jueves, 18 de agosto de 2016

Las Amazonas [VI]

De acuerdo con fuentes antiguas (el Teseo de Plutarco y Pausanias), las tumbas de amazonas podían encontrarse frecuentemente por todo lo que entonces se conocía como mundo griego. Algunas se hallan en Megara, Atenas, Queronea, Calcis, Escotusa en Tesalia y Cinoscéfalos, habiendo también estatuas de las amazonas por toda Grecia. Tanto en Calcis como en Atenas Plutarco cuenta que había un amazoneum o altar de las amazonas, lo que implicaba la presencia tanto de tumbas como de un culto. El día anterior a las Teseas se ofrecían en Atenas sacrificios anuales a las amazonas. En época histórica las doncellas griegas de Éfeso ejecutaban una danza circular anual con armas y escudos, que había sido establecida por Hipólita y sus amazonas. Inicialmente había erigido estatuas de madera de Artemisa, un bretas.

Las amazonas aparecen en el arte griego del período arcaico, relacionadas con varias leyendas griegas. En las obras de arte, los combates entre amazonas y griegos se sitúan al mismo nivel y suelen ser asociados con los combates de griegos y centauros. La creencia en su existencia, si bien en un tiempo aceptada e introducida en la poesía y el arte nacionales, hizo necesario rodearlas tanto como fuera posible con la apariencia de seres no sobrenaturales.

Sus ocupaciones eran la caza y la guerra; sus armas, el arco, la lanza, el hacha, un escudo partido con la forma aproximada de una medialuna llamado pelta, y en el arte más antiguo un casco, cuyo modelo anterior a la cultura griega fue aparentemente la diosa Atenea. En el arte posterior se acercaron al modelo de Artemisa, que llevaba un vestido fino, sujeto por arriba para mayor rapidez; mientras que en vasijas pintadas posteriores su vestido es con frecuencia peculiarmente persa, es decir, pantalones ajustados y un sombrero alto llamado cidaris. Solían montar a caballo, aunque a veces iban a pie. La batalla entre Teseo y las Amazonas es un tema favorito en los frisos de los templos (por ejemplo, los relieves del friso del Templo de Apolo en Basas, actualmente en el Museo Británico) y en relieves de vasijas y sarcófagos. En Atenas se representaba en el escudo de la estatua de Atenea Partenos y en murales en el Teseion y en el Stoa Poikile. También había tres tipos de estatuas de amazonas estándar.

Las Amazonas [V]

Hay varias relaciones de nombres de las amazonas. Quinto de Esmirna enumera las guerreras asistentes de Pentesilea: "Clonia estaba allí, Polemusa, Derínoe, Evandra, y Antandra, y Bremusa, Hipótoa, Armótoa la de ojos oscuros, Alcibia, Derimaquea, Antíbrota, Termodosa disfrutando con la lanza".
Higino enumera a Ocíale, Dioxipe, Ifínome, Jante, Hipótoe, Otrera, Antíoque, Laómaque, Glauce, Ágave, Teseida, Hipólita, Clímene, Polidora y Pentesilea.
Diodoro Sículo relata el mito de la expedición de Heracles contra las amazonas tras haber recibido la orden de conseguir el cinturón de Hipólita y enumera a las amazonas más destacadas que lucharon contra él: Aela, Filípide, Prótoe, Eribea, Celeno, Euribia, Febe, Deyanira, Asteria, Marpe, Tecmesa y Alcipe, antes de tomar cautiva a Melanipe para conseguir a cambio de su liberación el cinturón de Hipólita.
Los nombres de amazonas mencionadas por autores clásicos incluyen:

- Ainia, enemiga de Aquiles y una de las doce amazonas que acompañaron a Pentesilea a la Guerra de Troya. Su nombre significa "rapidez".
- Antianira, que sucedió a Pentesilea como reina de las amazonas. Es conocida por ordenar que sus siervos masculinos fueran mutilados y castrados "pues los lisiados son mejores en el amor"
- Antíope, reina amazona raptada por Teseo que provocó la invasión del Ática por el ejército amazónico.
- Cime, la amazona que habría dado nombre a una ciudad de Eólida de su mismo nombre.
- Cleta, nodriza de Pentesilea. Su barco fue alejado de su curso por el viento y llegó a Italia, donde fundó la ciudad de Clete.
- Esmirna, amazona que fundó la ciudad de Éfeso.
- Hipólita, la reina amazona que poseía un cinturón mágico que le había dado su padre, Ares. Fue muerta por Heracles.
- Lampedo, reina amazona tras la muerte de Lisipe. Gobernó juntó a su hermana Marpesia.
- Lisipe, la reina amazona que fundó la gran ciudad de Temiscira y estableció numerosos preceptos para sus guerreras.
- Marpesia, reina amazona tras la muerte de Lisipe. Gobernó juntó a su hermana Lampedo.
- Melanipa o Menalipe, hermana de Hipólita. Heracles la secuestró y exigió el cinturón de Hipólita a cambio de su libertad. Ésta accedió y Heracles la liberó.
 - Mirina, reina amazona nombrada por Homero. Según otras fuentes, conquistó el territorio de los atlantes, Libia y derrotó al ejército de las Gorgonas.
- Oritía, reina de las amazonas que sucedió a Marpesia.
- Otrera, consorte de Ares y madre de Hipólita y Pentesilea.
- Pantariste, bajo el mando de Hipólita, mató a Timiades en la batalla entre las Amazonas y las tropas de Heracles.
- Pentesilea, reina amazona que en realizó numerosas hazañas durante la Guerra de Troya hasta que fue muerta por Aquiles. Plinio el viejo le acredita la invención del hacha de guerra.
- Pitane, fundadora de una ciudad en Eólida de su mismo nombre.
- Priene, a quien se atribuía la fundación de una ciudad en Asia Menor de su mismo nombre.18
- Talestris o Talestria, una reina de las amazonas que tuvo encuentros amorosos con Alejandro Magno.
- Tebe.

Además, una mujer llamada Helena, hija de Títiro, desafió a Aquiles en un combate singular y llegó a herirlo en la cabeza aunque finalmente fue ella la que murió en el combate, pero no es seguro que se tratara de una amazona

Las amazonas [IV]

Cuando las amazonas invadieron Licia, Yóbates, el rey de este país, envía a Belerofonte con la esperanza de que encontrase la muerte a manos de las mujeres guerreras. Sin embargo, Belerofonte, que montaba el caballo alado Pegaso, resulta triunfador.

El poema perdido Etiópida narra la participación breve de las amazonas durante la Guerra de Troya. Los aqueos llevaban diez años sitiando la ciudad y su principal guerrero, Aquiles, había matado a Héctor, el héroe de los troyanos. Bajo el mando de su reina Pentesilea "tracia de nacimiento", las amazonas desafían a los aqueos. Sin embargo, Aquiles mata a Pentesilea en combate y las amazonas se retiran derrotadas. El episodio también es referido brevemente por dos autores latinos posteriores: el poeta Virgilio y el historiador Justino.

En la mitología griega abundan las incursiones militares de las amazonas. En la Ilíada, Homero cuenta que atacaron a los frigios, que fueron ayudados por un joven Príamo, rey de Troya. También se decía que las amazonas emprendieron una expedición militar contra la isla de Leuce, en la embocadura del Danubio, donde las cenizas de Aquiles habían sido depositadas por Tetis. El fantasma del héroe muerto se apareció aterrorizando a los caballos, que tiraron y pisotearon a las invasoras, obligándolas a retirarse. Según Diodoro, la reina amazona Mirina venció a los atlantes y a los gorgones. La tumba de esta reina se menciona en la Ilíada. Se dice que Pompeyo las encontró en el ejército de Mitrídates.
La caracterización por parte del escritor romano Virgilio de la doncella guerrera volsca Camila en la Eneida toma mucho prestado del mito de las amazonas.

Las amazonas [III]

Se decía que las amazonas habían vivido en Terma (en la actual Región del Mar Negro de Turquía), cerca de la costa del mar Negro (Ponto Euxino), donde formaron un reino independiente bajo el gobierno de la reina Hipólita (la que deja sueltos sus caballos).5 Se suponía que habían fundado muchas ciudades, entre ellas Esmirna, Éfeso, Sinope y Pafos.

Según el dramaturgo Esquilo, en un pasado lejano habían vivido en Escitia, en el Palus Maeotis ("Laguna Meótide", el mar de Azov), pero luego se trasladaron a Temiscira, al Termodonte (el río Terme, al norte de Turquía). Heródoto las llamó Andróctonas ("asesinas de varones") y afirmaba que en lengua escita eran llamadas Oiorpata, que habría tenido este significado. Mientras que, en la Ilíada, se nombra a las amazonas como Antianiras (las que luchan como varones).

