jueves, 25 de febrero de 2016

Leyendas en Catalunya (Complot de Prats de Molló [IV])

En un interrogatorio preliminar, Francesc Macià, en nombre de todos los acusados, afirmó que los conjurados representaban "la pervivencia del espíritu rebelde de la Catalunya oprimida", y pocos días después en una entrevista para el diario "Le Petit Journal" de París justificó el intento de invasión: "Catalunya separada de España no solo será más feliz en el sentido espiritual, sino también en el sentido económico" (al igual que hoy que sobrellevamos la carga de la politca inutil española y su funcionariado). Durante la instrucción Macià confesó, según consta en las actas del juicio, "haber preparado y organizado una expedición armada para conquistar el poder y proclamar la República Catalana Independiente".
El juicio comenzó el 21 de enero de 1927 y durante el mismo Macià aprovechó la oportunidad para leer una larga declaración en nombre de todos los inculpados en la que defendió la "causa de Catalunya"
Francesc Macià, gracias a la buena labor de su abogado defensor Henri Torrès, sólo fue condenado a dos meses de cárcel y como ya los había cumplido en prisión preventiva, fue puesto inmediatamente en libertad. Pagó una multa de 100 francos por tenencia ilícita de armas, y fue expulsado a Bélgica.
Garibaldi fue condenado a dos meses de prisión y al pago de una multa de 100 francos, y el resto de los acusados a un mes de prisión y 50 francos de multa. Todos fueron puestos en libertad, porque las condenas eran inferiores al tiempo que habían pasado en prisión preventiva, y expulsados a Bélgica
A pesar del fracaso, el complot tuvo un amplio eco internacional lo que provocó que, según Eduardo González Calleja, cobrara "una inesperada dimensión épica" y diera "origen al persistente mito de l'Avi [Macià], precisamente en el momento de más baja popularidad de la Dictadura y sus cómplices en Catalunya". Macià desarrolló a partir de entonces una febril actividad propagandística de la "causa catalana". En diciembre de 1927 inició un viaje por América Latina, que culminó en Cuba, donde en octubre de 1928 convocó la autodenominada Asamblea Constituyente del Separatismo Catalán, de la que surgiría el Partit Separatista Revolucionari de Catalunya. En la Asamblea se aprobó la Constitución Provisional de la República Catalana y asimismo se decidió que el método de lucha seguiría siendo el alzamiento armado de los catalanes, aunque tras el fracaso del golpe de Estado de enero de 1929 encabezado por José Sánchez Guerra, Macià decidió abandonar el proyecto de una nueva invasión y apostó por organizar una insurrección en el interior de Catalunya, vinculada a las diversas conspiraciones antidictatoriales y antimonárquicas que entonces se estaban tramando.

Leyendas en Catalunya (Complot de Prats de Molló [III])

