra, en febrero de 1939 se marchó a Francia. El gobierno franquista pidió su extradición, que fue denegada a raíz de la protesta indignada que llevó a cabo la delegación de México cerca del mariscal Pétain en ocasión de la entrega a Franco del presidente Companys. Pudo así huir a Suiza, donde obtuvo el derecho de asilo. Volvió a París en 1944 y rechazó el cargo de ministro en el gobierno de la República Española en el exilio. En 1954, cuando el presidente de la Generalitat en el exilio, Josep Irla, dimitió por motivos de salud, se convocó en la ciudad de México -donde residía el grupo más numeroso de diputados- la elección de la "Taula del Parlament de Catalunya", de la Diputacio Permanent y del President de la Generalitat. El día 7 de agosto fue elegido President de la Generalitat en la embajada de la República Española en México, por los diputados del Parlament de Catalunya, aunque su presencia fue sólo testimonial (9 diputados); otros fueron representados o enviaron su voto. Renunció a formar gobierno en el exilio, y después de viajar por diferentes países de América, fijó su residencia en Francia, en Saint-Martin-le-Beau (Orleans). Hasta la muerte del general Franco mantuvo una actitud testimonial en defensa de la legitimidad de la presidencia de la Generalitat como único poder catalán
Tras la muerte de Franco, regresó nuevamente a España, tras realizar varias negociaciones con Salvador Sánchez-Terán y el entonces presidente del Gobierno, Adolfo Suárez, le reconoció la legitimidad del cargo que ostentaba, nombrándole presidente del gobierno preautonómico de coalición, en 1977. El 23 de octubre del mismo año, en el balcón del Palau de la Generalitat, gritó a la multitud concentrada en la Plaça de Sant Jaume la famosa frase "Ciutadans de Catalunya, ja sóc aquí!". Hoy en día, a estas palabras se les atribuye un gran simbolismo histórico, especialmente para los catalanes, pues de alguna forma ponen punto final a la dictadura franquista, y todo lo que ella implicaba, para dar paso a la democracia en España. Muchas personas le dan gran importancia a esta frase, sosteniendo que las palabras que usó Tarradellas no fueron casuales: dijo "Ciutadans de Catalunya" (Ciudadanos de Cataluña), en vez de "catalans" (catalanes), pues según estos su intención era aludir a todos los habitantes de Catalunya, no solamente a los nacidos en dicho territorio. Tras la aprobación del nuevo Estatut d'Autonomía de Catalunya de 1979 y la celebración de las primeras elecciones autonómicas, se retiró de la vida política. En 1980 fue investido doctor honoris causa por la Universidad de Toulouse. En ese mismo año cedió su archivo al monasterio de Poblet (Tarragona), al cuidado de la Fundació Montserrat Tarradellas i Macià. En 1985 fue nombrado marqués de Tarradellas por el rey Juan Carlos I. Murió en Barcelona en 1988.
Tras la muerte de Franco, regresó nuevamente a España, tras realizar varias negociaciones con Salvador Sánchez-Terán y el entonces presidente del Gobierno, Adolfo Suárez, le reconoció la legitimidad del cargo que ostentaba, nombrándole presidente del gobierno preautonómico de coalición, en 1977. El 23 de octubre del mismo año, en el balcón del Palau de la Generalitat, gritó a la multitud concentrada en la Plaça de Sant Jaume la famosa frase "Ciutadans de Catalunya, ja sóc aquí!". Hoy en día, a estas palabras se les atribuye un gran simbolismo histórico, especialmente para los catalanes, pues de alguna forma ponen punto final a la dictadura franquista, y todo lo que ella implicaba, para dar paso a la democracia en España. Muchas personas le dan gran importancia a esta frase, sosteniendo que las palabras que usó Tarradellas no fueron casuales: dijo "Ciutadans de Catalunya" (Ciudadanos de Cataluña), en vez de "catalans" (catalanes), pues según estos su intención era aludir a todos los habitantes de Catalunya, no solamente a los nacidos en dicho territorio. Tras la aprobación del nuevo Estatut d'Autonomía de Catalunya de 1979 y la celebración de las primeras elecciones autonómicas, se retiró de la vida política. En 1980 fue investido doctor honoris causa por la Universidad de Toulouse. En ese mismo año cedió su archivo al monasterio de Poblet (Tarragona), al cuidado de la Fundació Montserrat Tarradellas i Macià. En 1985 fue nombrado marqués de Tarradellas por el rey Juan Carlos I. Murió en Barcelona en 1988.
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