viernes, 22 de julio de 2016

Leyendas en Catalunya (Les "Bruixes" [III])

Torturas [I]

Los estudiosos calculan que en nuestro país, sólo entre 1617 y 1622, fueron ejecutadas unas cuatrocientas mujeres acusadas de practicar los rituales demoníacos en cualquiera de sus versiones, desde nigromancia a hechizos formulados por el mismo diablo. Por esa razón, la persecución de la brujería no se basaba en destruirla sino en crearla, para evitar revueltas sociales contra los poderes políticos, religiosos o terratenientes de la época por el hambre, la miseria, las enfermedades o por cataclismos de las fuerzas de a naturaleza.
La "Caça de Bruixes" no era nada más que un mecanismo para hacer creer que los pobres lo eran por culpa de las "bruixes" y los diablos que por los príncipes o papas. Que los cataclismos naturales, podian provocarse. Eso es fácil de conseguir en un pueblo inculto, además si esa "bruixa" era joven y hermosa... y no se rendía a los encantos del señor feudal o el cura de la zona... tenia todos los números de ser denunciada de brujeria. O para mi, o para nadie.
Uno de los métodos de tortura, era suspender a la acusada del techo por las manos atadas por detrás y un peso añadido a los pies, fue uno de los más habituales en los interrogatorios contra las bruixes catalanes. "La Napa", muy probablemente sufriría de sus efectos. El interrogador, solía rezar uno o varios "credos", mientras la desgraciada se mantenía suspendida. El interrogatorio solía durar 5 o 6 veces, hasta que la víctima perdía el sentido. Después de un descanso cuando la víctima recuperaba los sentidos, volvía el interrogatorio. Normalmente las víctimas de este suplicio no aguantaban más de un día o dos y confesaban todo lo que los interrogadores querían (en otra época reciente los poderes de las fuerzas armadas, también conseguian esas confesiones, con otras clases de torturas).


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