martes, 19 de enero de 2016

Leyendas en Catalunya (Perot Rocaguinarda)

Perot Rocaguinarda también conocido como "Perot lo Lladre", nació en Oristá, provincia de Barcelona, 18 de diciembre de 1582 - falleció en 1635. Era hijo de campesinos, y más tarde bandolero y salteador de caminos catalán, pertenecía y comandaba una partida de bandoleros al servicios de los nyerros, una de Barcelona, de las bandosidades, junto a la de los cadells que enfrentaban a la pequeña nobleza catalana. Este bandolero, con el nombre de Roque Guinart (Perot Rocaguinarda) aparece en la segunda parte del Quijote. El episodio parece rememorar un encuentro real que tuvo Cervantes con el bandolero, que es descrito en términos muy favorables. En el año 1611 recibió el indulto por parte del virrey, a cambio de ser oficial de los tercios españoles asentados en Nápoles.

fuente:  http://bandoreloscatalanes.blogspot.com.es/


Leyenda
Existe una leyenda sobre Perot Rocaguinarda (o "Perot Lo Lladre") Cuentan que una vez un sacerdote de la Iglesia del Pi, hizo una misa sin monaguillo que le ayudara. Al cabo de pocos días murió y debido a aquella misa mal celebrada, fue condenado al Purgatorio de donde no podía salir hasta volver a celebrar otra misa con ayudante. Cada día alrededor de las doce de la noche se presentaba al pié del altar mayor de la Iglesia del Pi, y con voz lastiera que hería el corazón decía por tres veces: Quién me ayudará?
Eso duró mucho tiempo; hubo quien se dió cuenta del hecho y corrió la voz por el vecindrio, que cada noche se presentaba una sombra blanca como un fantasma que iba al altar mayor, decía unas palabras y desaparecía. Todo el mundo tenía gran miedo, i así que se hacía denoche, nadie osaba salir de su casa por miedo de topare con el fantasma.
En el tiempo del que hablamo era costumbre dejar las iglesias abiertas a toda hora; y ocurrió que una noche un ladronzuelo se escondió en la Iglesi del Pi, sin saber nada de lo que pasaba alrededor de media noche. Llegada la hora se presentó la sombra acostumbrada y lastimosa desde el pié del altar se giró hacia el templo como si estuviera lleno de gente y con voz muy lastimosa que hería el corazón, preguntó: ¿Quién me ayudará?
El ladrón lo oyó desde su escondrijo y muy diligente le dijo: "Yo os ayudaré". Entre los dos celebraron la misa, y una vez acabada el cura bendijo a su ayudante y le dijo: "Dios te lo pague y te haga bueno". El sacerdote desapareció y se subió al cielo, puesto que celebrada la mia con ayudante y había acabado su penitencia en el Purgatorio.
Las palabras del cura conmovieron de tal forma el espíritu del ladronzuelo que abandonó la mala vida y se convirtió en hombre de bien.
Este ladrón del que nos habla la tradición puede tener relación con el personaje que dio nombre a la calle de Perot lo Lladre, cercana a la Iglesia del Pi.

Fuente de la leyenda: "Històries i Llegendes de Barcelona" de Joan Amades

Asesinos en Serie (Irma Grese [IV])

