lunes, 23 de noviembre de 2015

Leyendas en Catalunya (Anibal Barca [II])

Comienza aquí una de las epopeyas más grandes de la historia. En el 218, desde Cartago Nova, parte Aníbal junto a 90.000 soldados de infantería, 12.000 jinetes y 37 Elefantes, dejando en Iberia 20.000 al mando de su hermano Asdrúbal. Un verdadero ejército multinacional: Númidas, Libios, Púnicos e Iberos (estos últimos eran la mayoría), que tienen como destino la península itálica. La opción de desembarcar directamente en Italia fue descartada, ya que después de la primera guerra púnica Cartago había perdido el dominio del mar. En el camino por Iberia muchos aliados íberos desertan, además Aníbal deja en la zona de los Pirineos un destacamento. Para cuando cruza la frontera con las Galias, su infantería se reduce a 50.000. Avanza por el sur de las Galias donde se cruza con tribus galas. Algunas le son hostiles, provocándole bajas.
Aníbal se enfrenta con el primer obstáculo natural, el río Rodano. Del otro lado lo esperan tribus galas hostiles, ansiosos por atacarlo. Para cruzarlo manda a construir una serie de balsas de 60 metros de largo por 15 de ancho. A éstas se les puso tierra y ramas para que los elefantes se sientan “como en su casa”. Con el fin de evitar que su ejército sea atacado al cruzar, manda la noche anterior una avanzadilla con tropas hispanas para que cruce el rio y a la señal convenida de forma simultánea atacan a los galos. Estos, al ver el grueso del ejército cruzar y que al mismo tiempo son atacados por la avanzadilla hispana, deciden huir.
El cónsul Publico Cornelio Escipion con su hijo (del mismo nombre y quién será el verdadero rival de Aníbal más adelante y que pasa a la historia con el sobrenombre de "El Africano") salen a interceptarlo en Massilia (hoy Marsella), pero Aníbal los esquiva astutamente evitando un conflicto tan lejos de su objetivo principal, pues además deseaba cruzar los Alpes antes del invierno. Para aclarar, en la época de la República de Roma se elegían 2 cónsules en el año, ambos como máxima autoridad civil y militar, algo que cambiará con Sila, Mario, César y finalmente se establecerá con Octavio Augusto como “Imperio”… pero volvamos a nuestra época donde Roma aún es una república y Publio Cornelio Escipión es uno de los dos cónsules.
Llega Aníbal al cruce de los Alpes, tarea nada fácil con un ejército tan grande. Le llevará varias semanas cruzarlo, donde perderá muchos hombres. Al llegar a las planicies Aníbal queda solamente con 20.000 hombres (de los 90.000 originales) y con pocos elefantes… muchos hombres murieron de frío, otros por emboscadas de las tribus galas, otros simplemente se perdieron en riscos y precipicios… imaginen el ejército avanzando en la montaña con frío, hambre y detrás de ellos, no muy lejos, otro “ejército”, pero de civiles que siempre acompañan a los grandes ejércitos en sus campañas, buscando suerte, fortuna, oportunistas de negocio, prostitutas, mercaderes, etc., eso sí, todos compartiendo los mismos peligros y sufrimientos.
 Ya en la llanura, Aníbal empieza a recorrer la zona buscando aliados galos con muy poco éxito. Estos prefieren mantenerse cautos. Finalmente ocurre el primer enfrentamiento con Roma, una escaramuza en el rio Ticino, afluente del Pó, donde las caballerías se enfrentaron. Escipión padre e hijo estaban allí y son emboscados por la caballería de Aníbal. El cónsul (Escipión padre) es herido y su hijo valientemente lo rescata antes que los enemigos de Roma lo capturen.

fuente:  http://eltamiz.com

Leyendas en Catalunya (Anibal Barca [II])