Según una versión no referenciada, Francesc Macià era partidario de no llevar a término ninguna acción hasta tener reclutados y preparados entre 400 y 500 voluntarios, pero las rivalidades entre los dirigentes del partido (como Daniel Cardona) para obtener el apoyo de los catalanes americanos y el hecho que los sectores más jóvenes y radicales (agrupados en la organización clandestina Bandera Negra) llevaran a término el fracasado "Complot del Garraf" empujaron Macià a dar el visto bueno a la operación antes de lo esperado.
El 30 de octubre Macià dio la orden de movilización para que los comprometidos en la operación, una aventura gloriosa, según Macià, se presentaran, unos en Prats de Molló y otros en Sant Llorenç de Cerdans, entre esa fecha y el 1 de noviembre, mientras el propio Macià junto con Ventura Gassol establecían el cuartel general en una casa de campo cercana a Prats de Molló. El plan de movilización consistía en que un grupo de hombres vestidos de excursionistas saldrían de París y de otras ciudades francesas (Burdeos, Toulouse, Lyon, Perpiñán), como miembros de un grupo montañero que se dirige al Canigó. Llevarían escondidas armas, teléfonos de campaña, material sanitario, propaganda impresa y una bandera estelada que se izaría en el campanario del primer pueblo que fuera ocupado.
La proyectada invasión resultó un completo fracaso porque la policía francesa estaba sobre aviso, al parecer por una filtración procedente del grupo de Garibaldi, y no tuvo muchas dificultades para detener cerca de la frontera española a la mayoría de los participantes en la invasión (fueron 111 los detenidos). Francesc Macià fue arrestado el día 4 en la casa de campo que ocupaba. Mientras tanto en Barcelona la policía española, que también estaba al tanto de la operación, detuvo a los implicados en el complot del interior de Catalunya.
Francesc Macià era conducido a Perpignan, a donde también fueron llevados el resto de los detenidos, siendo alojados en el cuartel del regimiento de fusileros senegaleses. Al cabo de pocos días, la mayoría de los arrestados son expulsados de Francia, mientras una veintena, considerados los cerebros de la operación, son trasladados a París para ser juzgados. La noticia del complot des catalans, como lo llama la prensa francesa, y el juicio posterior ocupa las páginas de los periódicos de Europa y de América, lo que supone un fuerte respaldo para la "causa catalana". Macià, con 67 años, se convierte en un personaje popular en Francia, y es presentado en ocasiones como un "don Quijote" idealista.
Los implicados llevados a juicio en París fueron 18 (16 catalanes [el propio Macià, Josep Bordas, Roc Boronat, Josep Carner Ribalta, Ernest Dalmau, Josep Esparch, Ventura Gassol, Joan Moragues, Josep Morella, Pere Morella, Luis Morella, Josep Rovira, Martí Vilanova, Ramon Fabregat, Artur Coromines, Juli Figueras]) y 2 italianos (Arturo Rizzoli y Ricciotti Garibaldi, hijo).

Leyendas en Catalunya (Complot de Prats de Molló [II])

Tras el fracaso del intento de golpe de estado de junio de 1926, conocido como la Sanjuanada, Francesc Maciá decide llevar adelante su plan de invasión de Catalunya a través de la frontera francesa. "Yo, por mi parte, creo que no ha acabado aquí el complot, y he decidido firmemente y al margen de lo que puedan hacer ellos y al margen de todo lo que puedan hacer nuestros otros aliados, llevar a cabo algo nosotros solos, que aunque no se asegure la libertad... al menos nos hará quedar en un lugar bien digno", escribiría Francesc Macià.
El plan de Macià consistía en que los escamots penetrararan por Prats de Molló, en la Catalunya francesa, y tras la toma de Olot se dirigieran a Barcelona, donde se declararía la huelga general, que contaría con la colaboración de una parte de la guarnición, y donde se proclamaría la República catalana. Se esperaba que esta proclamación provocaría levantamientos en otras regiones españolas.
Por esas mismas fechas Macià entró en contacto en París con un grupo de exiliados italianos entre los que se destacaba Riciotti Garibaldi, nieto del héroe de la unificación italiana, quien en realidad no era un combatiente antifascista sino un agente doble al servicio de la policía política de Mussolini. Gracias a éste, Primo de Rivera tuvo conocimiento de la invasión que se proyectaba. Muchos de estos exiliados italianos, entre 50 y 100, que participaron en la operación habían combatido en la legión garibaldina durante la Primera Guerra Mundial. Con su intervención Macià buscaba la experiencia militar que les faltaba a sus escamots, y eso que "Macià sabía perfectamente que se trataba de unos personajes complejos y contradictorios. Había una minoría de voluntarios politizados, idealistas, y una mayoría de aventureros, personajes marginales, desclasados y hasta delincuentes, residentes desde hacía años en Francia... [y que] malvivían por los cafés y tabernas de París". El que los reclutó fue Arturo Rizzoli, un veterano de la Gran Guerra, que trabajaba como lavaplatos en un restaurante de París donde conoció a Joan Nicolau, miembro destacado de Estat Català, que también trabajaba en el establecimiento.
El plan del ataque consistía en crear dos columnas armadas que, de madrugada, atravesarían la frontera hispano-francesa y se adentrarían por caminos de montaña hasta las inmediaciones de Olot, donde se les unirían varios grupos más. Una vez reunidos, la estrategia consistía en caer por sorpresa sobre la capital de la comarca de La Garrotxa, Olot, y atacar los cuarteles de la Guardia Civil y de los Carabineros. En este momento, aprovecharían la acción para difundir la noticia de la proclamación de la República Catalana mediante una emisora que ellos mismos transportarían. Se esperaba que, al recibir la noticia de la operación, el pueblo catalán se sublevaría. Posteriormente, se marcharía hacia Las Guillerias donde se instalaría el campamento base y se proseguirían las operaciones.
La idea parece que fue del propio Macià, quien había sido coronel del Ejército español, y la decisión de llevarla a cabo la tomó la dirección de Estat Català, exiliada en Francia y repartida por tres sitios distintos: en Bois-Colombes (Altos del Sena) estaba Ventura Gassol, Josep Bordas de Cuesta, Josep Carner, Ernest Dalmau, Josep Rovira, Josep Marlès y Martí Vilanova; en Toulouse Roc Boronat y Juli Figueres, y en Perpignán Artur Coromines y Josep Esparç. Macià nombró como lugartenientes a Josep Bordas de Cuesta para las cuestiones políticas, Josep Carner y Ventura Gassol para las de propaganda, Josep Rovira, Martí Vilanova, los hermanos Morella, Joaquim Carrió, Roc Boronat y Ferran Arqués para las militares. En el interior se encargaban de captar voluntarios Jaume Aiguader y Amadeu Bernadó.




