Leyendas en Catalunya (Sant Pol, quina hora es [I])

Aunque no sea de misterio, existe en Sant Pol de Mar, una misteriosa frase, que no es del gusto de los habitantes de esta "bonica" ciutat del Maresme.
Una de esas leyendas fue publicada en la revista "El Santpoleche, marzo de 1890

"15 de febrero de 1714. Las tropas de Felipe V, citan en San Pol a los valientes voluntarios catalanes del regimiento de Amill.
La valerosa defensa que sostuvieron los sanpolenchs contra las tropas francesas que Felipe V de Castilla lleva para implantar el absolutismo en nuestra tierra, fue motivo de la destrucción de aquel pueblo. Apurando  todos los recursos y delante de la superioridad de las del enemigo, abandonando el  pueblo por las mujeres y los ancianos, se posicionaron los soldados en Anjou, de can  Reig y desde allí fueron amos de la población.
Pero los valientes voluntarios mandados por el compañero y amigo general Moragas, En Villar de San Pol en numero de 50 hombres escogidos, se retiraron y se hicieron fuertes en la torre de la Martina que todavía hoy se levanta en cosa de medio cuarto de la población, jurando morir antes que rendirse.
Desde allí veían aquellos valientes y el castigo impuesto a las campanas que tocaban se sometían a ser destrozadas, lo mismo que el reloj público. El vengativo monarca prohibió la reedificación del pueblo; pero pasada la guerra volvieron a sus casas los sanpolenchs situándose en tiendas formadas con mantas y palos, cerca de la playa. Tiendas que habían de arrancar más deprisa refugiándose de las barcas de pescar, cada vez que los ejecutores de las bárbaras ordenes del rey iban para hacer efectivo su cumplimiento.
Aquellos estados duraron un tiempo. Los santpolencs, por causa del absolutismo, no tenían ni abrigos ni mantas, y la voz de las campanas de su reloj ya no los avisaba de los peligros de las libres tierras.
Entonces fue cuando nació el adagio, que es el sello de la gloria para Sant Pol de Mar: "A San Pol la manta y la gente bergante"
Desde aquella fecha también lo de ¿Qué hora es?, sátira que recordaba y recuerda todavía aquella terrible hora de la perdida de las libertades de la tierra catalana.
Los hijos de San Pol se enfadaron al sentir el infamante preguntar y teniendo razón.
¿Cuándo será que ellos y nosotros, los de Sant Pol y los de toda Catalunya podremos contestar a los que nos preguntan ¿Qué hora es?: La hora de que Catalunya cobre lo perdido"