Amílcar muere en un enfrentamiento en Hispania (nombre usado por los romanos con orígenes fenicios) durante el asedio a Héliké. Según cuenta la leyenda, Amílcar se enfrenta al enemigo íbero dándole tiempo a su hijo Aníbal para que escape de una emboscada.  A la muerte de Amílcar le sucede al mando del ejército cartaginés el yerno de Amílcar, Asdrúbal el Bello –no confundir con el otro Asdrúbal, hermano de Aníbal y cuñado de éste–. Aníbal y su hermano aún eran muy jóvenes para el mando.
Asdrúbal el Bello funda, en 227, la ciudad de Qart Hadasht (Ciudad Nueva) mas tarde conocida como Cartago Nova, hoy Cartagena. Luego firma el tratado del río Ebro con los romanos. Este tratado estipulaba que Cartago puede conquistar del río hacia el sur y Roma puede expandirse del Ebro hacia el Norte.
Asdrúbal el Bello es asesinado por causas poco claras; se dice que a manos de un guerrero hispano que había jurado vengar la muerte de su jefe luego de que Asdrúbal lo ejecutara. Sin mando, el ejército cartaginés en Hispania resuelve declarar al joven Aníbal, de 25 años, comandante, ya que éste había demostrado en varias ocasiones ser digno hijo del gran Amílcar (notar aquí una similitud entre Aníbal y Alejandro Magno, ambos con padres poderosos y de gran capacidad militar que sirvieron como ejemplo a sus hijos). Comienza entonces Aníbal una serie de conquistas sobre el sur de Hispania, consolidando el dominio cartaginés iniciado por Amílcar y por Asdrúbal el Bello.

Roma hace tiempo había firmado una alianza con Saguntum (hoy Sagunto), ciudad de origen griego que está al sur del Ebro (en Valencia, concretamente), dentro del área de influencia cartaginesa según el tratado. Esta ciudad siempre generó conflicto entre Cartago y Roma desde los tiempos de Asdrúbal el Bello. Aníbal, con el argumento del tratado del Ebro y para dirimir unas disputas entre Saguntum y otras tribus lindantes, asedia la ciudad y la saquea. Vale la pena aclarar que en aquella época el saqueo de una ciudad normalmente consistía no solamente en robar todo lo que hubiera de valor, sino también en pasar por las armas a todos los hombres adultos, ultrajar a las mujeres y luego esclavizarlas junto a los niños. Este último era el caso mas extremo. Cuanto más se resistía una ciudad a un asedio, más violenta era la represalia: esta cruel forma de guerrear era tomada como ejemplo para las ciudades vecinas de las consecuencias de resistirse. Normalmente cuando una ciudad se entregaba pacíficamente, el conquistador la trataba con respeto.
Roma advierte lo sucedido y le exige a Aníbal que retire el asedio de aquella ciudad, argumentando que Saguntum es su aliada. Aníbal desoye el pedido. Roma envía un emisario a Cartago preguntando si Cartago busca la guerra, a lo que el senado cartaginés responde "… que sea Roma quien lo decida!"; ante esto, Roma le declara la guerra. Vale la pena aclarar que Aníbal procedió sin autorización del senado cartaginés. Éstos, mientras Aníbal envíe parte del botín a la metrópoli, no le ponen objeción.
El plan de Aníbal era debilitar a Roma y así lograr por una parte el apoyo del rey de Macedonia, Filipo V (que nunca vio con buenos ojos la amistad entre Roma y algunas ciudad costeras de Iliria, reino lindante con Macedonia) y por otra, la rebelión de los pueblos itálicos, y a su vez aliarse con tribus de bárbaros de la Galia cisalpina (norte de Italia) que históricamente guerreaban con Roma; éstos incluso la llegaron a saquear dos siglos antes. Con todos estos aliados, Aníbal buscaba aislarla y darle así la estocada final. Pero, como veremos, no tuvo el resultado esperado.

Leyendas en Catalunya (Anibal Barca [I])

En el año 575 los griegos llegan a las costas catalanas, estableciéndose estos en Emporión, conocido ahora como Empúries. Estos griegos se tropezaron ya entonces con los íberos, que trabajan en agricultura y ganadería, y en extracción de hierro, plata, cobre y oro. Los íberos acuñan monedas desde el siglo III a.C. con la inscripción Barkeno, refiriéndose al lugar que ahora ocupa Barcelona. Los íberos layetanos se despliegan desde la desembocadura del Llobregat hasta la población de Blanes, teniendo un alfabeto totalmente diferente al resto de los íberos, compuesto por 28 signos y escribiéndose de izquierda a derecha, todo lo contrario de las zonas meridionales españolas.
Sin embargo, el mito de la fundación de Barcelona se remonta a Hércules, cuando con Jasón y el resto de los argonautas, éste parte en busca del Vellocino de Oro hacia la Cólquide. La novena nave de esta flota (la barca nova o nona) se pierde en una tormenta cerca de la costa barcelonesa y Hércules descubre la embarcación de Cástor y Pólux, los gemelos dioscuros, en una bahía al lado de una pequeña loma, dando nombre a la ciudad, Barca Nona.

