jueves, 2 de junio de 2016

Historia de Catalunya (Los Condados [VIII])

El Condado de Besalú [II]

El condado de Berga estuvo casi siempre unido a la casa Condal de Cerdanya. En 988, después de la abdicación del conde de Cerdanya Oliba Cabreta, el Condado de Berga pasó a manos de su tercer hijo, Oliba quien, después de renunciar al gobierno en el 1002, seguiría la carrera eclesiástica y llegaría a ser el abad Oliba. El Condado de Berga pasó a manos de su hermano, el conde Guifré II de Cerdanya.

En 1035, Guifré II abandonó el gobierno de sus condados y se retiró al Monasterió de Canigó. Entre los años 1035 y 1050, el condado estuvo gobernado por su hijo Bernat y más tarde por su hermano Berenguer, futuro obispo de Girona. Finalmente, el Condado de Cerdanya pasó al conde Ramón Guifré de Cerdanya quien, en el 1068 lo cedió a su hijo Guillem Ramón. Este lo concedió a su hijo Bernat Guillem en el 1094 quien se convirtió en conde exclusivo hasta que en 1109 se convirtió en Conde de Cerdanya tras la muerte de su hermano Guillem Jordá.
A raíz de la muerte sin descendencia del conde Bernat Guillem en 1117, la casa condal de Cerdanya se extinguió. Sus dominios, el Condado de Cerdanya, el Condado de Berga y el Condado de Conflent, pasaron a manos del conde Ramón Berenguer III de Barcelona, primo hermano de Bernat Guillem. Durante el siglo XII, los Condes de Barcelona desmantelaron toda la organización administrativa del condado de Berga.

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