Una leyenda celta cuenta que, allá en Irlanda, en el "Manantial de Seghais", en el arroyo del "Otro Mundo", vivía un salmón que se alimentaba de las avellanas de tres avellanos sagrados que crecían a la ribera del arroyo. El pez, al que llamaban "el Salmón del Conocimiento" atesoraba toda la sabiduría del mundo, y se decía que el primero que probase su carne obtendría conocimientos ilimitados. Un poeta llevaba siete años esperando capturar el salmón para comerlo y así adquirir todo su saber. Por fin, un día logró pescarlo y se lo entregó a su joven aprendiz para que lo cocinase, advirtiéndole que no debía probar la carne del pez sagrado. Así lo hizo el muchacho, pero al cocinarlo lo tocó con su dedo pulgar, se quemó y se metió el dedo en la boca, para aliviar el dolor, con lo que adquirió de inmediato la sabiduría sagrada. Cuando se lo contó a su señor, éste renunció a comer el salmón y se lo entregó al aprendiz, que se convirtió en el primer bardo (Finn o Taliesin, según las distintas leyendas, que circulan en la "isla de los duendes")
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