Aníbal nace alrededor del año 247, durante la primera guerra púnica (púnico viene de poeni, nombre dado por los romanos a los cartagineses y fenicios). Es el hijo mayor de una familia de nobles cartagineses, los Barca. De allí viene el nombre de la ciudad Barcelona. Su padre, el gran Amílcar Barca, fue general y héroe durante la Primera Guerra Púnica que terminó a favor de Roma, ya que Cartago perdió sus dominios en Cerdeña y Sicilia. Pero mantuvo sus posesiones en Africa e Iberia (nombre de la península según los griegos). La consecuencia mas importante de la primera guerra fue que por primera vez Roma se expande mas allá de la bota italiana y se posiciona como la primera potencia marítima del Mediterráneo, relegando a la otrora gran flota cartaginesa.
Luego de aquella guerra, Amílcar decide que Cartago necesita expandir las posesiones cartaginesas en Iberia para obtener de allí oro y plata. Aníbal pide a su padre acompañarlo en su campaña. Éste accede, pero hace jurar al pequeño Aníbal que hará lo posible por destruir a su gran y odiado enemigo: Roma. Amílcar odia a Roma y traslada su odio a sus hijos; ese mismo odio será la causa que lleve a Cartago a su total destrucción.
Aníbal tenía varios hermanos menores, todos personajes importantes, ya que eran del clan Barca. Entre ellos vale la pena destacar a Asdrúbal y a Magón

Asesinos de Serie (Jerome Henry Brudos [VI])

La misión de incriminar a Jerry Brudos no era sencilla, sin embargo la dificultad se disipó cuando se estableció la cercanía en tiempo y lugar entre Brudos y cada una de las 4 víctimas conocidas. En su taller casero se hallaba mucha cuerda de nylon como la usada para atar los cuerpos de las víctimas. Su apariencia no denotaba tanta fortaleza para movilizar cuerpos, pero esa impresión podía ser engañosa. No había suficiente evidencia ni motivo aún para obtener una orden de cateo girada por un juez. De lo que no se pudo librar fue de la identificación positiva en su contra de una adolescente quien aseguró haber sido molestada por Brudos hacía unas semanas. Aquello fue suficiente para detenerlo justo cuando intentaba moverse junto a su esposa.
El 30 de Mayo, día de su arresto, la Policía descubrió que estaba usando ropa interior de mujer. Aceptó someterse a un interrogatorio, y a pesar de los consejos de su abogado, comenzó a confesar. Durante tres días consecutivos, les contó a los detectives acerca de sus actividades fetichistas y, sin mostrar culpa o remordimiento, habló de todos los asesinatos. Hablaba muy animado como si quisiera contagiar su pasión a los que le escuchaban. Esa actitud engreída y cínica resultaba muy molesta para los oficiales, quienes notaron que Brudos hablaba de las mujeres como si fueran objetos destinados exclusivamente a procurarle placer y diversión. Y a pesar de confesar abundante información, ésta no precisaba detalles cruciales que verdaderamente lo incriminaran. Tal era la malicia de Jerry Brudos. Con lo que no contaba era que, cuando pidió a su mujer quemar sus pertenencias, ésta ya no quiso seguirle el juego y se negó. No se sabe a ciencia cierta si Darcie se había dado cuenta de las actividades criminales, o es que ya estaba cansada de las extravagancias sexuales de su marido, quien al comienzo de su matrimonio le pedía andar desnuda por la casa. Una vez Brudos se presentó en la intimidad ataviado con ropa de mujer, para su desilusión Darcie no comprendió este aspecto de su sexualidad y tras la embarazosa experiencia se decidió no volver a tocar el tema. La señora Brudos también había cuestionado a Jerry acerca del molde de seno que había en su taller casero. Este le respondió que no era mas que un pisapapeles.
El 2 de Junio de 1969 se le acusa oficialmente a Brudos de asesinato en primer grado contra Karen Sprinker y se efectúa el ansiado cateo en su domicilio. El equipo encargado de recolectar los datos quedó estremecido con los hallazgos. Se encontraron primero que nada con el gancho y las poleas empotrados en el techo usados para colgar los cuerpos de las víctimas. También hallaron mucha cuerda y cintas presumiblemente usadas para maniatar a las muchachas. Apareció el molde del famoso pisapapeles en forma de pecho de mujer. Toda la colección de ropa íntima de mujer, como camisones, sostenes, pantimedias y tangas en diversos estilos y tallas. No podía faltar una buena provisión de zapatos de mujer igualmente en diferentes tallas y estilos. Pero lo más espantoso fueron las numerosas fotografías en que salía Brudos mismo vestido de mujer, y luego fueron apareciendo otras donde estaban sus víctimas en diferentes poses y grados de mutilación. Algunas imágenes tenían recortada la parte donde estaba la cabeza, como para gozar el anonimato de la víctima. Pero hubo una fotografía que inclusive causó profunda impresión a los propios abogados de Brudos. En ella, aparecía colgada una jovencita en el mencionado gancho de su taller, vestida con un camisón y ligueros. En una esquina inferior de la foto, se aprecia un espejo que yace en el suelo donde se refleja la imagen estática del asesino. Se trataba de Jerry Brudos contemplando a la mujer que había matado momentos antes.

