miércoles, 17 de febrero de 2016

Leyendas en Catalunya (Jaume Girabau)

Jaume Girabau i Estévez, nacio en Sabadell, el 22 de abril de 1914 - fue asesinado en Madrid, 21 de enero de 1942. Trabajador textil en Sabadell, fue miembro de la Comisión Nacional de las Juventudes Socialistas Unificadas (JSU), incorporándose al Partido Comunista en 1936. Iniciada la Guerra Civil, se incorporó a la expedición que trataba de liberar Mallorca de los sublevados al mando del capitán Alberto Bayo Giroud. Luego luchó en el frente de Aragón y fue comisario de la 30.ª División republicana.
Pasó a Francia al final de la guerra, trasladándose después a Cuba. En 1941 fue enviado a Lisboa por la dirección del Partido Comunista para reforzar a Isidoro Diéguez y el grupo que encabezaba. Todos ellos fueron detenidos por la policía portuguesa y entregados a las autoridades franquistas. Fue juzgado en un consejo de guerra y condenado a la muerte, siendo ejecutado junto a Isidoro Diéguez, Jesús Larrañaga, Manuel Asarta, Joaquín Valverde, Jesús Gago, Francisco Barreiro Barciela y Eladio Rodríguez González.

Leyendas en Catalunya (Josep Miret)

Josep Miret i Musté, nacio en Barcelona 23 de septiembre de 1907 - fue asesinado en el campo de concentración de Mathausen, el 17 de noviembre de 1944. Fue Secretario General de las Juventudes Socialistas Unificadas de Catalunya, militante de la UGT y dirigente del PSUC.
Primero fue consejero de Transportes y luego de abastecimientos de la Generalitat en representación de la UGT.
Era un comunista avezado en la lucha militar y clandestina. Formó parte del Comité Central de las Milicias Antifascistas de Catalunya y, durante la Guerra Civil fue comisario político de la 31ª División del Ejército Republicano.
Tras la guerra tuvo que refugiarse en Francia, donde fue internado en un campo de concentración, del que se evadió para continuar con la lucha.
Las condiciones eran entonces extraordinariamente difíciles al norte de los Pirineos, sobre todo para los revolucionarios. La miseria material era enorme; los militantes clandestinos no podían comer todos los días y la mayor parte de las ocasiones, el único sustento se componía de un trozo de pan. El alojamiento también era precario y miserable. La falta de documentación fue otro problema que, por lo demás, les impedía trabajar, salvo en pequeños oficios. Muchos de ellos no conocían el idioma francés y les resultaba extraordinariamente difícil desenvolverse y pasar desapercibidos para la policía francesa.
En 1940 sustituyó a Emilio Nadal como responsable de la resistencia española, asumiendo un formidable trabajo de reorganización y logrando reeditar clandestinamente los periódicos Reconquista de España y Treball.
También impulsó la organización de las primeras células clandestinas del Partido Comunista en 1941 y 1942 en los puertos de la costa atlántica y en varias ciudades de provincias. Instruyó los primeros comandos de sabotaje, el manejo de los explosivos y la falsificación de documentos.
Fue detenido en París el 30 de noviembre de 1942 y deportado a Florisdorf, un anexo del campo de concentración de Mathausen donde fue asesinado por el Rapportführer de las SS Hans Buhner el 17 de noviembre de 1944.


Leyendas en Catalunya (Joan Comorera)