Leyendas en Catalunya (Complot de Prats de Molló [I])

El Complot de Prats de Molló, más conocido en la historiografía catalana como "els fets de Prat de Molló" (por el topónimo en catalán de localidad del Rosellón francés Prats-de-Mollo-la-Preste), fue un intento de invasión militar de Catalunya efectuado desde Francia para conseguir su independencia planeado por Francesc Macià y la dirección del partido Estat Català, descubierta y abortada en 1926. El plan consistía en la penetración de dos columnas (una desde Saint-Laurent-de-Cerdans; la otra, desde el Coll d'Ares), que tenían que ocupar Olot y proclamar la República Catalana.
El golpe de Estado de Primo de Rivera y la política anticatalanista que adoptó inmediatamente reafirmó la apuesta de Estat Català por la vía insurreccional. Francesc Macià, el líder de Estat Català que entonces tenía 64 años, lo expuso claramente el 7 de octubre de 1923 poco antes de huir a la Catalunya francesa cuando explicó que el principal objetivo de su partido era formar una gran coalición con las organizaciones obreras y los partidos republicanos catalanes, y con los nacionalistas radicales vascos y gallegos, para llevar a cabo un movimiento subversivo que acabara con la Dictadura. Con ese objetivo se formaron los primeros "escamots", se fundó en París, a donde Macià fue obligado a trasladarse desde Perpiñan por orden de la policía francesa, tras unos incidentes durante la celebración de unos "Jocs Florals" en Toulouse, un Comité Separatista Català, que haría las funciones de cuartel general de la insurrección, y se comenzó a recaudar fondos para la compra de material de guerra. En el plano internacional Francesc Macià contactó con diversos movimientos de naciones sin estado europeos y con los nacionalistas filipinos para formar una Liga de Naciones Oprimidas, constituida en septiembre de 1924, que actuaría como centro de propaganda y como grupo de presión ante la Sociedad de Naciones. El plan inicial de Macià era organizar una incursión fronteriza que le permitiera ocupara el territorio suficiente para llamar la atención del mundo y exigir la solución del "caso catalán
En enero de 1925 Macià se reunió en París con representantes de la CNT y con los nacionalistas radicales vascos aberrianos (que entonces controlaban el PNV) para organizar un alzamiento simultáneo en Catalunya y en Euskadi, que sería apoyado con movilizaciones en otras regiones españolas que contarían con el apoyo de algunos militares. De aquella reunión surgió el llamado "Pacte de la Lliure Aliança" por el que se creaba un Comité General Revolucionario, o Comité de Acción, que sería el que dirigiría el levantamiento. Para financiar la operación se emitió un empréstito, llamado empréstito de Pau Claris, por valor de cerca de nueve millones de pesetas, y entre abril y agosto miembros de los escamots establecieron varios depósitos de armas en las cercanías de la frontera franco-española. Mientras tanto la policía francesa mantenía bajo estricta vigilancia a Francesc Macià, por encabezar la organización de un complot preparado contra el Gobierno español, según consta en un informe del Ministerio del Interior francés.
En junio grupos clandestinos de Estat Català y de Acció Catalana organizaron el llamado complot de "Garraf", un atentado fallido contra los reyes de España en las costas de Garraf, impulsado desde el exterior por Daniel Cardona, un dirigente de Estat Català cada vez más crítico con la estrategia de Macià y que en noviembre abandonaría el partido.
En octubre de 1925, tras incorporar a los comunistas al "Pacte de la Lliure Aliança", Macià viajó a Moscú, acompañado del secretario del PCE José Bullejos, para recabar el apoyo del gobierno soviético y de la Komintern. Allí le hizo de intérprete Andreu Nin, que trabajaba entonces para la Komitern, y consiguió entrevistarse con Bujarin y con Zinoviev quienes le prometieron ayuda económica y militar, pero ésta nunca llegó. Según relató Josep Carner-Ribalta, que también había acompañado a Macià a Moscú, "pocos días después de nuestra vuelta a París, supimos que Zinoviev y sus amigos habían caído en desgracia y habían sido desposeídos de todo poder por Stalin. Puede que por esta razón, el prometido representante de la III Internacional en París no llegara nunca, ni tampoco, claro está, los dineros prometidos". Según Eduardo González Calleja, eran 400.000 pesetas. Este historiador afirma, por otro lado, que cuando Macià volvió a París tanto la CNT como los nacionalistas vascos se mostraron reticentes ante el "pacto de Moscú". Finalmente Macià rompió con los comunistas en la primavera de 1926, porque "nos hemos dado cuenta de que era una gente que habiendo prometido su ayuda, faltaban a su palabra siempre, no aportando lo que prometían y que a lo que iban era a aprovecharse de nuestro nombre y de nuestras organizaciones para presentarse con nuestro prestigio y hacer sus campañas", según dejó escrito Macià


