jueves, 15 de octubre de 2015

Leyendas en Catalunya (El Comte Arnau [I])

El Comte Arnau: fue un rico noble de la mitología catalana. Debido a varios pecados (como relacionarse con una abadesa o no hacer bien los pagos prometidos), fue condenado eternamente. Condenado a cabalgar durante toda la eternidad como alma en pena sobre un caballo negro al que le salen llamas por la boca y los ojos, el Conde l'Arnau va siempre acompañado por un grupo de perros diabolicos que le hacen de cortejo.

Leyenda

La versión histórica del personaje lo hace miembro de la familia Mataplana y señor de esta baronía, que dominaba buena parte del Ripollés y que era señora de los castillos de este nombre y los de Solans, de Sant Amanç o Amand, de Castellar y de Blancafort o de las Damas.
Los Mataplana estaban vinculados al castillo del mismo nombre en Gombrèn y tienen como primer miembro documentado Hugo I de Mataplana (1076-1089). En el siglo XII los Mataplana tuvieron bajo su vasallaje los vizcondes de Bergued, lo que indica el poder que tenían. Hugo IV de Mataplana (1172-1197), rindió vasallaje a Alfons II de Aragón y le sucedió otro Hugo V de Mataplana, que participó en la conquista de Mallorca y murió luchando en 1229 en la Batalla de Portopí. Otro Hugo de Mataplana (Gombrèn-Zaragoza 1291) fue consejero de los reyes Jaume I, Pere II y Alfons II de Aragon y obispo de Zaragoza 1289, donde coronó al rey Jaume II (1291). Una dama de la familia, Blanca de Mataplana (muerta en 1290), se vinculó en matrimonio con la familia noble de los Urtx. Hugo VII de Mataplana (muerto en 1328) se convirtió en conde de Pallars Sobirà por su boda con la condesa Sibila I, iniciando la dinastía condal de los Mataplana del Pallars. En 1320 la familia dejó el castillo originario y se instaló en un palacio en La Pobla de Lillet. Curiosamente, en 1373 la señoría fue adquirida por Pere Galceran de Pinós, lo que concuerda con la leyenda que explica que la viuda del Conde vendió su patrimonio a esta otra familia de la nobleza catalana.
Pero siguiendo con el Conde, se supone que vivió durante la primera mitad del siglo XIV, ya que se encuentra un testamento su otorgado el 15 de julio de 1353. El maestro Manuel Milá i Fontanals lo cree fundador de un campesinado ripollés existente el siglo XV, llamada Pernal o Pernau; esta masía fue fundada por un tal Pere Arnau, campesino. Así pues, en opinión del maestro Milá, estos dos personajes debían ser uno solo. Este Arnau, de personalidad imprecisa, parece que fue nieto de Blanca de Urgió o Blanca de N'Hug, señora del castillo de las Damas o de Blancafort, que en 1278 hizo renuncia de sus derechos señoriales a favor de sus vasallos. Su nieto Arnau de N'Hug tuvo fuertes cuestiones con el abad del monasterio de Ripoll sobre los límites jurisdiccionales del monasterio y la baronía y volvió a imponer los malos usos feudales a los vasallos. Ha sido identificado erróneamente con el conde de Pallars, señor de Mataplana, que ya hemos mencionado, o con Arnau, un despótico señor del castillo de Montmur (Noguera), que abusó de la hija del vizconde de Albesa, y esta le maldijo, condenándolo a vagar mientras quedara una sola piedra del castillo y por eso ronda de noches por sus ruinas.
Es difícil averiguar si se trata de un personaje verdaderamente histórico o si su figura es simplemente legendaria. Sea como sea considerada desde un punto de vista tradicional, la leyenda es universal y cae dentro del ciclo de aquellas que nos describen almas más o menos sacrílegues condenadas a vagar eternamente en castigo por los pecados cometidos. El conde del Arnau tiene muchos puntos de contacto con el héroe del norte de Francia conocido como Hellequin, Harlequin, Hielequin, Hölle-Koenig o Hernequin, nombre que se escribe de maneras diferentes. Se considera el personaje Hernequin o Hellequin como origen del arlequín de la farsa.

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