Joan Comorera i Soler, nacio en Cervera (Lleida), el 5 de septiembre de 1894 - fallece en Burgos, 7 de mayo de 1958. En 1917 inició sus actividades políticas, afiliándose a la Agrupación Socialista de Barcelona del PSOE. Participó en diversas manifestaciones y actividades reivindicativas que le obligaron a abandonar Barcelona, primeramente, a Tortosa y más tarde a Buenos Aires, naturalizándose argentino y donde participó activamente en el Partido Socialista de Argentina. En 1930, debido a sus escritos, tuvo que dejar Argentina, estableciéndose en Montevideo. Tras la proclamación en España de la República en 1931, volvió a Cataluña, uniéndose a la Unió Socialista de Catalunya.
En julio de 1931, Comorera entró a formar parte del Comité Ejecutivo de la USC como secretario de organización. En 1932 fue elegido secretario general dando un notable impulso al partido, aunque sin conseguir dejar de ser un satélite de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), con la que concurrió en coalición en todos los procesos electorales que tuvieron lugar en estos años (municipales y constituyentes de 1931, al Parlamento de Cataluña en 1932). Tras la aprobación del Estatuto de Cataluña, en 1932, Comorera fue elegido diputado del Parlamento de Cataluña, aunque la USC no se integró en el gobierno, pasando a la oposición. Tras las elecciones generales de 1933, que certificaron el triunfo del centro-derecha, y la muerte de Francesc Macià, la USC entra a formar parte del nuevo gobierno de la Generalidad presidido por Lluís Companys y, el 3 de enero de 1934 Comorera fue nombrado consejero de Economía y Agricultura, teniendo un papel fundamental en la redacción de la Ley de Contratos de Cultivo catalana, cuya aprobación llevaría a un profundo enfrentamiento con el Gobierno radical-cedista de la República. En octubre del mismo año participó en la revuelta que proclamó el Estado catalán por lo que fue procesado y encarcelado. La autonomía catalana fue suspendida por el Gobierno de la República y la Generalidad de Cataluña fue sustituida por un Consejo de la Generalidad designado por el Gobierno, en el que participaron diferentes dirigentes de la Lliga Regionalista de Cataluña y el Partido Republicano Radical. Tras el triunfo del Frente Popular en 1936 fue puesto en libertad, reasumiendo su cargo de consejero en la restablecida Generalidad.
Iniciada la Guerra Civil integró la Unió Socialista en el Partido Socialista Unificado de Cataluña (PSUC) del que fue primer secretario general. Durante la guerra ocupó diversas carteras en los gobiernos de la Generalidad de Cataluña presididos por Lluís Companys. El enfrentamiento en el interior del bando republicano en Cataluña entre los comunistas del PSUC y la CNT-FAI le valió la enemistad del poderoso movimiento anarcosindicalista catalán.
Perdida la guerra, pasó a Francia, y en mayo de 1939 a Moscú. Al año siguiente colaboró en México con el gobierno de la República en el exilio y en 1945 volvió a Francia.
Enfrentado a la dirección del Partido Comunista de España, fue acusado de "titista" y expulsado del PSUC en 1949. Volvió clandestinamente a España en 1950 siendo detenido en Barcelona en 1954. Juzgado por un tribunal militar fue condenado a treinta años de reclusión mayor muriendo en el penal de Burgos


Asesinos en Serie (Bruno Lüdke [III])