Asesinos en Serie (Clifford Olson [VI])

Tanto el Abogado General de British Columbia como el Primer Ministro de Canadá y otros servidores públicos se vieron involucrados en la controversia del tema. Bruce Northorp, jefe de la operación policíaca, dijo que encontraba incomprensible que Olson recibiese paga para entregar evidencias.
El diario Vancouver Sun escribió un artículo sobre el caso de Olson, en él se citó al oficial Fred Maile, quien dijo: “Para mí, si hubiera una imagen del Diablo, sería Clifford Olson”
Al final de todo el horror Clifford Robert Olson fue enjuiciado y condenado por once cargos de homicidio en primer grado, y sentenciado a once cadenas perpétuas. Durante mucho tiempo Olson estuvo escribiendo cartas a las cortes canadienses, para que consideren la posibilidad de dejarlo salir bajo libertad condicional.
Canadá continua debatiendo si los homicidas condenados deberían en algún momento ser liberados. En cuanto a Olson, afortunadamente murió por cáncer terminal un 30 de septiembre del 2011, en un hospital de Laval en Quebec, a los 71 años de edad.

fuente: http://www.asesinos-en-serie.com


Asesinos en Serie (Clifford Olson [V])

Clifford Olson fue arrestado el 12 de agosto de 1981 por el asesinato de la joven Kozma, pero la demencia del asesino no terminó ahí. Olson tuvo la cínica idea de vender la ubicación de los cuerpos que él había enterrado, cobrando $10.000 dólares por cadáver. La policía se negó a pagar al asesino por sus víctimas, pero el abogado del distrito general de Canadá aceptó crear un fideicomiso para el hijo de Olson y su esposa. El asesino aceptó y cumplió con su parte del trato. Al final de toda la negociación se le “pagó” el acuerdo convenido: se estima que fueron entre 90.000 y 100.000 dólares manchados con la sangre de 11 niños inocentes, asunto que aún es tema que se debate en los medios de comunicación de la actualidad.
En los últimos días antes de su arresto, Olson conversó con los oficiales Fred Maile y Edward Drozda en un café sobre las supuestas evidencias que solo el asesino sabía y  sobre la ubicación de las pruebas. Sus diálogos fueron grabados por los micrófonos que los detectives portaban.
El sospechoso de haber matado a siete niños salió libre tras el interrogatorio, al poco tiempo fue arrestado, aunque en ese periodo logró matar a cuatro niños más…
El traslado de Olson a prisión fue efectuado con la mayor seguridad posible dados sus conocidos escapes, por ello fue escoltado por un convoy policial. En el vehículo donde iba Olson lo acompañaban 3 oficiales desarmados, pero uno de ellos estaba esposado a él, otros dos coches más con 2 policías armados en cada uno lo seguían, y la Policía ya tenía permiso para usar el helicóptero en caso de que Olson intentase escapar.
Los cuerpos de Terri Carson y Sandra Wolfsteiner fueron hallados en Chilliwack, mientras que Collen Daignault fue encontrada en Surrey. La adolescente Louise Chartrand estaba enterrada en Whistler, y finalmente el cuerpo de Ada Court apareció en Agassiz.
Cuando los oficiales encargados de traer los cuerpos finalmente cumplieron con su deber, muchos de ellos no pudieron contemplar las escenas de muerte. Aún hoy el caso de los asesinatos de Olson sigue siendo controversial para los residentes de Vancouver: es un tema tabú, algo de lo que no se suele hablar. Cuando el trato que hizo la Policía con Olson llegó a la Prensa, muchos se quejaron y vieron esta acción como algo repugnante. A partir de esto Olson, quien ya se encontraba en custodia y en juicio, le confesó todos los crímenes a su esposa, quien le dijo que él debía pagar por lo que había hecho y que probablemente moriría en prisión, pero que al mismo tiempo tenía que hacer algo por su familia. Esta noticia sacudió a la comunidad canadiense y muchos aún expresan su descontento: el hecho de que un asesino de niños recibiese dinero por sus crímenes era algo descabellado, inadmisible.



