El 22 de noviembre de 1972, el tribunal condenó a Richard Franklin Speck a cuatro penas consecutivas de entre 50 y 150 años de cárcel. El total de la sentencia, de 400 a 1200 años, fue la más larga jamás dictada en Estados Unidos hasta aquel momento
A pesar de su larga condena, Speck fue incluido entre los presos con derecho a salir en libertad bajo palabra en 1976. Richard dijo entonces, y de nuevo en 1981, que no estaba interesado en esa posibilidad. Siguió pasando el tiempo pintando en la penitenciaría de Stateville. No obstante, en 1987 cambió de idea acerca de la libertad. Los familiares afectados formaron una asociación para impedir su liberación.
En la cárcel, Speck volvió a consumir drogas y a protagonizar algunos episodios de violencia. Recibió en prisión cientos de cartas de mujeres que le deseaban como amante (quizás por el mito acerca de su potencia sexual, que le había permitido violar supuestamente a las ocho enfermeras muertas), pero él decidió empezar a tomar hormonas. Se volvió homosexual y tuvo como pareja a un afroamericano. Además se pavoneaba de gusto por ser el autor de la masacre de Chicago.
Poco antes de morir, Speck le dijo a su hermana:
- "Puedes decirle a tus hijos que Richard Speck no era su tío".
Speck murió de un ataque al corazón a las 6:05 del 5 de diciembre de 1991, un día antes de su cumpleaños número cincuenta, en el Hospital de la Cruz de Plata en Joliet. Lo llevaron allí después de quejarse de dolores en el pecho y náuseas. Como nadie reclamó su cuerpo, el cadáver de Speck fue quemado por los oficiales de la prisión. Su hermana decidió no enterrarlo ella. Tenía miedo de que la gente profanara la tumba en caso de que se enteraran dónde yacía. Todos los testigos juraron mantener la ubicación de la tumba en secreto.
fuente: http://serialkillers.obolog.es