martes, 27 de octubre de 2015

Leyendas en Catalunya (Castell de Montsoriu [III])

En el Castell de Montsoriu hay más leyendas que lo convierte en un paraiso de estas:

En el Castillo de Montsoriu había vivido una bruja que se llamaba Guilleuma, que había sido sido condenada a vivir por toda la eternidad entre las ruinas del castillo, por haber hecho muchos pecados en su vida. Los espíritus infernales la defendían y nadie osaba subir a la cima. En las noches, los animales se confundían con la terrorífica griterío de las brujas. Algunas noches salía seguida de una gran corte de sirvientas, todas ellas vestidas de blanco. Rodeaban las ruinas del castillo en larga procesión, sembrando enfermedades y mal agüero, que hacían perder las cosechas de todos los agricultores de los pueblos cercanos. Los habitantes de los alrededores decidieron luchar contra tanto daño, dirigiéndose fervorosos rezos a Dios y haciéndolo saber al Sr. Obispo de Breda, donde estaban las brujas. Un día el obispo rector de Breda las roció con agua bendita y huyeron todas. De un bote fueron a parar al pico de Morou y, de otro, en el fondo del pozo Negro de Gualba, donde todavía hacen de las suyas.Guilleuma cumplió las órdenes y, para darse más empuje, puso los pies encima de una roca donde dejó las huellas, junto con las de todos sus huéspedes. Así se explica el origen de un enorme peñasco llamado: "Roca Guilleuma"

Asesinos en serie (Margarita Sánchez Gutiérrez [II])

Margarita se cambia del barrio Sants de Barcelona, y vuelve a L'Hospitalet, para vivir con su familia en casa de su cuñado, un hombre de 50 años que también vivía solo. Semanas después el hombre enferma y fallece dejando, inexplicablemente, la cuenta bancaria vacía.
Ahora, Margarita tenía nuevos vecinos, entre ellos un señor de 57 años que vivía sólo en un ático Un tiempo después, este hombre fue encontrado en coma y falleció unos días después. Días más tarde, un amigo y vecino de Margarita de 69 años edad sufre una intoxicación. Margarita le cocinó una paella, el hombre terminó hospitalizado y durante ese tiempo al señor le desaparece medio millón de pesetas. Sobrevivió al envenenamiento gracias a su estancia hospitalaria.
Margarita consiguió meterse en la casa de Pilar Hinojo, una vecina de 67 años. Un día apareció la hija de Pilar al ser alertada por la propia Margarita para que visitara a su madre porque no sabía nada de ella. La hija encuentra a Pilar inconsciente, así llevaba tres días tumbada en el sofá de su casa. Durante los 23 días que pasó Pilar hospitalizada, Margarita se había hecho con un considerable botín de dinero y joyas. Finalmente, Pilar logró sobrevivir.
Una de sus víctimas recuperadas llevó sus sospechas hasta la policía que concluyó que Margarita falsificaba recetas de cierto medicamento que en dosis altas se convertía en veneno. Un veneno que se metabolizaba rápidamente y que si no mataba con esa dosis que ofrecía tan sutilmente Margarita, sí servía para que, con el tiempo, terminase por actuar sobre la salud del que lo había ingerido, provocando un paro respiratorio. El asesinato se convertía, entonces, en muerte natural.
La policía encontró documentos de las víctimas en casa de Margarita y se dice que había aprendido a falsificar firmas y cuentas de ahorro. Su hija también fue detenida en calidad de cómplice, pero era menor de edad.
La mujer se admite culpable de robo, pero no de intento de asesinato. Margarita Sánchez Gutiérrez fue condenada a 34 años de prisión por tres delitos de lesiones, otros tantos de robo con violencia y un delito de falsedad. La absolvieron de los asesinatos al no detectarse casos de muerte por cianamida y porque la intención de Margarita era drogar a sus familiares y vecinos para robarles, no para matarlos según determino la justicia.
Margarita Sánchez Gutiérrez tenía dos hijos. Sonia Navarro Sánchez tenía 16 años y terminó acusada de los mismos cargos que su madre (lesiones, robo con violencia y falsedad), pero por ser menor de edad fue ingresada en el Centro de Menores de la Generalidad de Cataluña. El hijo menor, Javi Navarro Sánchez, de 12 años, tuvo su propia condena ya fue enviado a vivir con otra familia, pues a su corta edad no podía entender la importancia de los crímenes cometidos por su madre

fuente: http://www.diariolavoz.net



Asesinos en serie (Margarita Sánchez Gutiérrez [I])

Margarita Sánchez Gutiérrez, nació en Malaga el 26 de diciembre de 1953. alias "La viuda negra de Barcelona", y "La viuda negra de l´Hospitalet", fue una asesina en serie que recibió este nombre por el método que utilizaba para asesinar, de la misma forma que la famosa araña mataba a sus víctimas mediante un veneno, aunque con la diferencia de que ella lo ponía en comidas y bebidas que ofrecía a sus víctimas. Consiguió asesinar a cuatro personas y otras tres fueron intoxicadas pero lograron sobrevivir. Todas ellas eran personas próximas a ella entre las que se encontraban familiares y vecinos.
Cuando se trasladó a Catalunya vivió primero en L'Hospitalet de Llobregat, en la calle Riera Blanca, donde era conocida como "la bizca". Este era un barrio modesto, de obreros, donde estaba considerada como una mujer conflictiva, aunque no tenía antecedentes penales. Según los vecinos era propensa a los insultos y peleas callejeras, y tenía deudas en algunos comercios de la zona; se mostraba avara y parece ser que no era analfabeta, según lo que ella misma declaró a la Policía. En el año 1991 Margarita se trasladó con su marido, Luis Navarro, y sus hijos Sonia y Javi al piso de sus suegros, en parte porque los habían desahuacido pero también para cuidar al padre de su marido.

Cronológicamente, se sabe que la primera persona relacionada con este caso ingresada en un hospital fue una de las mujeres que Margarita consideraba su amiga, una anciana de 70 años llamada Rosalía Marco Castro que además era vecina en el barrio de Sants de Barcelona. Llegó inconsciente y falleció pocos días después. Tras la investigación, se descubre que de su cuenta bancaria de 20 millones había desaparecido un millón de pesetas y de su casa faltaban ciertos documentos.
Luego, fallece su marido a los 44 años de edad y curiosamente, del mismo mal que anteriormente le había hecho pasar un par de meses ingresado en un hospital: intoxicación. Margarita dijo que su marido tenía problemas con el alcohol. Su suegra, Carmen Nuez (con la nunca se llevó bien), cae enferma poco después y aunque ingresa cinco veces seguidas en el Hospital Clínico, supera con éxito las cinco intoxicaciones, es alli donde proclama que su nuera la está envenenando. Sin embargo, los análisis que le realizan dan un resultado negativo.