 A pesar de que al momento de comenzar el juicio de Brudos no habían aparecido los cuerpos de Slawson y de Whitney, la evidencia física hallada en su casa, la confesión y el testimonio de varias personas constituyeron el llamado ‘cuerpo’ del delito. Después de la consabida batalla legal en la corte, Brudos fue sentenciado a tres cadenas perpetuas. Sus abogados no podían ya salvar el hecho de la culpabilidad de Brudos, la evidencia así lo mostraba. Pero se enfocaron en demostrar que el defendido, había perdido el control de sus actos, tras un accidente laboral cuando tocó accidentalmente un cable con mucha corriente. Después de aquel incidente, le habían dado fuertes dolores de cabeza y había comenzado a fantasear en guardar cuerpos de chicas en su refrigerador. Siete psicólogos analizaron al acusado para finalmente determinar que a pesar de tener un agudo desorden de personalidad, y de mostrar parafilias, el señor Brudos era perfectamente capaz de discernir entre el bien y el mal. Entonces la estrategia tuvo que corregirse, para finalmente declararse culpable de los cargos.
Durante sus años de prisión Jerry Brudos no lo pasó muy bien, siendo blanco frecuente de ataques. En uno de los cuales le provocaron una fuerte herida en el cuello que requirió decenas de puntos de sutura. Llegó el día en que Brudos se negaba a dar entrevistas y a ventilar de nuevo sus crímenes con tal de que nadie más se enterase en la prisión de sus pasadas monstruosidades. Se supo que en su celda tenía apilados numerosos catálogos de calzado, que frecuentemente solicitaba por correo. Luego fue conocido por ser un genio de las computadoras. Durante mucho tiempo insistió al comité de libertad bajo palabra que ya estaba reformado y listo para salir, pero siempre le fue negada la moción. El 28 de Marzo del 2006 a los 69 años, falleció en prisión de causas naturales (se menciona que estaba en tratamiento por cáncer de colon).

fuente: http://www.asesinos-en-serie.com


Asesinos en Serie (Jerome Henry Brudos [V])

