martes, 9 de febrero de 2016

Asesinos en Serie (Jeanne Weber [I])

Jeanne Weber, nació en Kerity, un pequeño pueblo de pescadores al norte de Francia, el 7 de octubre de 1874. Se marchó a París a los 14 años, contrayendo matrimonio a los 19. Se dedicaba al cuidado de niños y lo que ganaba, su marido se lo dilapidaba en la bebida. Tuvo tres hijos, de los cuales dos murieron en 1905. El 3 de marzo de ese año también murió una sobrina suya, Georgette de 18 meses de edad, mientras la cuidaba. La "causa" de la muerte fue por enfermedad, aunque unas extrañas marcas en el cuello fueron ignoradas por las autoridades médicas. El 11 de marzo fallecía la hermana de Georgette, Suzanne, de dos años, según el médico debido a unas extrañas convulsiones. El 25 de marzo, Jeanne acudió a casa de su hermano ya que se encontraba enfermo. Mientras se encontraba allí, Germaine la hija de éste, de siete meses sufrió un repentino ataque de asfixia pero sobrevivió, aunque a la mañana siguiente cuando tía Jeanne regresó, acabaría con su vida. Los médicos culparon a la difteria (que no tenía) como la causante de la muerte de la pequeña. 
El 5 de abril de 1905 Jeanne invitó a dos de sus hermanas a cenar. Mientras las mujeres salían a comprar, Maurice, sobrino de Jeanne se quedó en casa con ella. Cuando volvieron la sorprendieron tratando de estrangular al bebé de tan sólo 10 meses. Jeanne Weber fue detenida, celebrándose el juicio el 29 de enero de 1906, acusada del asesinato de ocho niños, pero sorprendentemente fue declarada inocente, ya que los médicos certificaron que los niños murieron por causas naturales, por lo que fue declarada inocente y puesta en libertad a principios de febrero. 
Después de todo, Jeanne Weber se separó de su marido y se trasladó a la población de Villedieu, en el centro de Francia, instalándose como trabajadora doméstica en la casa de la familia Bavouzet, y cambiando su identidad por la de madame Moulinet. El 7 de abril de 1907, el hijo de los Bavouzet apareció muerto en su cama. El médico que lo asistió certificó que el pequeño había fallecido por unas convulsiones, aunque presentaba unas marcas en el cuello. Apenas un mes después se descubrió la verdadera identidad de madame Moulinet, por lo que fue acusada de asesinar al niño. Se celebró el juicio, pero de nuevo fue absuelta y puesta en libertad en diciembre de 1907.

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