martes, 31 de mayo de 2016

Historia de Catalunya (Los Condados [I])

El condado de Barcelona [I]

Corresponde al territorio regido por los condes de Barcelona entre el siglo IX y el siglo XII, desde donde se formó históricamente Catalunya como una entidad política.
Sus orígenes se remontan al siglo VIII, cuando con motivo de la expansión musulmana de los dominios del Reino Visigodo y su posterior expansión sobre la actual Francia, la confrontación entre los francos y las fuerzas musulmanas condujo a una respuesta defensiva de los monarcas carolingios, consistente en la creación de la denominada Gotia o Gothia. Esta se realizó mediante la dominación de los territorios del sur de Francia y del norte de la Península Ibérica y derivó en la formación de un conjunto de pequeños condados. La dominación franca se hizo efectiva tras la conquista de Girona (785) y principalmente, cuando, en el año 801, la ciudad de Barcelona fue conquistada por el rey de Aquitania Luis "el Piadoso" (o Ludovico Pío) y es incorporada al reino franco, estableciéndose en ella el condado de Barcelona, con dependencia del rey franco. El primer conde de Barcelona fue Bera (801-820).

Inicialmente, la autoridad condal recayó en la aristocracia local, tribal o visigoda, pero la política de Bera, favorable a preservar la paz con Al-Ándalus, motivó que fuera acusado de traición ante el rey. Tras perder un duelo, según la tradición jurídica visigoda, Bera fue destituido y exiliado, y el gobierno del condado pasó a nobles francos, como Rampón o Bernat de Septimania. Sin embargo, la nobleza visigoda recuperó la confianza real con el nombramiento de Sunifred I de UrgelI-Cerdanya como conde de Barcelona en 844. Pese a todo, los lazos de dependencia de los condados catalanes con respecto a la monarquía franca se fueron debilitando. La autonomía se consolidó al afirmarse los derechos de herencia entre las familias condales. Esta tendencia fue acompañada de un proceso de unificación de los condados hasta formar entidades políticas más amplias. El conde Guifré "el Pilós", hijo de Sunifred y último conde nombrado por los reyes francos, representó esta orientación. Consiguió reunir bajo su mando una serie de condados y transmitirlos en herencia a sus hijos. Aunque Guifré, muerto a manos de los musulmanes, dividió sus condados entre sus hijos, el núcleo formado por los condados de Barcelona, Girona y Osona se mantuvo indiviso (si bien algún historiador, como Ramón Martí, cuestiona que Girona se mantuviese inicialmente bajo el dominio de los hijos de Guifré, y sugiere que la casa de Empúries dominó el condado hasta el año 908)

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