La verdadera historia Las obras del edificio Nuestra Señora de Covadonga
finalizaron en el año 1917, pero hasta 1939 no fue utilizado como
colegio para los hijos de los mineros. Durante la revolución obrera de
1934 los maestros, religiosos de la orden de los hermanos de La Salle,
fueron apresados y ejecutados en un cementerio próximo. A causa de este
suceso el Papa los nombró Santos Mártires de Turón entre los años 1999 y
2000. La historia secreta de este colegio puede reconstruirse
recurriendo a las fuentes vecinales, que indican que tras la toma del
bando nacional durante la Guerra Civil el pueblo fue marcado con una “X”
por su participación en la revolución, lo que hizo que las represalias
por sus tendencias políticas fueran enormes. Al carecer de cuartel, el
colegio fue adoptado como recinto provisional en el año 1937. Las
personas se agolpaban a sus puertas para ver cómo desplazaban a los
futuros ejecutados al Pozu Fortuna, una boca de mina ubicada a pocos
kilómetros que sirvió de fosa común. Para evitar revuelo entre la
población eran ejecutados en el propio patio del colegio. Según muchos
habitantes los restos aún permanecen bajo el asfalto del recinto.
Además, en los años cincuenta del pasado siglo unos menores, apodados Los niños hueseros, encontraron durante las reformas del patio escolar numerosos huesos, que a día de hoy aún continúan bajo el asfalto. Algo que concuerda con el testimonio de Hermesindo Andrade, quien asegura que él y otros alumnos fueron obligados a enterrar los huesos en un antiguo huerto: “Algunos cráneos conservan marcas y agujeros practicados por los verdugos”. A partir de este momento la prensa local y los medios nacionales mostraron interés en el asunto. Es una de las escasas ocasiones en que en España, y gracias a una investigación paranormal, se descubre la ubicación de una fosa común. Tal vez una intercomunicación entre el Más Allá y nuestro mundo lo permitió.
fuente: http://misterios.co/2009/01/17/el-colegio-encantado-de-turon/
Además, en los años cincuenta del pasado siglo unos menores, apodados Los niños hueseros, encontraron durante las reformas del patio escolar numerosos huesos, que a día de hoy aún continúan bajo el asfalto. Algo que concuerda con el testimonio de Hermesindo Andrade, quien asegura que él y otros alumnos fueron obligados a enterrar los huesos en un antiguo huerto: “Algunos cráneos conservan marcas y agujeros practicados por los verdugos”. A partir de este momento la prensa local y los medios nacionales mostraron interés en el asunto. Es una de las escasas ocasiones en que en España, y gracias a una investigación paranormal, se descubre la ubicación de una fosa común. Tal vez una intercomunicación entre el Más Allá y nuestro mundo lo permitió.
fuente: http://misterios.co/2009/01/17/el-colegio-encantado-de-turon/
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