El 23 de Abril de 1969 desapareció la señorita Linda Salee. Había ido a un centro comercial a comprar un regalo para su novio, pero nada más se supo de ella. Igual que con las otras víctimas, su automóvil fue hallado abandonado y sin señales de que alguien hubiera entrado al vehículo a la fuerza. El novio fue interrogado pero no hubo ninguna razón para considerarlo sospechoso. En esta ocasión Brudos usó la vieja artimaña de fingir ser un policía y, blandiendo una placa, obligó a la chica a hacer lo que él quería. Para manipularla la acusó de robar una tienda. Al parecer la chica no pensó que fuera a ser asesinada pues no hizo nada por escapar cuando Brudos la dejó amarrada mientras se fue a almorzar. De regreso la violó al mismo tiempo que la estrangulaba. Al parecer le insertó cables con corriente en el tórax para hacerla “bailar…” Tales eran las fantasías del depravado asesino, de controlar hasta en la muerte a sus víctimas, conducta observada en otros asesinos como Dahmer y Dennis Nilsen.
Tras la desaparición de Salee, la Policía súbitamente recordó el caso de Linda Slawson, quien desapareció en similares circunstancias, sin dejar rastro alguno. Se dieron cuenta de que todas las desaparecidas eran mujeres blancas, jóvenes y de alguna manera atractivas. También se descubrió un patrón: todas desaparecían después de mediados de mes. Pocas semanas después un hombre que iba de pesca encontró restos humanos atrapados en la corriente del río Long Tom. Al llegar la Policía se dio cuenta que esta era evidencia de un crimen, y lo curioso es que de inmediato comenzaron a recabar evidencias cruciales para el caso. El cadáver estaba atado a un peso con una cuerda de nylon con un nudo muy especial.
Asimismo la presencia de alambre de cobre le indicó a los detectives que el o los asesinos tenían experiencia como electricistas. Por las marcas del cuello, el forense determinó que lo más probable era que la chica muriera por estrangulamiento. Gracias a las impresiones dentales se determinó que la desafortunada víctima era Linda Salee.
Ante el macabro hallazgo la Policía comenzó a buscar exhaustivamente por el río y poco tiempo después se encontraron nuevos restos en descomposición. Encontraron iguales nudos y materiales, lo que reforzaba la idea de que era un solo individuo el sospechoso de los crímenes. También la chica hallada estaba atada a un peso. Mediante la ropa que aún conservaba el cadáver fue posible identificarlo como perteneciente a Karen Sprinker. Tras mayores rastreos no fue hallado nada más en las riveras del río. Lo único seguro para la Policía era que estaban buscando a un sujeto muy fuerte. Finalmente alguien en el departamento de policía tuvo una brillante idea: investigar en la universidad local, dada la juventud y naturaleza de las víctimas. Aquella estrategia dio frutos inmediatos.
Los investigadores que interrogaron a las estudiantes de la Universidad Estatal de Oregon se enteraron de la queja de varias señoritas que hablaban de un hombre que les hacía llamadas telefónicas tratando de sonsacarlas. Además, varias personas habían notado la presencia en el campus de un extraño sujeto pelirrojo y ligeramente panzón. Con tan buena suerte, se pudo contactar a una muchacha que en efecto había accedido verse con este sujeto, quien se describió como veterano de Vietnam en busca de compañía. La chica no tenía intenciones de ver de nuevo al sujeto dado su comportamiento fuera de lugar. En la cita este hombre alto y pecoso había querido hablar acerca de las chicas halladas en el río. Además en un raro desplante, quiso saber por que ella no tenía miedo de que él la fuera a estrangular. Sin embargo la Policía confiaba en que el hombre le llamaría de nuevo y le pidió a la estudiante que por favor aceptara otra cita más y así sucedió unos días después. La chica notificó inmediatamente de la hora y el lugar del encuentro a los oficiales.
Una vez puesta la trampa, los oficiales conocieron al sospechoso: un hombre alto, ligeramente regordete, de quien conocieron que se llamaba Jerry Brudos. Carecían de elementos para detenerlo en ese momento así que se conformaron con saber que vivía por el rumbo y que curiosamente se dedicaba a la Electrónica. Tras cinco días de vigilarlo e investigar su pasado, decidieron arrestarlo.



Asesinos en Serie (Jerome Henry Brudos [IV])

