"Gotia"
El Ducado de Gòtia o Marquesado de Gotia (en latín Gothia o Gothica; referida también como Marca Hispánica, en la historia de España) es el nombre que los francos dieron los territorios conquistados a los musulmanes entre el 759 y el 801 y que anteriormente habían estado provincias del reino de los Visigodos. La Gothia la formaban toda la antigua Septimania visigoda y la parte norte de la Tarraconense visigótica, mientras que la parte sur de la antigua provincia permaneció bajo dominio islámico. La campaña de conquista se inició con el Sitio de Narbona (759), prosiguió en el otro lado de los Pirineos con el sitio de Girona (785), continuó con el Sitio de Barcelona (801), pero no pudo culminarse con la toma de Tortosa, consolidándose de esta manera la frontera del Llobregat. El ducado no estaba bajo la jurisdicción única de un duque sino que de entre los diversos condes nombrados por los reyes francos aquel que tenía mayor poder recibía el título honorífico de Dux. A raíz de la extinción de la dinastía Carolingia y la crisis de la monarquía franca los condes situados al sur del Pirineo afianzar su independencia respecto de los monarcas francos de la nueva dinastía Capeto, mientras los territorios de la antigua Septimania visigoda quedaron bajo obediencia franca quedando restringida la denominación de Marquesado de Gòtia a este territorio transpirenaico.
La Tarraconense, como buena parte de la ordenación territorial romana, continuó siendo una de las divisiones administrativas del Reino de los Visigodos a lo largo de los siglos VI y VII. La Tarraconense fue utilizada como base por los diferentes reyes visigodos para defender sus posesiones de la Gallia Narbonensis y detener los ataques promovidos por los reyes francos de la antigua Galia.
Los musulmanes desembarcaron el 711 en Gibraltar y poco después vencieron los visigodos en la batalla de Guadalete (¿Cádiz?). Con la destrucción del reino de los Visigodos el sistema de administración territorial de Hispania heredado del Imperio Romano desapareció y, con él, la provincia Tarraconense. Sin embargo aunque la zona oriental de esta sirvió como último bastión de resistencia a los dos últimos monarcas visigodos, Aquila II (711-713) y Ardón (713-720). En la primavera de 714 los musulmanes llegaron al valle del Ebro y una vez asegurada la retaguardia sometiendo Corduba (Cordoba), Spali (Sevilla), Emerita Augusta (Mérida) y Tulaytula (Toledo), la ocupación del territorio pasaba por el dominio de los centros urbanos más importantes del Reino de los Visigodos, entre ellos Cesaracosta (Zaragoza) . La entrada de los musulmanes en Cesaracosta fue pacífica, pero algunos nobles visigodos y altas dignatarios eclesiásticos huyeron en el Pirineo. Tras la conquista de la Tarraconense el valí de Hispania As-Samh ibn Malik al-Khawlani invadió la Galia Narbonense estableciendo su capital en Arbuna (Narbona) el 720, ofreciendo a los habitantes generosas condiciones y rápida pacificación de las otras ciudades. Con Arbuna asegurada, y sobre todo con su puerto, los marineros árabes eran los dueños del Mediterráneo occidental, sometiendo rápidamente las ciudades controladas por los condes visigodos. El 721 llegaron refuerzos para preparar el Sitio de Toulouse, que era la clave para dominar la Galia Aquitania con las mismas condiciones que Galia Narbonense, pero estos sus planes fallaron por la derrota en la batalla de Toulouse (721) . Las fuerzas árabes, asentadas sólidamente en Galia Narbonense y provistas fácilmente por mar continuaron atacando hacia el este llegando hasta Autun el 725. En el año 731 el valí bereber de Narbona y la región de Cerdanya Uthman ibn Naissa impugnó Abd -ar-Rahman ibn Abd Allah al-Ghafiqí por razón de la opresión que sufrían los bereberes en el norte de África y pactó una tregua con el duque de Aquitania: Odón el Grande. En represalia al-Ghafiqí envió una misión para capturar a Uthman, quien durante el transcurso del Combate de Llívia quedó sitiado y murio durante el sitio