Asesinos en Serie (Clifford Olson [IV])

Una semana después desapareció Judy Kozma de 15 años. Este fue el caso más extraño de todas sus víctimas. Una semana después de la desaparición de Simon Partington, Judy salió para Richmond a visitar a un amigo y a hacerse una entrevista de trabajo en el restaurante Wendy´s. Judy era una morena bonita y tímida a quien Olson conocía por su trabajo como cajera en el McDonald´s. Olson se ofreció a llevarla en conjunto con el joven Randy Ludlow. El asesino trató de emborrachar a los dos jóvenes, tarea a la que le ayudó Randy sin conocer los motivos de Olson, quien con un gran bulto de dinero se fue a una licorería y, al regresar, dejó a Randy en Lougheed Mall y partió con Judy. Esa fue la última vez que Randy la vio. La siguiente vez que Randy escuchó de Olson, se enteró de que él se había ido de vacaciones con su familia al día siguiente de que Olson hubiese matado a Judy.
La historia de la siguiente víctima, Louise Chartrand de 17 años, fue reconstruida por la Policía tras su desaparición cerca de Maple Ridge el 30 de julio de 1981. Louise después de salir de su trabajo nocturno fue a comprar cigarrillos, pero Olson la raptó y drogó para llevarla fácilmente a Whistler. Antes de llegar hizo una parada en el Squamish RCMP para recoger una pistola confiscada, pero debido a que el oficial a cargo no se encontraba se tuvo que ir y continuó su camino a Whistler, utilizando una carretera de alta mortalidad debido a los accidentes en ella. En Whistler, Olson martilló el cráneo de Louise repetidamente para después enterrarla en medio de la nada.
Mientras los titulares de los periódicos decían que había un asesino serial suelto, los habitantes de la región de British Columbia estaban atemorizados. Durante este periodo de terror, Olson ya era el principal sospechoso. Los oficiales encargados de vigilarlo admitieron que era difícil de seguir, decían que se detenía en la mitad de la calle y hacía repentinos giros en U, o se metía por callejones aledaños a la vía principal. También tenía el hábito de cambiar constantemente de coches alquilados. Durante los tres meses en los que fue vigilado, viajó 20.000 Km en 14 vehículos alquilados distintos. Además durante el seguimiento Olson subió a un ferry para la isla de Vancouver tras haber asaltado dos residencias en Victoria, al salir del transporte se dirigió a Nanaimo, un viejo pueblo minero de carbón donde recogió a dos chicas que estaban haciendo autostop.
 Tres horas más tarde el coche salió de la via principal y se adentró en una carretera de tierra, las patrullas cerraron el paso y, mientras un helicóptero vigilaba, agentes se acercaron al lugar donde se detuvieron. Olson y las dos chicas se encontraban fuera del vehículo pasándose una botella de licor, los agentes escucharon cómo Olson invitó a una de las chicas a “dar un paseo a solas”. La chica se puso a gritar, momento que los agentes aprovecharon para entrar en acción y detenerle, tras asegurarse de que las pasajeras estaban bien, prosiguieron a revisar el vehículo: allí encontraron una libreta verde con la dirección y el nombre de Judy Kozma, lo cual fue evidencia suficiente para acusarlo del asesinato de la chica.