Era el 15 de abril del año 1945, cuando un grupo de británicos la detuvieron en el tercer campo de concentración donde ejerció, en el de Bergen-Belsen. No solo ella fue detenida, muchos más compañeros y compañeras suyos y suyas respectivamente, le acompañaron aquel día directamente hacia la muerte. Se realizó el correspondiente juicio por crímenes de guerra y lesa humanidad contra ella, y su compañeros
Ella declaró que no había matado a ninguna prisionera nunca, y que simplemente se dedicaba a cumplir órdenes de su superiora. Eso si, en ningún momento negó ser una simpatizante nazi de tomo y lomo y reconoció haber cantado varios temas relacionados con el nazismo, cuando paseaba controlando el patio, en los 3 campos de exterminios donde estuvo. Todo lo demás lo negó, pero afortunadamente el tribunal no le creyó a la vista de las pruebas.
Irma Grese sería condenada a morir en la horca, cuando tan solo contaba con 22 años de edad. Se convertía de este modo, en la mujer más joven de la historia en ser condenada a muerte, al menos durante el siglo XX.
"Solo" pudo matar durante 3 años, pero dejó un auténtico reguero de cadáveres a su paso, un reguero de personas torturadas, mutiladas, maltratadas, vilipendiadas. Una asesina digna de ser considerada como la maldad en persona, y sin duda una de las peores de todos los tiempos.
Irma Grese fue ejecutada el 13 de diciembre de 1945, en la prisión alemana de Hamelín (Alemania). Albert Pierrepoint fue el afortunado de darle muerte a este monstruo, y antes de pegar la correspondiente patada al lugar donde tenía puestos sus pies, tuvo que escuchar de la bonita boca de Irma "¡Schnell!", que quiere decir algo así como "¡rápido!". Albert golpeó mediante puntapié la silla que soportaba el peso de Irma, y esta quedó colgando, y falleció en el acto.
Al parecer después de su ejecución, su cuerpo fue mutilado e incinerado para que después las cenizas fueran arrojadas a un río de desagüe.

Asesinos en Serie (Irma Grese [III])

Otros estimonios de algunas de las supervivientes decían, Irma Grese aprovechaba cuando las prisioneras estaban débiles físicamente por el durísimo trabajo que debían desarrollar en el campo, y en ese momento era cuando les lanzaba a los perros para que se las comieran vivas, algo a lo cual las mujeres no oponían resistencia, dado el cansancio extremo que sentían. Solia azotar con su látigo a las chicas que tenían los pechos grandes, para de este modo provocarles heridas, para que posteriormente se infectaran las mismas. Cuando las heridas ya estaban lo suficientemente infectadas, no quedaba otra que amputarles los pechos, sin anestesia, por lo que el sufrimiento de estas chicas jóvenes, debió ser verdaderamente aterrador. Irma Grese, se descojonaba de risa viendo como a las chicas les cortaban los pechos a rebanadas, y no solo eso, si no que se tocaba y se excitaba sexualmente, con dicho sufrimiento. La práctica de deporte en los campos de exterminación donde ella ejerció como supervisora, era también muy habitual. Les obligaba a hacer flexiones durante horas, y a la más mínima que una de las reclusas se pusiera a descansar, las azotaba con el látigo, y sangrando, las obligaba a continuar realizando dicha práctica física. Así mismo Grese, obligaba a las internas a sostener piedras muy pesadas con sus propias cabezas, durante horas. Pobre de la mujer que se le cayera la piedra, cuando eso sucedía con fusta de equitación en mano, las golpeaba brutalmente.
Al parecer, cada día ella elaboraba una lista con el número total de víctimas a matar y o torturar durante esa jornada, y hasta que no acababa la faena no se iba a cenar.
Era llegar Irma Grese al campo de exterminio, y todas las reclusas se ponían a temblar, pensando que en ese día la desdichada iba a ser una de ellas. A Grese le gustaban mucho las guapas, o las menos feas, ya que en aquellas condiciones de insalubridad, era evidente que la belleza de aquellas mujeres estaba muy tocada. Sin embargo, cualquiera de ellas que conservara algo de belleza, era la seleccionada por Grese. Ella se regodeaba viendo el terror en los ojos de aquellas mujeres, ya que de verdad, esta chica carecía absolutamente de cualquier tipo de piedad hacia ellas.
Con sus dientes relucientes, sonreía viendo a la desdichada elegida, como se desangraba ante sus morros, y no dudaba en introducir la punta de la fusta, en las heridas ya abiertas, para que el sufrimiento y el dolor de su víctima, fuese mayor. Algunas veces, tras pasar lista, "El Ángel de la Muerte" seleccionaba a un nutrido grupo de reclusas, tales como 300 por ejemplo, y las introducía a todas en el interior de un pequeño habitáculo, y ordenaba a los guardias que cerraran las puertas de dichos habitáculos, con clavos, a modo de que no pudieran escapar. En el interior de esas habitaciones, las mujeres se agolpaban completamente apelotonadas unas con otras, casi sin oxígeno, y las dejaba sin comida y sin bebida. Estas mujeres, acabarían posteriormente en las cámaras de gas, siendo vilmente ejecutadas.