El Ducado de Gòtia o Marquesado de Gotia (en latín Gothia o Gothica; referida también como Marca Hispánica, en la historia de España) es el nombre que los francos dieron los territorios conquistados a los musulmanes entre el 759 y el 801 y que anteriormente habían estado provincias del reino de los Visigodos. La Gothia la formaban toda la antigua Septimania visigoda y la parte norte de la Tarraconense visigótica, mientras que la parte sur de la antigua provincia permaneció bajo dominio islámico. La campaña de conquista se inició con el Sitio de Narbona (759), prosiguió en el otro lado de los Pirineos con el sitio de Girona (785), continuó con el Sitio de Barcelona (801), pero no pudo culminarse con la toma de Tortosa, consolidándose de esta manera la frontera del Llobregat. El ducado no estaba bajo la jurisdicción única de un duque sino que de entre los diversos condes nombrados por los reyes francos aquel que tenía mayor poder recibía el título honorífico de Dux. A raíz de la extinción de la dinastía Carolingia y la crisis de la monarquía franca los condes situados al sur del Pirineo afianzar su independencia respecto de los monarcas francos de la nueva dinastía Capeto, mientras los territorios de la antigua Septimania visigoda quedaron bajo obediencia franca quedando restringida la denominación de Marquesado de Gòtia a este territorio transpirenaico.
La Tarraconense, como buena parte de la ordenación territorial romana, continuó siendo una de las divisiones administrativas del Reino de los Visigodos a lo largo de los siglos VI y VII. La Tarraconense fue utilizada como base por los diferentes reyes visigodos para defender sus posesiones de la Gallia Narbonensis y detener los ataques promovidos por los reyes francos de la antigua Galia.
Los musulmanes desembarcaron el 711 en Gibraltar y poco después vencieron los visigodos en la batalla de Guadalete (¿Cádiz?). Con la destrucción del reino de los Visigodos el sistema de administración territorial de Hispania heredado del Imperio Romano desapareció y, con él, la provincia Tarraconense. Sin embargo aunque la zona oriental de esta sirvió como último bastión de resistencia a los dos últimos monarcas visigodos, Aquila II (711-713) y Ardón (713-720). En la primavera de 714 los musulmanes llegaron al valle del Ebro y una vez asegurada la retaguardia sometiendo Corduba (Cordoba), Spali (Sevilla), Emerita Augusta (Mérida) y Tulaytula (Toledo), la ocupación del territorio pasaba por el dominio de los centros urbanos más importantes del Reino de los Visigodos, entre ellos Cesaracosta (Zaragoza) . La entrada de los musulmanes en Cesaracosta fue pacífica, pero algunos nobles visigodos y altas dignatarios eclesiásticos huyeron en el Pirineo. Tras la conquista de la Tarraconense el valí de Hispania As-Samh ibn Malik al-Khawlani invadió la Galia Narbonense estableciendo su capital en Arbuna (Narbona) el 720, ofreciendo a los habitantes generosas condiciones y rápida pacificación de las otras ciudades. Con Arbuna asegurada, y sobre todo con su puerto, los marineros árabes eran los dueños del Mediterráneo occidental, sometiendo rápidamente las ciudades controladas por los condes visigodos. El 721 llegaron refuerzos para preparar el Sitio de Toulouse, que era la clave para dominar la Galia Aquitania con las mismas condiciones que Galia Narbonense, pero estos sus planes fallaron por la derrota en la batalla de Toulouse (721) . Las fuerzas árabes, asentadas sólidamente en Galia Narbonense y provistas fácilmente por mar continuaron atacando hacia el este llegando hasta Autun el 725. En el año 731 el valí bereber de Narbona y la región de Cerdanya Uthman ibn Naissa impugnó Abd -ar-Rahman ibn Abd Allah al-Ghafiqí por razón de la opresión que sufrían los bereberes en el norte de África y pactó una tregua con el duque de Aquitania: Odón el Grande. En represalia al-Ghafiqí envió una misión para capturar a Uthman, quien durante el transcurso del Combate de Llívia quedó sitiado y murio durante el sitio
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