Ya al día 23, los hermanos Ram la
liberaron y le pidieron que fuera a traer agua del pozo del pueblo. Ella
estaba cansada, débil, sucia, llena de moretones, e intentó negarse a
traer agua pero Sri Ram la hizo retorcerse en el suelo con una patada
brutal que le dio en el estómago a modo de represalia. Para rematar, le
quitó la manta que llevaba y la obligó a ir desnuda a ver agua, ante el
escarnio y las risas de los hombres de Behmai, que en lugar de
compadecerse fueron tan crueles que le escupieron…
Por fortuna, esa misma noche y después
de que los hermanos Ram se marcharon, Santosh Pandit, un amigo de
Phoolan y de un sacerdote de un pueblo cercano, entró silenciosamente a
la habitación en que estaba Phoolan, la sacó, la escondió en la parte
trasera de una carreta de bueyes y se la llevó. Posteriormente, con la
ayuda del bandido Man Singh, Phoolan fundaría su propia banda y,
diecisiete meses después del día de su liberación, derramaría sangre en
Behmai durante el día de San Valentín, todo a modo de venganza.
El 14 de febrero de 1981, la pandilla de
Phoolan asaltó la rica aldea de Behmai, en la cual, para aquel
entonces, vivían unas 50 familias de la casta guerrera y terrateniente
de los Thakur, segunda más importante en el sistema brahamánico de
castas.
El plan era perfecto: Behmai era una
ciudad aislada y había que cruzar el río, caminar por el campo y
atravesar terrenos difíciles a fin de alcanzarla. Eso era conveniente
por un lado; pero, por otro, hacía que los visitantes pasasen menos
desapercibidos, así que Phoolan hizo vestirse de policías a los veinte
miembros de su banda, y gracias a eso entraron sin despertar sospechas,
pudiendo colarse en medio de los preparativos que se estaban haciendo
para una enorme boda de San Valentín.
La banda, a fin de engañar, pretendió
ser dirigida por un joven que llevaba una chaqueta de color caqui con
tres estrellas de plata propias de un superintendente de Policía.
Phoolan llevaba puesto un lápiz labial brillante, tenía pintadas las
uñas de rojo, se había cortado el cabello de manera diferente, tenía una
pistola Sten colgada en el hombro, y una banda llena de balas le
cruzaba todo el pecho, al estilo de los revolucionarios mexicanos.
Todo era extraño, pues Phoolan llevó a
su grupo al santuario de Shiva que estaba cerca. Allí, ella y los demás
oraron, después algunos hombres se dispersaron estrategicamente para
rodear a los Thakur, y entonces Phoolan encendió el megáfono que cargaba
y dijo: "¡Escuchen, chicos! Si ustedes aman sus vidas, alcen las
manos y pongan ante ustedes todo el dinero, la plata y el oro que
tengan. Y escuchen nuevamente: sé que Lala Ram y Sri Ram se esconden en
esta aldea, y si no me los entregan, voy a meter mi pistola en sus culos
y se los partiré. Les habla Phoolan Devi. ¡Jai Durga Mata!".
Tras acabar de hablar, Phoolan ordenó a
sus hombres que empiezen la búsqueda, mientras ella permaneció en el
pozo, observando todo con atención hasta que, tras casi una hora, sus
hombres volvieron y le informaron que no habían visto rastro alguno de
los Ram y que todos negaban haberlos visto. "¡Mienten! ¡Yo les enseñaré a decir la verdad!",
exclamó Phoolan y, acto seguido, ordenó juntar y rodear a todos los
hombres jóvenes de la aldea, colocando a treinta de ellos en una fila
frente al pozo.
Entonces se les acercó con autoridad, les escupió a unos cuantos y dijo: "A menos que me digan dónde están esos bastardos, los asaré vivos".
Pese a las amenazas, los hombres insistían en no haber visto a los Ram;
y Phoolan, furiosa, empezó a pasearse recorriendo la fila de rehenes,
arrancándoles los turbantes y golpeándoles los genitales con la culata
de su rifle.
Posteriormente, y aún sigue siendo
materia de debate si fue o no Phoolan quien dio la orden, se ordenó a
los 30 rehenes caminar hasta un terraplén verde frente al río, donde los
hicieron arrodillarse y soltaron una lluvia de balas, matando a 22…
El suceso narrado constituyó la mayor
masacre perpetrada por dacoits desde la creación de la India moderna, y
fue un auténtico grito de insurrección contra el stablishment, ya
que: 1) había sido dirigido por una mujer, siendo éstas consideradas
como inferiores a los hombres, 2) habían muerto más personas que en
cualquier otra masacre dacoit, 3) las víctimas eran de una casta
superior, y los victimarios de castas inferiores.
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