La siguiente victima fue Karen Sprinker, muchacha de 19 años, que fue secuestrada por Brudos el día 27 de Marzo de 1969 en un centro comercial al que la víctima había ido para reunirse con su madre. A pesar de que a Brudos no le agradaron los zapatos que la chica calzaba, se decidió por ella tras haber fallado con otra. A punta de pistola la hizo subirse a su carro y la llevó directamente a su casa, donde la violó y la forzó a posar con la ropa interior y zapatos de su colección. La colgó del cuello en su sistema de poleas y la asesinó. El cadáver de Karen sufrió las mismas vejaciones que los dos anteriores. Esta vez fueron cortados los dos senos dado que había fracasado en su anterior intento por hacer un buen molde para el pisapapeles. Para que el cuerpo no ensuciara su carro, le colocó un enorme sostén con algodones y gasas. El día de su secuestro su mamá la esperó por más de una hora. Testigos indicaron que habían visto a una mujer alta muy extraña merodear el estacionamiento de la tienda. Alguien dijo que al ver de cerca a la “mujer” descubrió que se trataba de un sujeto travestido. Todos se giraban a mirar al individuo. Sin embargo este dato no fue relacionado directamente con el secuestro de Karen Sprinker.
Un incidente adjudicado a Brudos después de su detención se dio el 21 de Abril de 1969, protagonizado por la señorita Sharon Wood, quien ese día asistió a un centro comercial para reunirse con su ex esposo para discutir sobre su divorcio. Sin embargo le tocó estacionar su vehículo en un nivel y lugar apartado del sótano. Entonces notó que alguien la observaba, específicamente un extraño sujeto. Instintivamente pensó en acercarse donde se escuchaba el ruido de las personas, pero en ese momento alguien tocó su hombro. Al voltear vio a este hombre con una pistola en mano. El tipo le dijo que guardara silencio, sin embargo su reacción fue, aparte de terror también de furia, y decidió pelear por su vida pues algo le indicaba que este hombre era un homicida. No permitiría ser atacada de esa manera. Después de algo de lucha y forcejeo, consiguió morderle una mano. A pesar de que el sujeto pesaba mucho más que ella, logró conseguir segundos preciosos puesto que el sujeto tuvo que huir ante la cercanía de un automóvil. Sharon Wood informó a la Policía que el sujeto tenía ojos azules y muchas pecas, pero ninguna persona que estuvo cerca del acontecimiento pudo recordar a un hombre con tal descripción.
Pocas horas después una chica de 15 años de Salem, Oregon, reportó a la Policía haber sido tratada de introducir a la fuerza a un carro por un hombre alto y pecoso. Hasta ese momento la Policía no sospechaba que tenía en su territorio a un asesino serial en libertad. Los estudiosos coinciden en señalar que el estado de Oregon nunca había tratado con criminales seriales, por lo que la respuesta de las autoridades era mas bien tibia e inefectiva.


Asesinos en Serie (Jerome Henry Brudos [III])

En 1967 finalmente la familia Brudos se establece en Portland, donde Jerry (Henry) ha obtenido un empleo como electricista. Darcie está embarazada de nuevo y el papá está feliz ante la perspectiva de tener un hijo varón. El día del nacimiento de Jason, quiso el destino que Darcie negara a Henry su presencia durante el parto. Este caprichoso rechazo le provocó una gran tristeza y muy pronto regresó al robo de zapatos y calzones. De hecho unas cuantas semanas después Brudos descargó su ira contra una mujer de la ciudad a quien atacó dentro de su casa una vez caída la noche. La desmayó, violó y robó sus pertenencias íntimas.
Para un hombre tan depravado como Brudos, escalar en la gravedad de sus crímenes era cosa de tiempo y tenía que llegar el primero de varios asesinatos atribuidos a su persona.

