Su primera conquista obtenida por este 
método fue la de la viuda Jeanne Cuchet de 39 años, quien vivía con su 
hijo de diecisiete años y cuyos ahorros podían considerarse como 
consistentes. La señora Cuchet tenía una necesidad urgente de afecto y 
para Landrú, -con su exquisita cortesía y su aspecto de “caballero”-, no
 le fue difícil seducirla. Su primera identidad fue la de Diard, 
inspector de correos, proveniente de Lille debido a la ocupación 
alemana. No sólo le prometió matrimonio, sino que además ofreció 
conseguirle al joven Cuchet un empleo estable y con futuro en la 
administración. La viuda aceptó y se fue con él al apartamento que 
Désiré previamente había alquilado en Vernouillet. Madre e hijo 
desaparecieron sin dejar rastro.
Cuando a Landrú le pareció que el 
apartamento en Vernouillet ya no presentaba las garantías necesarias de 
discreción, lo abandonó y se fue a rentar una pabellón llamado “La 
Ermita” en Gambais, lugar ideal para esconder sus amores.
Désiré hacía sus conquistas en París y 
de vez en cuando pasaba los domingos en Gambais. Llevaba una vida casi 
normal. Visitaba a sus hijos con frecuencia, mostrándose con ellos como 
padre atento y a su esposa le regalaba joyas de las cuales nunca le 
explicó su procedencia.
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