En algunas versiones del mito, ningún varón tenía permiso para mantener relaciones sexuales o residir en el país de las amazonas; sin embargo, una vez al año, para evitar la extinción de su raza, éstas visitaban a los gargarios, una tribu vecina. Los niños varones que resultaban de estas visitas eran sacrificados, enviados de vuelta con sus padres o abandonados a su suerte; los que se quedaban con ellas les amputaban un miembro o los dejaban ciegos para que fueran sus sirvientes. Las amazonas conservaban a las niñas, quienes eran criadas por sus madres y adiestradas en las labores del campo, la caza y el arte de la guerra.

Los máximos héroes de la mitología griega, Hércules, Belerofonte y Aquiles tuvieron, en algún punto de sus aventuras, que enfrentarse con las amazonas e invariablemente las vencieron.
Uno de los trabajos impuestos a Heracles por Euristeo fue conseguir el cinturón de la reina amazona Hipólita. Para dicha tarea, le acompañó su amigo Teseo, quien raptó a la princesa Antíope, hermana de Hipólita, un incidente que llevó a la invasión del Ática en represalia, donde Antíope pereció luchando junto a Teseo. En algunas versiones, sin embargo, Teseo se casaba con Hipólita y en otras lo hacía con Antíope, quien no moría. La batalla entre los atenienses y las amazonas se conmemora con frecuencia en un género artístico completo, la amazonomaquia, en bajorrelieves de mármol como el del Partenón o las esculturas como las del mausoleo de Halicarnaso.

Las Amazonas [II]

Se decía que las amazonas habían vivido en Ponto (actual Turquía), cerca de la costa del mar Euxino (Mar Negro) cerca de la actual Kazajestan, donde formaron un reino independiente tras la derrota contra los griegos y bajo el gobierno de una reina llamada Hipólita (la que deja sueltos sus caballos). Se suponía que habían fundado muchas ciudades, entre ellas Esmirna, Éfeso, Sinope y Pafos.
En algunas versiones del mito, ningún varón tenía permiso para mantener relaciones sexuales o residir en el país de las amazonas; pero, una vez al año, para evitar la extinción de su raza, éstas visitaban a los "gargarios", una tribu vecina. Los niños varones que resultaban de estas visitas eran sacrificados, enviados de vuelta con sus padres o abandonados a su suerte; los que se quedaban con ellas les amputaban un miembro o los dejaban ciegos para que fueran sus sirvientes; se quedaban con las niñas, eran criadas por sus madres y adiestradas en las labores del campo, la caza y el arte de la guerra



A pesar de lo que se pueda pensar una una "nación lesbica"... su origen parece ser que esta datado en la Isla de Lesbos, más al contrario se cuenta que las amazonaseran amantes feroces e insaciables. Una vez al año abrían sus fronteras para propiciar la continuidad demográfica del reino.
Sólo se quedaban con las mujeres, cuya crianza incluia distintos oficios además de la guerra.

Todos los mitos apuntan a clarificar sobre la naturaleza sensual de las amazonas. Abundan las historias sobre incursiones de mujeres enardecidas en busca de hombres biológicamente aptos. Sin embargo, algunas historias sostienen que las amazonas, aunque libres de la institucionalidad del matrimonio, preferían agrupar pequeñas cortes de amantes y alcahuetes. El caso más conocido es el de Antianira,reina que sucedió a Pentesilea en el trono, célebre por organizar la mutilación sucesiva de sus siervos, ya que sostenía que los lisiados eran amantes más atentos y cálidos.

