martes, 26 de julio de 2016

Historia de Catalunya (La Coronela de Barcelona [II])

Tras el sangriento final de la edad media en Catalunya con la Guerra civil catalana (1462–1472), la política de "Redreçament" (reforma) llevada a cabo por Ferran "el Catolic" II configuraron definitivamente el "Usatje Princeps namque" en la compilaron de las constituciones de Catalunya que fueron pactadas con el rey en las cortes de 1493. La situación geoestratégica de Catalunya la convirtió en el campo de batalla entre la Monarquía de España y Francia, siendo convocado el "Princeps Namque" reiteradamente. En virtud del usatje, el rey también podía convocar a somatén general, una variante masiva del somatén. El somatén era una institución parapolicial catalana propia de la modernidad política de Catalunya hasta que fue abolida en 1714, que también podía ser activado de forma autónoma por las villas y ciudades como cuerpo armado de autoprotección civil, separado del ejército, para propia defensa. El somatén era activado mediante un específico repique de campanas, y al grito de "Via fora!" o "Via fos!". En los siglos XVI y XVII adquirió un papel fundamentalmente en la lucha contra bandoleros, herejes hugonotes y corsarios turcos, obligando a los catalanes a conservar las armas en sus casas e instruirse periódicamente en su manejo. Pero los virreyes de Catalunya se mostraron recelosos frente a este modelo de autodefensa e impidieron a menudo su convocatoria, lo que llevó a las villas a la formación de milicias, las "desenes" (decenas) y otro tipo de hermandades de armas de carácter parapolicial y paramilitar, que al no estar tipificadas legalmente en las constituciones catalanas no requerían de la autorización previa del rey, o en su defecto del virrey, para ser movilizadas.

En éste contexto un hecho significativo se produjo en 1542. Por el norte el ejército francés entró en el Rosello, la presión turca sobre la costa catalana se agravó notablemente, y estalló una epidemia de bandolerismo en todos los vegueríos de Catalunya. Para hacer frente a la invasión francesa la segunda ciudad más poblada de Catalunya, Perpignan, armó una milicia de ciudadanos bajo el mando directo de los consejeros de la ciudad. En agosto el capitán general del ejército el duque de Alba decidió, conjuntamente con los consellers de Barcelona, la fortificación de las antiguas murallas de la ciudad condal para convertirla en una plaza fortificada, mientras los diputados de la Generalitat y los consellers decidieron armar a las cofradías de los gremios barceloneses. El despliegue de los gremios fue rápido y ágil y al año siguiente realizaron una parada militar bajo las banderas propias de cada gremio, mientras en 1544 se ratificó que la milicia estaba bajo las órdenes del Conseller en Cap de Barcelona, al que se le confirió la capitanía de la unidad con el grado de "Capitán de Provinciales". Una década después, 1554, la organización gremial se sistematizó mediante los "quarts", las zonas urbanas en las que fue dividida la ciudad de Barcleona. 

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