Bruno Lüdke era una persona con inteligencia limitada, pero no era el tonto que todos creían. Al parecer en el transcurso de las preguntas se formó un vínculo entre los dos hombres. Mientras el asesino estaba contento por ser el centro de atención, todos querían hacerle preguntas y tomarle fotos, además tenía el apoyo de su "amigo" el detective Heinz Franz, la persona que se aseguraba de que Lüdke comiera tres veces al día y no le faltasen cigarrillos. Franz  por su parte era un hombre ambicioso que veía a Bruno como el medio para crecer en su carrera policíaca, arreglando las confesiones de Bruno y haciendo entender en su reporte que "el tonto gigante" era el asesino de varios crímenes sin resolver.
Lüdke, teniendo todo a su favor se sentía protegido por la clausula 51, ley que decía que una persona con deficiencias mentales no era responsable de sus actos y por esto no podía ser enjuiciada. Pronto se volvió claro que Lüdke no le dijo a Franz sobre los asesinatos, fue el mismo detective que le dijo sobre las víctimas y cómo fueron ejecutadas. En el reporte final de los homicidios, el detective Franz hizo que las confesiones de Bruno concordasen con el resto de asesinatos de Alemania y así "resolverlos"
Cuando el informe de los asesinatos cometidos por Lüdke llegó al escritorio de Himmler (el director de la S.S. en ese entonces), éste ordenó investigar profundamente el caso porque era imposible que una persona pudiese cometer tales atrocidades durante el mandato del Tercer Reich. Además de esto, la población alemana reaccionaría mal ante un régimen que se preparó para la guerra y no para gobernar.
No le tomó mucho a Himmler darse cuenta de que “el tonto gigante” estaba respondiendo por crímenes que no era posible que hubiera cometido. Finalmente para apaciguar a la Prensa y a las otras agencias policíacas, llevaron a Bruno de "paseo" y visitaron varias escenas donde el gigante señalaba y decía dónde había asesinado a la víctima. También reveló información que sólo la Policía sabía, que nunca había sido publicada por la Prensa y que le relacionaba con los asesinatos.
En una de las reconstrucciones de los hechos y, mientras era trasladado en automóvil por el crimen que había cometido, se adentraron en el bosque de Köpenich cuando, de pronto, Bruno dijo: “los señores se han pasado de sitio”. El conductor dio marcha atrás, los oficiales le quitaron las esposas a Bruno y le pidieron que indicara el lugar donde habían ocurrido los hechos. Sin dudarlo un instante, "El Bruto" caminó entre los árboles y señaló un lugar. Después, dijo: "Aquí la encontré, aquí la golpeé, aquí la estrangulé, aquí la violé"
Bruno Lüdke no pudo ser enjuiciado por estrangular y violar a sus víctimas, sin embargo fue usado como conejillo de indias en varias instituciones mentales y hospitales. Como castigo fue castrado y ejecutado por inyección letal en una prisión policial de Viena. La ejecución fue mantenida en secreto de las autoridades nazis para evitar el escrutinio jurídico de abogados y. de esa forma, evitar que  descubran la falsedad de las confesiones de Lüdke.
Hasta el día de hoy se le atribuyen más de 50 víctimas a Bruno Lüdke y no se sabe con veracidad si él fue el responsable de estos crímenes o simplemente un "pobre tonto" manipulado para calmar a las masas

fuente: http://www.asesinos-en-serie.com


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Asesinos en Serie (Bruno Lüdke [II])

El viernes 29 de enero de 1943, unos niños que jugaban al escondite encontraron el cadáver de Frieda Rössener, una viuda de 59 años que había sido estrangulada y violada posteriormente, su cartera también fue robada. Pronto la Policía Local de Köpenick envió un reporte a Berlín y se formó un grupo de tres detectives para encargarse del homicidio. El trió estaba comprendido por el criminólogo Heinz Franz y los investigadores Jachode y Mahnke, quienes el mismo día llegaron a la escena del crimen y, tras hacer preguntas a los locales, descubrieron que un hombre con retraso mental y ropas de obrero merodeaba por el lugar con frecuencia. Los oficiales de Berlín pronto comprendieron que se trataba de Bruno Lüdke, el gigante bonachón del pueblo a quien la gente apodaba "tonto" o "bruto". El detective Franz arrestó a Bruno cuando se dio cuenta que tenía manchas de sangre en su ropa, al preguntarle sobre esto, el gigante dijo que era de una gallina. El investigador recordó que en la escena del crimen había plumas de dicho animal y pronto arrestó a Bruno el 18 de marzo de 1943.
Después de ser detenido solo Franz interrogó a Lüdke, al poco tiempo se dio cuenta que las respuestas de Lüdke servirían para que el criminólogo pueda continuar con la investigación a su manera.
En la medida que la investigación progresaba, Franz descubrió que si se acercaba a Bruno de una manera amable, el gigante le daría toda la información que sus preguntas revelen. Pronto las investigaciones de Franz descubrieron que Lüdke era el responsable de estrangular y violar a 51 mujeres en un periodo de quince años. Durante el largo periodo que le interrogaron aparecieron los nombres de algunas víctimas como Käthe Mundt, Bertha Schulz y la familia Umann. Esta nueva información sorprendió a Franz debido a que ninguno de los lugareños señalaba a Bruno como el asesino y no había reportes de algunas de las muertes. De inmediato el criminólogo investigó los casos de estas víctimas.
La verdad de estos crímenes cambió cuando se leyeron los registros policiales de Berlín, en los que se descubrió que Heinz Franz ya sabía de los asesinatos de Mundt, Schulz y los Umann. Bruno posiblemente solamente “confesaba” lo que el detective quería escuchar y cuando se mencionaba otra víctima Lüdke “recordaba” haberla asesinado también, como sucedió en el interrogatorio de la familia Umann, donde Bruno no dijo nada sobre la señora Gutermann, quien había sido asesinada dos días antes que Lüdke matase a todos los Umann. Meses más tarde, cuando Franz le preguntaba al asesino sobre la señora Gutermann, el gigante “recordó” haberla matado, sin embargo no podía dar información correcta de dónde lo había hecho.
En ocasiones Lüdke afirmaba haber matado en Munich, Hamburgo y Berlín, pero cuando era llevado a los estados donde había asesinado, era obvio que el hombre no sabía dónde estaba.