En 1968 la señorita Linda Slawson, de apenas 19 años, trabajaba por comisión para una compañía de libros. Vendía enciclopedias de puerta en puerta para ayudarse a pagar la escuela. El 26 de Enero efectuó su último recorrido en un vecindario de Portland para desaparecer. No se supieron muy bien las circunstancias de la desaparición de la chica, hasta que se tuvo a Brudos en custodia. De momento la compañía de libros no tenía registrado el itinerario de visitas de Slawson y la Policía solo pudo hallar el auto de la chica sin poder obtener alguna pista sólida sobre su paradero. Brudos confesó que tan pronto Slawson estuvo en su jardín, planeó meterla a su taller por medio de engaños. La chica lo siguió inocentemente hasta su taller de la casa donde con una palanca la golpeo noqueándola al instante.
Luego procedió a estrangularla y, con toda la calma del mundo, teniendo el cadáver de una mujer en su casa, habló con su familia, diciéndoles que se fueran a comer a un centro comercial, cosa que su esposa e hijos diligentemente hicieron. Inmediatamente la desvistió y le probó la ropa que tenía guardada. Tomó todas las fotografías que pudo y decidió deshacerse del cuerpo, no sin antes cortarle un pie con una sierra. Dicho pie fue almacenado temporalmente en un congelador para posteriormente usarlo en sus ritos fetichistas. El cuerpo lo tiró atado a un bloque de motor al río Willamette. Estas confesiones fueron motivo de gran irritación por parte de la Policía, que tenía que soportar la arrogancia y el cinismo de Brudos al reconocer los crímenes
El 26 de Noviembre de 1968, la señorita Jan Whitney de 23 años desapareció igual que Slawson, en circunstancias misteriosas. Su automóvil marca Rambler fue hallado abandonado en una carretera cerca de Albany, Oregon. Ese día iba camino a casa para el festejo del Día de Gracias. La Policía supuso que, tras un fallo mecánico de su coche, tuvo que hacer autostop y alguien habría aprovechado para secuestrarla. En esas épocas y lugares, era habitual que las muchachas hicieran autostop y no era tampoco extraño que los depravados aprovecharan esas abundantes oportunidades para secuestrarlas. Según Brudos, Whitney estaba a un lado de la carretera con su auto descompuesto. A pesar de que estaba acompañada por un par de sujetos de aspecto hippie, no desaprovechó la oportunidad que se presentaba con esta muchacha. De acuerdo a esto, los tipos no podían componer el auto, así que Brudos se ofreció ayudar. Tuvo la paciencia de irlos a dejar a donde iban los señores y luego condujo a la muchacha hasta su casa.
Ahí le dijo que esperara mientras Brudos informaba a su mujer que iba a arreglar el auto de la señorita Whitney. Regresó a ella e increíblemente la muchacha aceptó de buen grado los extraños juegos que Brudos jugaba. Probablemente la muchacha estaba dispuesta a juguetear con un hombre desconocido, sin embargo este no era el indicado. Después de colocarle un lazo en los ojos, la estranguló con el mismo. Después de asfixiarla, tuvo sexo con el cadáver. Llevó el cuerpo a su taller y tuvo sexo numerosas veces más, fotografiándolo con las ropillas femeninas producto de sus hurtos. Finalmente colgó el cadáver en un gancho con unas poleas que había montado en el techo. Cualquiera que hubiera entrado al sitio, habría descubierto las actividades criminales de Brudos, pero éste no hacía gran cosa por ocultarlas. Se dio el caso que un automóvil se estrelló en su propiedad haciendo un hoyo en la pared. Si alguien hubiera echado un vistazo podría haber descubierto algo, sin embargo nadie lo hizo. Ni siquiera el olor a muerto llamó la atención de nadie. Igual que Linda Slawson, Jan Whitney fue a dar al río Willamette junto a una pieza de coche muy pesada. Brudos, antes de deshacerse del cadáver, arrancó un seno al cuerpo con el objetivo de hacer con el un pisapapeles.



 

Asesinos en Serie (Jerome Henry Brudos [II])

