martes, 25 de agosto de 2015

Religiones y Cultos (Cap. Grecia [XV])

Caronte

Caronte era el hijo de Érebo (Dios de la Oscuridad y la sombra) y Nix (Diosa de la Noche). Era el barquero del Hades, y era el encargado de guiar las sombras errantes de los difuntos recientes de un lado a otro del río Aqueronte o Estigia (dependiendo de la leyenda), y solo si tenían un óbolo (una moneda de plata) para pagar el viaje cruzaba la barca atraves del cauce del rio, razón por la cual en la Antigua Grecia los cadáveres se enterraban con una moneda de plata bajo la lengua. Aquellos que no podían pagar tenían que vagar cien años por las riberas del Aqueronte, tiempo después del cual Caronte accedía a portearlos sin cobrar.
Se le representaba como un anciano flaco y gruñón de ropajes oscuros y con antifaz (o, en ocasiones, como un "demonio" alado con un martillo doble) que elegía a sus pasajeros entre la muchedumbre que se apilaba en la orilla del rio. Es el primer paso en el "inframundo" de la Grecia Clásica




En realidad, Caronte solo conduce la barca fúnebre, es el timonel, pero no rema; de ello se encargan las mismas almas. Se muestra con ellas tiránico y brutal, como un verdadero subalterno, que es de Hades.

Cuando Heracles descendió a los Infiernos, obligó a Caronte a pasarlo en su barca, y como éste se negara, el héroe se apoderó de la percha y le propinó tal paliza que el otro no tuvo más remedio que obedecer. A Pesar de ello,
Caronte fue encarcelado un año con la acusación de haberle dejado pasar sin haber obtenido el pago habitual exigido a los vivos: una rama de oro que proporcionaba la Sibila de Cumas
Solo dos vivos más consiguieron cruzar el rio en la barca de Caronte, Orfeo. Este bajo al inframundo para recuperar a su amada Euridice y encantó a Caronte y Cerbero, para traer de vuelta al mundo a su amada. Hades le concedió ese deseo, solo con la condición que no mirara a su amada, que caminaba tras él, hasta llegar a su destino. Orfeo, no cumplió su parte y Euridice volvio a la tierra de los muertos.
La siguiente que cruzo es Psique, era la menor y más hermosa de tres hermanas, hijas de un rey de Anatolia. Afrodita, celosa de su belleza, envió a su hijo Eros para que le lanzara una flecha de oro oxidado, que la haría enamorarse del hombre más horrible y ruin que encontrase. Sin embargo, Eros se enamoró de ella y lanzó la flecha al mar; cuando Psique se durmió, se la llevó volando hasta su palacio.


Para evitar la ira de su madre, una vez que tiene a Psique en su palacio, Eros se presenta siempre de noche, en la oscuridad, y prohíbe a Psique cualquier indagación sobre su identidad. Cada noche, en la oscuridad, se amaban. Una noche, Psique le contó a su amado que echaba de menos a sus hermanas y quería verlas. Eros aceptó, pero también le advirtió que sus hermanas querrían acabar con su dicha. A la mañana siguiente, Psique estuvo con sus hermanas, que le preguntaron, envidiosas, quién era su maravilloso marido. Psique, incapaz de explicarles cómo era su marido, puesto que no le había visto, titubeó y les contó que era un joven que estaba de caza, pero acabó confesando la verdad: que realmente no sabía quién era. Así, las hermanas de Psique la convencieron para que en mitad de la noche encendiera una lámpara y observara a su amado, asegurándole que sólo un monstruo querría ocultar su verdadera apariencia. Psique les hace caso y enciende una lámpara para ver a su marido. Una gota de aceite hirviendo ae sobre la cara de Eros dormido, que despierta y abandona, decepcionado, a su amante.
Cuando Psique se da cuenta de lo que ha hecho, ruega a Afrodita que le devuelva el amor de Eros, pero la diosa, rencorosa, le ordena realizar cuatro tareas, casi imposibles para un mortal, antes de recuperar a su amante divino. Como cuarto trabajo, Afrodita afirmó que el estrés de cuidar a su hijo, deprimido y enfermo como resultado de la infidelidad de Psique, había provocado que perdiese parte de su belleza. Psique tenía que ir al Hades y pedir a Perséfone, la reina del inframundo, un poco de su belleza que Psique guardaría en una caja negra que Afrodita le dio. Psique fue a una torre, decidiendo que el camino más corto al inframundo sería la muerte. Una voz la detuvo en el último momento y le indicó una ruta que le permitiría entrar y regresar aún con vida, además de decirle cómo pasar al perro Cerbero, Caronte y los otros peligros de dicha ruta. Psique apaciguó a Cerbero con un pastel de cebada y pagó a Caronte un óbolo para que le llevase al Hades. En el camino, vio manos que salían del agua. Una voz le dijo que les tirase un pastel de cebada, pero ella rehusó. Una vez allí, Perséfone dijo que estaría encantada de hacerle el favor a Afrodita. Una vez más pagó a Caronte y le dio el otro pastel a Cerbero para volver.
Psique abandonó el inframundo y decidió abrir la caja y tomar un poco de la belleza para sí misma, pensando que si hacía esto, Eros le amaría con toda seguridad. Dentro estaba un "sueño estigio" que la sorprendió. Eros, que la había perdonado, voló hasta su cuerpo y limpió el sueño de sus ojos, suplicando entonces a Zeus y Afrodita su permiso para casarse con Psique. Éstos accedieron y Zeus hizo inmortal a Psique. Afrodita bailó en la boda de Eros y Psique, y el hijo que éstos tuvieron se llamó Placer.

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