Asesinos en Serie (Bruno Lüdke [I])

Bruno Lüdke, nació el 03 de abril de 1908 en Köpenick (Alemania). Era el cuarto de los seis hijos de Otto y Emma Lüdke. Siendo un niño, Bruno Lüdke recibió un traumatismo craneal que limitó sus facultades mentales, por lo cual luego habría de ser conocido como "El Bruto".
Bruno ingresó a la escuela pública de Köpenick en 1914, cinco años después los profesores de Lüdke se percataron de las dificultades de aprendizaje que Bruno presentaba, razón por la que fue enviado a una escuela para jóvenes con problemas de aprendizaje. Sin embargo en 1922 el adolescente se retiró de clases para trabajar en la lavandería de su familia. Tras el fallecimiento de su padre a causa de un cáncer a la garganta en 1937, Bruno se vio obligado a encargarse del trabajo pesado del negocio familiar. Es a partir de 1938 que el joven Lüdke comienza a tener problemas con la Policía a raíz de que varias personas se quejaron del maltrato de Bruno hacia el caballo que jalaba la carreta de la lavandería. Al parecer Lüdke azotaba al animal con excesiva fuerza.
Antes de proseguir con la detención de Lüdke, la Policía lo sometió a varios exámenes médicos para ver si aún podía manejar su carreta. Aunque Bruno era un fumador empedernido los resultados de las pruebas demostraron que era saludable físicamente, pero su capacidad mental era limitada. Carecía de una correcta habilidad para ubicarse en el espacio y tiempo, tampoco era capaz de calcular, escribir o hacer simples ejercicios mentales, pero sí podía manejar su carreta sin riesgo alguno.
Por su buena naturaleza y poca inteligencia Bruno era conocido como "el tonto bueno", los niños del pueblo solían molestarlo, por lo que el gigante les tenía miedo. En enero de 1939 la ley de "prevención y posteridad sobre enfermos mentales" obligó a Lüdke a ser esterilizado, evento que se llevó a cabo el 22 de mayo de 1940 en un hospital de Berlín.
La Policía Local de Köpenick tenía un archivo de los atracos de Lüdke, que en la mayoría eran simples robos y venta de madera, crímenes que realizaba con la misma carreta que trabajaba. Motivos como estos hacían que Bruno pasara semanas o meses en la prisión de la comisaria, sin embargo la Policía no consideraba a Lüdke como un criminal o amenaza, mas bien era visto como alguien enfermo cuyos actos se debían a su limitada inteligencia. Un incidente similar sucedió el 16 de febrero de 1940, cuando Bruno fue al Café Fuchs en Köpenick y trató de vender un pato muerto a un visitante; pronto un oficial de policía que no era de la zona arrestó a Lüdke y confiscó el pato. En la estación de policía descubrieron que Bruno robó el animal a un granjero, por este crimen el gigante pasó 5 semanas encerrado pero no fue juzgado debido a la clausula 51, ley que protegía a los enfermos mentales