domingo, 11 de octubre de 2015

Leyendas en Catalunya (El tió [III])

Para que el "Tió" realice su función, los niños mientras lo golpean cantaran una pequeñas letras como de estimulo, estas son las más populares:

"Caga tió

ametlles i torró
no caguis arangades
que són massa salades
caga torrons
que són més bons
Caga tió
ametlles i torró
si no vols cagar
et donaré un cop de bastó
Caga tió!"

Otra versión:

"De mel i mató 
no caguis avellanes
que no ens agraden
caga torrons
que són molt bons"


Una de las más famosas:

"Tió, Tió Caga torró
D'aquell tan bo
Si no en tens més, caga diners
Si no en tens prou, caga un ou
Caga tió!


Incluso tiene su propia oración

"Pare nostre del Tió Bon Nadal que Deu nos dó.
Ara venen festes, festes glorioses,
dones curioses renteu els plats,
renteu-los bé que Nadal ja ve.
Rabassó de pinya vella, tu que ets tort
i mal igual: Més m'estimo la teva merda
que el capó del meu corral".


Leyendas en Catalunya (El tió [II])

Leyenda

El "tió" no era en principio otra cosa que el tronco que ardía en el hogar: el fuego a tierra. Un tronco que, al quemar, daba bienes tan preciosos como el calor y la luz, y que de forma simbólica ofrecía presentes a los de la casa: golosinas, barquillos, turrones. Aún podemos encontrar, en los pueblos, casas en las que el "tió" es un gran tronco que se pone a quemar en el fuego de tierra unos días antes de Navidad.
A partir de ésta forma más primitiva el "tió" evoluciona: El "tió" es un tronco mágico que un día cercano a la víspera de Navidad, el 24 de diciembre, llega a casa llamando a la puerta. Quien esté en casa le abre y hay que cuidarle, taparle con una manta para que no pase frío y darle de comer hasta el día 24 por la noche, momento en que se "caga el Tió". Posteriormente, como en las ciudades la gente lo tenía más difícil para adquirir un tronco, y porque al final todo se convierte en un negocio, se empezó a vender una versión más comercial del popular "Tió". Todos los que se venden son más o menos iguales: Suelen llevar una barretina, tienen una cara sonriente y muy a menudo también dos patas delanteras. Originariamente, ninguno era igual porque simplemente era un tronco grande al que un adulto le pintaba una cara como quería.
Tradicionalmente se pone el Tió en la cocina o en el comedor cerca del fuego, si se tiene. Para comer se le da pan seco, algarrobas, mondas de naranja o de mandarinas, u otras frutas. Actualmente, hay quien le da otras cosas más ricas como chocolate. También hay que darle agua para beber. Gracias a los cuidados, el "Tió" podrá "cagar" los regalos.
De una forma u otra el "Tió" tiene un mismo objetivo: Ofrecer regalos a los de la casa. Regalos que han variado con el tiempo: Primero eran básicamente dulces, barquillos y turrones lo que se necesitaba para celebrar la fiesta; hoy hay una tendencia a utilizar el "Tió" para dar presentes de más envergadura, con lo cual se ha convertido en una especie de "Santa Klaus" en las regiones donde es costumbre su celebración. Aún así, hay que diferenciar la tradición del "Tió" de otras costumbres y personajes navideños.
El "Tió" se hace cagar, según la costumbre de cada casa, la noche de Navidad - Tradicionalmente después de la Misa del Gallo - o el mismo día de Navidad. Y por aquello de que los pequeños van a visitar otras casas de la familia, los hay que continúan trabajando el día de San Esteban.
A diferencia de otras costumbres y personajes, procedentes de culturas de otros países, de los cuales sólo conocemos la forma más superficial (árbol de Navidad, Papa Noel, etc.), el "Tió" ha conservado todo un ritual tradicional. Hacer cagar al "Tió" es una ceremonia doméstica o de pequeña comunidad (escuela, grupo de amigos) que consiste en el canto de una o más canciones típicas para acabar finalmente golpeando el tronco con fuerza.

Leyendas en Catalunya (El tió [I])

El "tió de Navidad" (también llamado simplemente tión, tronco de Navidad, cepa, choca o tronco) es uno de los elementos de la Mitología catalana y una tradición muy arraigada en Cataluña, así como a los vecinos Aragón (donde se dice en aragonés tronco, toza o tizón de Navidad), Occitania (donde se dice en occitano cachafuòc o soy de Navidad) y Andorra. A pesar de las múltiples variantes locales, la tradición consiste en reunir un trozo de tronco o rama gruesa días antes del día de Navidad, normalmente al inicio del Adviento, y llevarlo a casa, donde se le coloca en algún rincón con una manta para que no tenga frío y donde se la alimenta diariamente hasta el día que se hace cagar. Hay hogares donde el tió es simplemente una pieza de madera (una o varias sillas, por ejemplo), un trozo de corcho, o una caja, de tamaños diferentes según convenga para el espacio y tamaños de los regalos, que deberá cagar.
Se trata de una tradición con siglos de historia, inicialmente relacionada con la naturaleza, la fertilidad y el solsticio de invierno. El tió es un ritual de origen rural, significa la abundancia, un tronco viejo y seco regala de sus entrañas golosinas y golosinas. Es el augurio del renacer de la naturaleza después de la estación invernal. Con el tiempo y la desaparición del fuego a tierra de los hogares, también ha desaparecido la costumbre de quemarlo después de la cagada y también las costumbres en torno a las cenizas que quedaban. Estas eran utilizadas como elementos de protección contra el rayo, las cucarachas, etc. en las casas y los campos.
También existe la denominación cagatió referida a la fiesta de hacer cagar el tió. Es adecuada para referirse a la fiesta, pero no al tió en sí mismo. La palabra tiene su origen en las canciones tradicionales que comienzan con estas palabras, en la que «caga» es un verbo en imperativo, por ejemplo: "Caga, tió, / almendras y turrón".