Asesinos en Serie (Irma Grese [II])

En 1943 ingresó en el Campo de concentración de Auschwitz como SS Oberaufseherin (guardia femenina), y para finales de ese mismo año fue ascendida a supervisora, la segunda mujer de más alto rango en el campamento, después de María Mandel, a cargo de alrededor de 30.000 reclusas de origen judío. El ascenso se produjo a causa de su enorme fanatismo nazi y considerable sadismo que desarrolló. En tan solo un intervalo de tiempo de apenas 3 años, Grese demostró un sadismo digno de una enferma, en los tres campos de concentración donde estuvo, antes de ser detenida. Además de en Auschwitz, estuvo en Ravensbrück y en Bergen-Belsen. En estos 3 campos de exterminio nazi, realizó cosas tan atroces, que por ellas está considerada como la peor nazi de todos los tiempos. Todo esto lo realizó, con tan solo 18-22 años de edad.
Las pocas mujeres que sobrevivieron a esta enferma, comentaron durante el juicio las atrocidades que realizó sobre sus compañeras y sobre ellas mismas, y entre estas se incluyen torturas implacables y por supuesto, asesinatos por doquier. Iba vestida con unas peculiares y pesadas botas, látigo en mano, y pistola. Permitía que perros se lanzaran sobre los cuerpos de aquellas mujeres, para que fueran devoradas vivas, tras varios días sin darle de comer a dichos animales, con la intención de que después se abalanzaran contra las presas judías.
Otra de sus "labores" preferidas en aquellos campos de concentración, era la de encañonar a las reclusas con su pistola, y dispararles a bocajarro disparos en sus cabezas. También torturaba a niños de las reclusas, e incluso abusaba sexualmente tanto de ellos como de ellas. Además muchas de estas mujeres, murieron siendo golpeadas una y otra vez con su látigo, y las dejaba morir desangradas. Entre asesinato y asesinato, Irma Grese no perdía el tiempo, y se acostaba tanto con sus compañeros como con sus compañeras de campamento, importándole un pimiento que las reclusas le gritaran solicitándole comida y medicinas, para poder evitar la muerte. Con el paso de los días, las semanas, y los meses, su impresionante belleza física, se fue trastocando, hasta tener una imagen prácticamente de monstruo malvado, lo que en realidad era.


Asesinos en Serie (Irma Grese [I])

Irma Ilse Ida Grese, nació Wrechen (Alemania) 7 de octubre de 1923 - fallecio en Hamelín (Alemania), el 13 de diciembre de 1945. Fue una supervisora de prisioneros en los campos de concentración de Auschwitz-Birkenau, Bergen-Belsen y Ravensbrück durante la Segunda Guerra Mundial. Apodada "La bella bestia", "La cancerbera", "El ángel de la muerte" (mote también acuñado al médico nazi Josef Mengele) o "La perra de Belsen" por los prisioneros de estos campos a causa de su comportamiento sádico y perverso, fue una de las más crueles y famosas criminales de guerra nazis, quien a pesar de su corta edad fue condenada y ejecutada en la horca por los Aliados el 13 de diciembre de 1945.
Irma era hija de Alfred Grese, un lechero que era disidente del Partido Nazi, y de Berta, una mujer que se suicidó en 1936. Irma dejó la escuela a los quince años, debido al poco empeño en los estudios y a sus intereses fanáticos en participar de la Bund Deutscher Mädel (Liga de la Juventud Femenina Alemana), que su padre no aprobaba. En 1942, con 18 años, se presentó como voluntaria para un entrenamiento en el campo de Ravensbrück, lo que provocó la furia de su padre, contrario a este trabajo. Cuando Irma llegó a casa con el uniforme, su padre la echó de casa, entonces ella lo denunció y consiguió que lo metieran en la cárcel. Entre otras de sus actividades, trabajó dos años en un sanatorio de las SS e intentó, sin éxito, graduarse como enfermera.
A falta de otras cualidades Irma le pone dedicación y empeño y asciende en su carrera criminal: con sólo 20 años consigue ser supervisora en Auschwitz-Birkenau, lo que muestra el grado de identificación con la empresa que le ocupa. Todo por el módico sueldo de 54 marcos al mes. No lo hacía por dinero.