Según los historiadores griegos clásicos: ellas no tenian pechos derechos... La razón era que cuando eran son bebés sus madres ponían al rojo un instrumento de bronce fabricado para este único fin y lo aplican al pecho derecho para cauterizarlo, de forma que su crecimiento se detiene, y toda su fuerza y volumen se desvía al hombro y el brazo derechos

Las Amazonas [I]

Las amazonas (en griego antiguo: Ἀμαζόνες) son en las mitologías clásica y griega una antigua nación formada por mujeres guerreras, posiblemente con base histórica. Heródoto las situaba en una región fronteriza con Escitia en Sarmacia. Fueron reinas amazonas notables Pentesilea, que participó en la Guerra de Troya, y su hermana Hipólita, cuyo cinturón mágico fue objeto de uno de los doce trabajos de Hércules. Las amazonas solían representarse en el arte clásico batallando con guerreros griegos en amazonomaquias.
Sorprendentemente en las actualidad podemos ver a las amazonas como mujeres exhuberantes, pero la realidad es posible que sea muy diferente. Entre los griegos clásicos, la palabra recibía una etimología popular según la cual procedía del a-privativo + mazos ("sin pecho"), relacionado con la tradición etimológica que decía que las amazonas se cortaban o quemaban el pecho derecho, para poder ser capaces de usar el arco con más libertad y arrojar lanzas sin la limitación y obstrucción física. Aunque no hay pruebas demostrables de esta práctica, obras de arte, en las que las amazonas siempre son representadas con ambos pechos, aunque con el derecho frecuentemente cubierto.

Heródoto contaba que los sármatas era descendientes de las amazonas y los escitas, y que sus mujeres observaban sus antiguas costumbres maternales, "cazando frecuentemente a caballo con sus esposas, acudiendo al campo de batalla y llevando la misma ropa que los hombres". Más aún, decía, "ninguna mujer se casaba hasta haber matado a un hombre en batalla".


En la historia relatada por Heródoto, un grupo de amazonas cruzó el lago Meótida (mar de Azov) hasta Escitia cerca de la región de los acantilados (actual sureste de Crimea). Tras aprender la lengua escita, accedieron a casarse con los hombres escitas, con la condición de que no les exigirían seguir la costumbres de sus mujeres. Según Heródoto, esta banda se trasladó hacia el noreste, asentándose más allá del Tanais (río Don), y se convirtieron en los ancestros de los sármatas, que lucharon luego con los escitas contra Darío III el Grande en el siglo V a. C.

Historia de Catalunya (la "Guerra de los dos Pedros" [III])

Cuando Pedro I "el Justo" y Pere IV "el Ceremoniós" se enfrentaron, no estaban en juego tierras que pudieran afectar a la integridad del reino aragonés. La guerra de los dos Pedros constituyó un episodio más de otra de más ancho alcance geográfico y de mayor duración, la guerra de los Cien Años, dirimida fundamentalmente entre Francia e Inglaterra. La Corona de Aragón y Castilla formaron parte de ella como aliados de aquéllos, aunque en realidad los motivos para este enfrentamiento peninsular fueron otros.
A mediados del siglo XIV, Castilla soportaba un profundo enfrentamiento social, cuyos bandos tenían como líderes al rey Pedro I de Castilla y a su hermano bastardo Enrique de Trastámara, pretendiente al trono castellano, respectivamente. Pere IV de Aragón apoyó a Enrique, que, a su vez, contó con la ayuda francesa, personificada en Beltrán Duguesclin y sus famosas compañías.
El monarca aragonés tenía dos objetivos en esta lucha: incorporar el Reino de Murcia a la Corona de Aragón (aspiración que data de tiempos de Jaume I, en el siglo XIII) y dominar el Mediterráneo occidental frente a Castilla y su aliada, Génova.

La guerra estalló en 1356 con motivo del hundimiento de dos naves genovesas por parte de los aragoneses en Sanlúcar de Barrameda ante la presencia de Pedro I. En el periodo entre el inicio del conflicto hasta 1360 las tropas castellanas demostraron una abrumadora superioridad, tanto por tierra como por mar. En este periodo las tropas aragonesas y de rebeldes castellanos solo lograron una victoria contra las tropas leales a Pedro I: fue en la batalla de Araviana, acaecida en septiembre de 1359. Esta batalla supuso la muerte de Juan Fernández de Hinestrosa, valido y hombre de confianza de Pedro I.

