Existen dos leyendas de esta planta, son de la tribu Akha
1. Hace mucho tiempo atrás, había una joven Akha que era muy bella pero al mismo tiempo tenía tan mal oloren su cuerpo que ningún hombre se le acercaba. Por esa razón, tenía una vida muy triste y solitaria, tanto que murió de corazón roto. Antes de morir pidió un deseo y le solicitó a sus vecinos que cuidaran muy bien de su tumba. Cuando cualquiera probara la savia de la flor que crecería allí, querría probar de nuevo y de nuevo. Pero esa savia, además de darle un placer increíble también la causaría un terrible sufrimiento.
2. Hace mucho tiempo atrás había una joven mujer que por ser tan bella tenía muchos pretendientes. De todos ellos, siete la habían impresionado. Un día, los siete fueron a pedir su mano en matrimonio, pero la joven muchacha no quiso elegir a uno en particular por temor a ofender al resto, entristecerlo o hacerle sentir celos. Así que decidió hacerle el amor a los siete.
Aunque sabía que seguramente el tema le iba a causar la muerte, estaba feliz de hacer el sacrificio. Cuando no pudo soportar más, pidió por la muerte y pidió ser reencarnada en una bella flor. Antes de morir le dijo a sus parientes que cuidaran muy bien de su tumba, donde la bella flor crecería desde su corazón. Y aseguró que le iba a encantar su savia a todo aquél que la probara, que iba a querer más, pero que al mismo tiempo le iba a otorgar el bien y el mal.
1. Hace mucho tiempo atrás, había una joven Akha que era muy bella pero al mismo tiempo tenía tan mal oloren su cuerpo que ningún hombre se le acercaba. Por esa razón, tenía una vida muy triste y solitaria, tanto que murió de corazón roto. Antes de morir pidió un deseo y le solicitó a sus vecinos que cuidaran muy bien de su tumba. Cuando cualquiera probara la savia de la flor que crecería allí, querría probar de nuevo y de nuevo. Pero esa savia, además de darle un placer increíble también la causaría un terrible sufrimiento.
2. Hace mucho tiempo atrás había una joven mujer que por ser tan bella tenía muchos pretendientes. De todos ellos, siete la habían impresionado. Un día, los siete fueron a pedir su mano en matrimonio, pero la joven muchacha no quiso elegir a uno en particular por temor a ofender al resto, entristecerlo o hacerle sentir celos. Así que decidió hacerle el amor a los siete.
Aunque sabía que seguramente el tema le iba a causar la muerte, estaba feliz de hacer el sacrificio. Cuando no pudo soportar más, pidió por la muerte y pidió ser reencarnada en una bella flor. Antes de morir le dijo a sus parientes que cuidaran muy bien de su tumba, donde la bella flor crecería desde su corazón. Y aseguró que le iba a encantar su savia a todo aquél que la probara, que iba a querer más, pero que al mismo tiempo le iba a otorgar el bien y el mal.
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