Leyendas en la Peninsula Iberica (La leyenda de "La Güestia" [II])

Esta "compañía" suele también rondar los huertos, colocando los mojones que delimitan las fincas ya que en vida algunos de los participantes de la Güestia movieron los límites para robar un poco de extensión del suelo a su vecino y por lo cual ahora paga en el purgatorio.

Los que narran esta leyenda dicen que quienes se encuentren directamente con la Güestia, tendrá que trazar un circulo en suelo con un palo de rama de olivo bendecida un domingo de ramos permaneciendo dentro de el hasta que pase la Güestia, pues estos espectros respetaran al que este dentro del “Asilo” en cualquier otro caso el que tenga la mala fortuna de cruzarse recibirá un cirio que será un hueso encendido anunciándole que morirá luego y los acompañara por siempre.
Aunque algunas veces en este grupo hay uno que se hace llamar padrino y que a veces decide que no toquen al alma que se les cruza por esa vez.

La procesión va encabezada por un vivo (mortal) portando una cruz y un caldero de agua bendita seguido por las ánimas con velas encendidas, no siempre visibles, notándose su presencia en el olor a cera y el viento que se levanta a su paso.
Esta persona viva que precede a la procesión puede ser hombre o mujer, dependiendo de si el patrón de la parroquia es un santo o una santa. También se cree que quien realiza esa "función" no recuerda durante el día lo ocurrido en el transcurso de la noche, únicamente se podrá reconocer a las personas penadas con este castigo por su extremada delgadez y palidez. Cada noche su luz será más intensa y cada día su palidez irá en aumento. No les permiten descansar ninguna noche, por lo que su salud se va debilitando hasta enfermar sin que nadie sepa las causas de tan misterioso mal. Condenados a vagar noche tras noche hasta que mueran u otro incauto sea sorprendido (al cual el que encabeza la procesión le deberá pasar la cruz que porta).


fuente:  http://www.historiasperdidaseneltiempo.com/2013/05/leyenda-de-la-guestia-o-huestia.html

Leyendas en la Peninsula Iberica (La leyenda de "La Güestia" [I])

Esta leyenda proviene de localizaciones españolas, donde la vegetación cubria grandes tramos de los caminos, a veces se cruzaba o se escuchaba a la Güestia, que era  una marcha o cortejo de almas en pena, fantasmas vestidos con sudarios blancos que usan huesos encendidos a modo de cirios para alumbrarse.

Esta procesión vaga por los caminos y a su paso se escucha lamentos, campanillas y loas fúnebres. Antiguamente la gente decía que por las noches un fantasma vagaba por las calles de Luanco y lo llamaron La Güeste o Güestia, por este motivo nadie salía por las noches ya que la oscuridad era completa debido a que no había iluminación.
Había un lugar que se llamaba "el campo de los desmayos" debido a unos Sauces llorones gigantes, también un cementerio que asustaba y mantenía alejada a la gente en las noches. Se rumoreaba que los espíritus entre ellos la Güestia también conocida como "la Santa Compañía" entre otros alias, aparecían ahí cuando la noche caía.
Las personas que se cruzan con este ente son golpeadas con un palo o reciben una bofetada como una advertencia, esto se considera de buena suerte porque de otro modo el que tenga la mala suerte de toparse con ella puede recibir presagios fúnebres, otros solo la ven pasar y normalmente no quieren hacer saber que están presentes.
Se dice que los únicos que pueden observar esta procesión son los que han sido bautizados con los santos oleos o los que van a recibir alguno de sus oscuros presagios, cuando ocurre esto último uno mismo se ve como parte de esta procesión en otras palabras se le a anunciado su muerte.
 
También la Güestia visita a las personas enfermas y/o moribundas, cuando eso ocurre hay todo un ritual que sucede en la casa del visitado. Toda la compañía rodea la casa del moribundo en tres rondas ejerciendo rezos y canticos, al término de la última vuelta el moribundo muere apareciendo su imagen en un féretro etéreo que cuatro de las almas en pena cargan y estaba vacío. A continuación la Güestia gime y todo se apaga, el grupo desaparece volviendo al cementerio o a la iglesia donde comenzó su marcha. Cuando vuelven al cementerio las puertas de el se abren y se cierran solas, los perros guardianes aúllan por el muerto y se escucha como si alguien tocara las campanas claro que no se ve a nadie.