El periodo más cruento abarca hasta 1365, porque su prolongación, entre 1365 y 1369, fue más bien entre el monarca castellano y su hermano, que acabó por destronarlo en 1369. El escenario principal estuvo en las zonas limítrofes de ambos Estados, pero los reinos de Aragón y Valencia soportaron la peor parte. Ciudades como Teruel estuvieron varios años en poder castellano hasta que finalmente fueron devueltas. Otros casos como el de Caudete o Alicante fueron ocupadas por los aragoneses. No obstante, ciudades como Villena fueron devueltas a Castilla y jamás regresaron a la Corona de Aragón. Las alternativas se sucedieron, como la tregua de 1357, la "Paz de Terrer" firmada los días 13 y 14 de mayo de 13617 y el incumplimiento del tratado de Murviedro de 1363, al que siguió una importante ofensiva castellana que llegó a protagonizar un asedio de Valencia.
Finalmente, la "Guerra de los Dos Pedros" acabó sin tener un claro ganador, puesto que las pretensiones de Pere IV de Aragón no llegaron a cumplirse y Pedro I de Castilla no llegó a vencer tampoco porque fue asesinado y destronado por su hermanastro Enrique de Trastámara (Enrique II).

Historia de Catalunya (la "Guerra de los dos Pedros" [II])

La resistencia fue desigual: máxima en algunas plazas, generalmente aquellas con importantes guarniciones (Lorca, Alhama de Murcia, Mula) y escasa o nula allí donde Jaume II supo ganarse a los notables locales (Elche, Guardamar del Segura, Orihuela, Murcia, Cartagena). La conquista del reino quedó completada con la caída de Lorca en 1300. Sin embargo Alfonso de la Cerda no consiguió apoyos en Castilla y acabó por renunciar a la Corona en el "Tratado de Torrellas" (1304), el cual también reconocía la cesión de lo que ahora es el sur de la provincia de Alicante a Aragón a cambio de la devolución del resto del territorio a Castilla. Aun así Jaume II se resistió a abandonar Cartagena hasta la firma de un segundo tratado en Elche en 1305, que confirmaba el anterior. El acuerdo no contentó de verdad a ninguna de las partes y en décadas sucesivas los monarcas castellanos suspirarían por la reintegración de las tierras perdidas y los aragoneses por la unificación completa del reino bajo su bandera
En Castilla, los reinados de Sancho IV "el Bravo", Fernando IV "el Emplazado" y la primera parte del de Alfonso XI "el Justiciero" (1312-1350) se caracterizaron por la inestabilidad interna y el progresivo aumento del poder y las ambiciones de los nobles en detrimento de la Corona, labor que se vio favorecida en estos dos últimos casos por la corta edad en que los monarcas accedieron al trono (9 años el primero y 1 el segundo). Esta tendencia se rompió al llegar Alfonso XI a la mayoría de edad, momento en el que se reveló como un rey con carácter que impuso su voluntad con mano dura y, como hicieran Fernando III y Alfonso X, utilizando la guerra contra los musulmanes como elemento unificador. Pero Alfonso XI murió de peste negra ante los muros de Gibraltar en 1350, a los 38 años, y dejó como heredero a Pedro I "el Justo" (o "el Cruel" como lo apodaron sus enemigos), que entonces apenas contaba con 16 años. Los nobles asumieron que los últimos años del reinado de Alfonso XI habían sido una anomalía y que volvían los tiempos de corona débil ceñida por un rey niño, una afirmación que pareció confirmarse al levantar Pedro I inmediatamente el asedio a Gibraltar y hacer paces con el rey de Granada (al que de hecho le uniría una gran amistad durante todo su reinado).

Mas los nobles se equivocaban. Si bien Pedro I abandonó el ideal de Reconquista de su predecesor, también impulsó desde el primer momento leyes destinadas a recortar el poder de la nobleza (esto le haría caer en desgracia y que apoyasen a su hermano bastardo Enrique II "el Fraticida") en favor de la burguesía y la propia Corona, además de otras medidas impopulares como su protección de la minoría judía. Cuando los nobles se rebelaron en defensa de sus privilegios (en una serie de levantamientos inconexos que ahora se consideran la primera parte de la Guerra Civil Castellana), el rey respondió con una crudeza inusitada y hubo varias ejecuciones. Hasta entonces lo máximo a lo que los nobles rebeldes derrotados se exponían era una multa o la pérdida de parte de sus posesiones; el hecho de que Pedro I pasase a ejecutarlos le valió su sobrenombre de "El Cruel"

Historia de Catalunya (la "Guerra de los dos Pedros" [I])

