Onofre d'Alentorn i de Botella, vivio a cabllo entre los siglos XVI -XVIII. Fue canónigo de Lleida y arcediano de Benasque (Huesca). Fue
nombrado Presidente de la Generalitat de Catalunya el 22 de julio de
1608, si bien no juró el cargo hasta el 13 de septiembre, ya que se
encontraba como embajador de la Generalitat en la Corte Real. Era hijo de Onofre d'Alentorn i d'Oms, señor de Seró, quien había sido diputado por el brazo militar en el trienio 1593-1596; y
hermano de Alexandre d'Alentorn i de Botella, quien años más tarde
sería también miembro de la Diputacio como diputado militar entre el
1614-1617. En la diócesis de Lleida fue procurador del obispo Francesc Virgili (1585). Participó en las Cortes de 1585 y 1599.Como
era tradición la extracción de los nombres de la nueva Diputacio General tuvo lugar durante la fiesta de Santa Magdalena, el 22 de julio,
del año 1608. Onofre d'Alentorn salió como diputado eclesiástico,
Gispert de Guimerà como diputado militar y Francesc Ferrer como diputado real. Onofre
no se encontraba en Barcelona sino en la corte, actuando de embajador
de la propia Generalitat, y por tanto no juró el cargo hasta el 13 de
septiembre. El
diputado Francesc Ferrer murió justo dieciocho días después, el 9 de
agosto, y se tuvo que extraer un nuevo nombre el 18 de agosto para
sustituirlo: Antic Rafel Raset i de Trullàs
En las Corts de Barcelona (1599) se había encargado a la Generalitat la construcción de cuatro galeras para hacer frente a la piratería turca que asolaba las costas catalanas. Pero éstas no se construían, y este retraso tuvo como consecuencia que "la gente con estudios" dejaran de pagar el impuesto que se había creado con el efecto de pagarlas, dejando la Generalitat en una situación económica precaria y con el rey reclamando las galeras comprometidas años atrás. Onofre d'Alentorn y los nuevos diputados se encontraron "empeñada la autoridad y reputación de la Generalitat", y ya el día 30 de agosto el mismo rey los exhortaba por carta a construirlas o comprarlas a otro. La primera decisión del nuevo consistorio fue ratificar los administradores de las galeras nombrados durante el trienio anterior, pero convocaron una comisión de nueve personas para que redactaran unos "artículos para el buen regimiento de dichas galeras". Unos meses después, el 6 de octubre, los diputados fueron personalmente el lugar donde se encontraban y despedir a parte del personal. En mayo de 1611 ya debían estar terminadas porque entonces el problema era de "cómo se podría mantener las galeras del General con poco gasto para a conservar los forzados", y la Diputacio acordó que de momento no hubiera mucha gente a mantener en espera de que el rey concediera "alguna buena ayuda" en referencia a conseguir dinero para pagar las actividades de vigilancia del litoral.Este fue uno de los trastornos políticos del trienio. El 1 de enero de 1609 fue detenido el abad de Sant Martí del Canigó: Ángel Juallar, que era visitador del general, por mandato de los dos presidentes de la orden benedictina, también dos abades y también visitadores del general. Angel Juallar pretendía vender su monasterio de la Compañía de Jesús y los otros abades lo querían evitar. Pero el hecho de detenerlo durante la visita creó un largo conflicto legal. Onofre d'Alentorn se indignó porque los abades habían usurpado la jurisdicción del General, y declaró un pronunciamiento de la corte contra ellos.
En las Corts de Barcelona (1599) se había encargado a la Generalitat la construcción de cuatro galeras para hacer frente a la piratería turca que asolaba las costas catalanas. Pero éstas no se construían, y este retraso tuvo como consecuencia que "la gente con estudios" dejaran de pagar el impuesto que se había creado con el efecto de pagarlas, dejando la Generalitat en una situación económica precaria y con el rey reclamando las galeras comprometidas años atrás. Onofre d'Alentorn y los nuevos diputados se encontraron "empeñada la autoridad y reputación de la Generalitat", y ya el día 30 de agosto el mismo rey los exhortaba por carta a construirlas o comprarlas a otro. La primera decisión del nuevo consistorio fue ratificar los administradores de las galeras nombrados durante el trienio anterior, pero convocaron una comisión de nueve personas para que redactaran unos "artículos para el buen regimiento de dichas galeras". Unos meses después, el 6 de octubre, los diputados fueron personalmente el lugar donde se encontraban y despedir a parte del personal. En mayo de 1611 ya debían estar terminadas porque entonces el problema era de "cómo se podría mantener las galeras del General con poco gasto para a conservar los forzados", y la Diputacio acordó que de momento no hubiera mucha gente a mantener en espera de que el rey concediera "alguna buena ayuda" en referencia a conseguir dinero para pagar las actividades de vigilancia del litoral.Este fue uno de los trastornos políticos del trienio. El 1 de enero de 1609 fue detenido el abad de Sant Martí del Canigó: Ángel Juallar, que era visitador del general, por mandato de los dos presidentes de la orden benedictina, también dos abades y también visitadores del general. Angel Juallar pretendía vender su monasterio de la Compañía de Jesús y los otros abades lo querían evitar. Pero el hecho de detenerlo durante la visita creó un largo conflicto legal. Onofre d'Alentorn se indignó porque los abades habían usurpado la jurisdicción del General, y declaró un pronunciamiento de la corte contra ellos.
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