Asesinos en Serie (Clifford Olson [III])

En julio, Ada Court de 13 años no llegó a su casa tras salir de su trabajo como niñera. Durante la investigación policial para encontrarla, descubrieron el cadáver de Judy Kozma en el lago Weaver, quien también había desaparecido a principios del mes.
Cuando la Policía armó una lista de sospechosos el nombre de Olson estaba en ella, pero incluso así Olson logró matar a cuatro jóvenes más en la última semana de julio
El primero en desaparecer en ese mes fue Raymond King de 15 años en New Westminster. Olson engañó al joven Ray con la promesa de un buen sueldo por un trabajo fácil. Tras llevarlo por la ruta #7, camino que siempre usaba, Olson se desvió y tomó un camino rocoso para llegar a Harrison Mills y al lago Weaver. En algún punto de ese camino se detuvieron y el asesino apedreó el cráneo de Ray. Se deshizo del cadáver tirándolo por una colina, su cuerpo también fue hallado en el lago Weaver.
Sigrun Arnd, una joven alemana que vino a Canadá a visitar a un familiar, fue la siguiente víctima de Olson, quien la recogió mientras hacía autostop cerca de Vancouver. Su cuerpo fue encontrado en Richmond a unos 365 metros de donde Simon Partington había sido desenterrado el día anterior.
Sorprendentemente la siguiente víctima, Terri Lynn Carson, vivía en el mismo complejo de Surrey donde Christine Weller lo hacía. Olson recogió a Terri, quien estaba celebrando haber conseguido un empleo de verano. Este hecho facilitó a Olson la tarea de que aceptara su habitual bebida con narcóticos para entumecer el cuerpo. Después el asesino se alejó de la ciudad dirigiéndose al este de Agassiz. Cuando estuvo cerca de la orilla del norte del río Fraser, Olson la estranguló en el bosque, quemó sus ropas y tiró los zapatos y la cartera al río.
Pero el caso que infundió pánico y terror en los residentes de la zona fue la desaparición del pequeño Simon Partington de 9 años, quien nunca llegó a la casa de su amigo el 2 de julio de 1981.
Simon desapareció alrededor de las 10:30 am, vestido con pantalones vaqueros y una camiseta azul. Salió en su bicicleta con su cuaderno naranja de Snoopy. El niño se esfumó cerca de donde Christine Weller fue vista por última vez. Simon no pudo terminar su proyecto estudiantil, un cuento llamado “El tigre hambriento y el pato incrédulo”, historia que anunció su prematura muerte, presagiando que ningún infante estaba a salvo. El cuerpo mutilado del pequeño apareció en Richmond.

 

Asesinos en Serie (Clifford Olson [II])