Un día a Jerry lo descubren con la pornografía perteneciente a su hermano mayor y entonces debe aguantar los fuertes regaños de la madre, que era especialmente susceptible contra todo lo sexual de su hijo, a quien por cierto obliga a lavar a mano sus sabanas ensuciadas durante sus sueños húmedos. La falta de naturalidad y comprensión de parte de su madre con temas delicados como este, no ayudan en nada al desarrollo emocional del joven Jerry Brudos.
A los 16 años Jerry Brudos logra entrar a estudiar un grado en Electrónica en la Universidad Estatal de Oregon. Esto a pesar de ser más bien un estudiante mediocre. A esta edad está obsesionado con los tacones y la ropa interior de mujeres que roba cada vez que hay una oportunidad. Es muy proclive a atacar a las mujeres de su edad, a quienes con engaños las conduce a lugares apartados donde las golpea sin motivo aparente, las fotografía y obliga a desnudarse. Digamos que tenía una gran necesidad por dominar y humillarlas. Sin embargo en una de esas, es descubierto por unas buenas personas que lo denuncian, mientras fingía ayudar a una víctima suya. La Policía lo detiene y en su casa y coche son halladas fotos, equipos fotográficos y ropa de mujer, se le detiene bajo los cargos de asalto. Las autoridades deciden enviarlo a un hospital psiquiátrico donde los médicos determinan que padece esquizofrenia y desajustes sexuales motivados por su tránsito en la adolescencia. Por las desviaciones y el fetichismo le es impuesta una terapia de 9 meses. Mientras purga su "condena" hospitalaria, continúa asistiendo a clases en la escuela. Al finalizar el tratamiento, el panel de doctores establece que Jerry Brudos no representa un peligro para la sociedad.
El 9 de Marzo de 1959, Brudos se une a la milicia de su país realizando su entrenamiento en Georgia y siendo estacionado en el fuerte Ord en California. Ni con la distracción de sus actividades ni con la disciplina impuesta por la Armada, Brudos abandona sus extrañas fantasías, como una de ellas, consistente que una mujer coreana lo seducía. Después de hablar con sus superiores, es enviado con el psicólogo de la Armada, el capitán Theodore J. Barry, quien después de analizarlo recomienda la baja, a causa de sus "extrañas obsesiones…" En 1960, a los 21 años y de nuevo viviendo con sus padres, se reporta un incidente en el cual Brudos queda impresionado por una chica que ve pasar por la calle, la sigue y decide atacarla para robarle sus zapatos. Este tipo de lances producían un efecto de corte erótico y de dominación para Brudos. Se entiende que cada vez va refinando sus métodos para acercarse a sus víctimas.
Tras obtener su licencia FCC, Brudos consigue empleo en una estación de FM. Ahí conoce a Darcie Metzler, entonces de 17 años, con quien comienza una relación romántica. Comprensiblemente los padres de la muchacha desaprueban el noviazgo pero en un acto de rebelión ella enfoca toda su atención al extraño electricista. Terminan casándose a mediados de 1962. Tienen su primera hija, llamada Megan, pero al principio del matrimonio se tienen que mover mucho a causa de la inestabilidad laboral de Brudos.

Asesinos en Serie (Jerome Henry Brudos [I])

Jerome Henry "Jerry" Brudos nació en Webster (Dakota del Sur) el 31 de enero de 1936 - Fallece el 28 de marzo de 2006  fue un asesino en serie y necrófilo, también conocido en inglés como The Lust Killer y The Shoe Fetish Slayer.
Fue el segundo hijo de la pareja formada por Henry y Eileen, quienes ya tenían un primer hijo varón llamado Larry. Su llegada no estaba planeada y su madre deseaba una niña, con lo que su venida al mundo fue doblemente repudiada, por lo que desde pequeño Brudos padeció aislamiento y severidad por parte de su madre. Durante la infancia de Brudos, su familia se movió a Portland, Oregon.
uando Brudos tenía aproximadamente 5 años, sucedió el hecho que marcaría por entero su vida. Jugando por el vecindario cerca de su casa, halló un par de tacones de mujer en un rincón donde estaban apilados botes y bolsas de basura. Cuando la madre descubrió a Jerry usando el par de tacones dentro de su cuarto, su reacción fue de gran sorpresa e irritación. El regaño de la señora hacia el pequeño niño lo dejó profundamente impresionado acerca de la extraña y prohibida naturaleza de los zapatos de tacón de mujer. Desde ese día y tras la destrucción de los mentados tacones, Jerry Brudos desarrolló un enfermizo fetichismo que lo acompañaría el resto de su vida.
Más tarde le ocurrió a Brudos un vergonzoso episodio en la escuela, cuando en el primer año de primaria un compañero lo delata porque estaba a punto de robar uno de los pares de zapatos de tacón que la maestra tenía guardados en el salón. Brudos es regañado en frente de todos y abandona la clase. En los estudios no obtiene muy buenos resultados y no consigue pasar el segundo año de instrucción. Frecuentemente se queja de fuertes jaquecas que le impiden ver con claridad. En cadena sufre una enfermedad tras otra en la garganta. Cuando tiene 12 años, su familia se traslada a un vecindario de Wallace Pond, Oregon, donde varios vecinos tienen hijas adolescentes. Junto con algunos vecinos Jerry adquiere la manía de invadir los cuartos de ellas para jugar con la ropa interior, y claro está, robársela. Junto con los tacones, la ropa interior femenina sería la otra gran pasión fetichista de Brudos.