Durante este periodo de traslados y cortas estadías en varias penitenciarias, Olson conoce al asesino de niños de British Columbia, Gary Francis Marcoux, quien estaba preso por violar y asesinar brutalmente a una joven. Olson solía hablar con Francis sobre el sadismo con el que mataba a niños. Sus encuentros con Marcoux le sirvieron para traicionarlo, exponiendo cartas y dibujos de Francis que dieron a las autoridades las evidencias necesarias para condenar a Marcoux. Olson obtuvo lo que quería: las autoridades reconocieron su ayuda, por lo que recibió recomendaciones para salir bajo palabra de prisión, pero también ganó algo más que no era bueno ni para él ni para la sociedad: un marcado apetito por la pornografía infantil…
Tras ser liberado en 1978, Olson partió de British Columbia para pasar una temporada en las "Marítimas". Durante ese tiempo era buscado por las autoridades por cargos de pornografía infantil, pero jamás fue arrestado por ello debido a que Olson ya estaba de vuelta en la prisión de British Columbia por otros cargos, en esta ocasión era por violación.
La ola de sangre inició el 17  de noviembre de 1980 con la desaparición de Christine Weller, una niña de 12 años que vivía en Surrey. Esto no llamó mucho la atención de la Policía, sin embargo un mes después encontraron su cadáver, que mostraba cómo la niña había sido atacada sexualmente para después ser mutilada.
Es a partir del mes de abril cuando la Policía empezó a recibir varios reportes de niños y jóvenes desaparecidos, uno de los primeros en encabezar la lista fue Darren Johnsrude de 16 años, quien había llegado hace solamente dos días a Vancouver, pero su destino era desaparecer en un centro comercial. El cuerpo de Darren fue encontrado en mayo, con el cráneo partido.
Collen Daignault, una tímida niña de 13 años, también desapareció de forma similar cuando Olson la raptó sin testigos.
Exactamente dos semanas después Sandra Wolfsteiner de 16 años desapareció mientras hacía autostop en los suburbios de Langley, Olson llevó a Sandra al lago Chilliwack y tras violarla le quitó la vida con un golpe en la cabeza.
En aquellos años, era muy común que los jóvenes hicieran autostop y por ello los reportes que la Policía recibía sobre adolescentes extraviados no eran tomados con la respectiva seriedad. Además no contaban con efectivos suficientes, durante el periodo en el que actuó Olson, se reportaron 2.000 desapariciones y 18.000 denuncias por distintos crímenes, demasiado para los tan solo 200 agentes de la Policía Montada que se disponían en el cuerpo.


Asesinos en Serie (Clifford Olson [I])

Clifford Olson, nació el 1 de enero de 1940, en Vancuver (Canada), fallece el 30 de septiembre de 2011 en Laval (Canada). En su niñez ya se perfiló como un abusador molestando continuamente a sus compañeros, pero fue a partir de los 10 años cuando comenzó su carrera criminal, la cual iba en escalada conforme se hacía mayor. Durante su adolescencia comenzó con atracos y robos a mano armada, hurto de autos, entre otros de su delitos. A lo largo de su vida fue detenido en 90 ocasiones por cargos tan graves como los mencionados, luego por violación, fraude y finalmente por el asesinato de 11 niños y adolescentes.
Olson fue descrito por los psicólogos de la Policía como una persona que tenía la madurez emocional de un niño, sin embargo simulaba tener un vida relativamente normal y era un hombre casado con un hijo.
La vida penitenciaria de Olson comenzó en sentencias por delitos menores a los 17 años. Fue detenido y sentenciado a la Penitenciaría de British Columbia por sus crímenes. Su vida, hasta su arresto en 1981, estaría marcada por un constante salir y entrar de prisiones.
En 1974 dentro de la Penitenciaría de la British Columbia, Olson atacó sexualmente a un convicto más joven, de 17 años.
La estancía de Olson en prisión fue complicada debido a que se enemistó con el resto de convictos por abusar físicamente de los más jóvenes y por hacer el papel de soplón con los guardias. Olson era atacado constantemente por los otros reos, el más severo atentado contra él fue en 1976 en la Penitenciaría de Prince Albert en el estado de Saskatchewan, lugar donde fue apuñalado 7 veces por uno de los reclusos.
Mientras pasaba el tiempo tras los barrotes, optó por estudiar leyes y así comenzó a enviar cartas al estado quejándose del mal servicio y de las instalaciones de la prisión, por ello se ganó también el desprecio de los guardias.
Por estos motivos Olson rotaba de prisión en prisión, era la única manera de evitar que lo asesinaran. En la década de los setenta Olson se destacó por saber manipular el sistema penal desde su celda, hasta que finalmente fue trasladado a la Super Máxima Unidad (S.M.U.), lugar que comúnmente era visto como la prisión más segura del país.