La guerra castellano-aragonesa de 1356-1369, llamada guerra de los Dos Pedros fue una serie de enfrentamientos que mantuvieron Pedro I de Castilla y Pedro IV de Aragón entre 1356 y la muerte del primero en 1369. No constituyeron un conflicto continuo sino que, como era habitual en la Edad Media, estuvieron separados por varias treguas y negociaciones de paz que fracasaron.
El conflicto entre ambos monarcas se encuadra dentro de otros mayores contemporáneos como la "Primera Guerra Civil Castellana" (1351-1369) y la "Guerra de los Cien Años" (1337-1453).
Las disputas entre Aragón y Castilla sobre las fronteras y posesión del estratégico Reino de Murcia se remontaban a comienzos de siglo y hundían sus raíces en el anterior. Protectorado castellano desde 1243, el emirato se rebeló en 1264 como respuesta a la política de Alfonso X "el Sabio", mucho más estricta con los musulmanes que la de su predecesor Fernando III "el Santo". Esto aconteció al mismo tiempo que ocurría una peligrosa revuelta masiva de mudéjares en el Valle del Guadalquivir apoyados por el Reino de Granada. Considerando prioritaria ésta, Alfonso X concentró a sus tropas en Andalucía y solicitó a su suegro, Jaume I "el Conqueridor", que se ocupase él de Murcia. El monarca aragonés accedió y envió un ejército que aplastó la revuelta en 1266. Tras esto Murcia fue anexionada definitivamente a Castilla y se intensificó su repoblación por campesinos cristianos, que llegaron tanto de la Corona de Castilla como de la Corona de Aragón. El Aragón del siglo siguiente vería a su vez Murcia con ojos apetitosos, receloso de que Castilla pudiese usarla como base para competir con sus ambiciones políticas y comerciales en el Mediterráneo, pero se veía impedido a arrebatársela a los castellanos por el "Tratado de Cazola" y posterior "Tratado de Almizra".
La muerte de Alfonso X en 1284 trajo un problema sucesorio, pues las leyes tradicionales de Castilla declaraban que el nuevo rey era su hijo mayor superviviente, Sancho IV "el Bravo" (al que además apoyaba la nobleza), pero las Siete Partidas que Alfonso X escribiera designaban como sucesor al Barón Alfonso de la Cerda, hijo del primogénito de Alfonso X que le había precedido en la muerte en 1275, y que se encontraba viviendo en Aragón. Para rematar Sancho IV "el Bravo" murió repentinamente en 1295, dejando a un niño de 9 años, Fernando IV "el Emplazado", como sucesor. Jaume II "el Just" aprovechó entonces para intervenir en el conflicto en favor del de la Cerda y tras asegurarse de éste la cesión de Murcia, las tropas aragonesas la invadieron en 1296.

Literatura Catalana (Raimon Vidal de Bezaudun)

Nació 1196 - Fallece en  1252. Fue un trovador alverñés del pueblo de Bezaudu (Francia [Bezaudun en francés, comuna de Tournemire). Se formó e inició su vida profesional como juglar en el Castell de Mataplana (Gombrèn [Girona]), al que elogia en algunos de sus versos.
Es famoso por ser autor del primer tratado poético en una lengua romance (occitano), el Razos de trobar (c. 1210). Comenzó su carrera como juglar y pasó sus años de formación en la corte de Hug de Mataplana, que a menudo recuerda con cariño en sus poemas y canciones.

Literatura Catalana ("El Llibre dels fets")

El Llibre dels feits o Llibre dels feyts también denominado Crónica de Jaume I "el conqueridor". Es la primera de las denominadas cuatro grandes crónicas de la Corona de Aragón. Parece ser que la conquista de Mallorca (1229) impulsó su redacción. Jaume I murió en 1276, por lo que la obra debía de estar prácticamente acabada poco antes. No obstante, las copias que han llegado hasta nuestros días son posteriores (el manuscrito más antiguo conservado es de 1343)
El título es significativo ya que no se trata de una crónica sino de un "llibre de fets". Los estudios realizados en la década de 1980 llegan a la conclusión de que se trata de un libro que no pertenece a ningún género conocido y que está fuertemente influido por el lenguaje oral: está redactado desde la oralidad. El autor (Jaume I) no lo escribe, lo dicta. Jaume I era illiteratus, no sabía escribir, aunque era un hombre culto.
La crónica narra, de forma autobiográfica, la vida y las gestas más importantes del rey, especialmente las conquistas de Mallorca y Valencia. La historia empieza con su nacimiento y termina con su muerte (de 1208 a 1276). Alguien propuesto por él realizó el prólogo y el epílogo. Tanto por la erudición como por su perfección estilística, este prólogo debió de ser realizado por alguien de cultura superior y después de la muerte del monarca.
El contenido puede dividirse en cuatro partes:

- Entre 1208 y 1228: se explican un conjunto de pequeños conflictos que tuvieron lugar durante su edad más tierna, mientras los templarios se ocupaban de su formación (el engendramiento casi milagroso de Jaume I, la muerte de Pere II "el Catolic" en Muret y la boda de Jaume con Leonor de Castilla entre otros).
- De 1229 a 1240: es la parte más entretenida del "Llibre dels fets". Narra la conquista de Mallorca. Sería el primer paso en el destino de la Corona de Aragón. Posteriormente llegaría la conquista de Valencia. En el libro se intenta demostrar que todos estos hechos pudieron ser llevados a cabo por el rey gracias a que contaba con el favor divino.
- De 1240 a 1265: los hechos narrados son menos dinámicos. Narra los conflictos con los sarracenos rebeldes de Valencia.
- De 1265 a 1276: vuelve el dinamismo y las narraciones bélicas, de nuevo contra los sarracenos. Tiene lugar la conquista de Murcia. Además, aparecen numerosos episodios de política interna que pretenden justificar sus actos. Los últimos capítulos, que narran la enfermedad que llevó a la muerte de Jaume I, fueron redactados por alguna otra personalidad que quiso incorporar la muerte del monarca a la crónica.

La intención didáctica y justificativa y el sentimiento religioso se reflejan a lo largo de toda la crónica. El rey, a quien le gusta aparecer como un héroe de epopeya, no siempre hace historia militar y política, sino que muchas veces nos muestra los pequeños hechos de su vida y los rincones más íntimos de su personalidad.
Se utiliza un lenguaje vivo y popular (refranes, dichos y expresiones coloquiales, utilización de la primera persona del plural...) y muestra la lengua propia de los distintos personajes: en especial la mozarabía cristiana que pervivía bajo el dominio musulmán en el Reino de Valencia, valenciano, aragonés y occitano. Lengua y lenguaje son un reflejo de su misión legisladora en los fueros del Reino de Valencia.

Literatura Catalana (Crònica de Pere "el Cerimoniós")

Es la cuarta, y la más tardía, de las grandes crónicas de la literatura catalana de los siglos XIII y XIV. Aunque se diferencia es muchas cosas de sus predecesoras, se parece a ellas en la medida que refleja fielmente el mundo de su tiempo.
La crónica fue escrita por orden del rey Pedro el Ceremonioso, gran reformador de la cancillería real. Abarca todo su reinado y el de su padre, el rey Alfonso el Benigno. La motivación principal que movió al rey Pedro a escribir la crónica fue el deseo de justificar su política.

La crónica se ha conservado en dos redacciones:

- La primera se terminó a finales de 1382 o principio de 1383.
- La segunda, datada hacia 1385 donde aparecen cambios de orden menor.

El análisis de la crónica muestra que, dejando a un lado el apéndice, la narración cubre el periodo comprendido entre 1319 y 1369. La mayoría de los estudiosos coinciden en afirmar que Pedro debió empezar a escribir la crónica hacia 1349. Posteriormente, habría contado con la colaboración de un equipo que trabajaría sobre un plan marcado por el propio soberano (los dos principales colaboradores de la obra fueron Bernat Descoll y Arnau de Torrelles).
El primer capítulo trata de unos episodios selectos de la vida de Alfons "el Benigne", padre de Pere "el Cerimoniós". Aunque se relatan algunos hechos anteriores, el capítulo comprende esencialmente el periodo entre 1319 y 1336.
El segundo se inicia con el ascenso al trono de Pere IV y describe las primeras disensiones con sus tíos y con los representantes de Catalunya. Los hechos que se describen van desde 1336 a 1340.
El tercer capítulo, el más largo de todos, trata de un único tema: como el rey confiscó el reino de Mallorca y los condados continentales del Rosello y de la Cerdanya.
El cuarto capítulo trata de las uniones formadas en Aragón y en Valencia contra Pere. Se inicia en 1345 y termina en 1351.
El quinto empieza con las negociaciones, ya mentadas en el capítulo anterior, y con la decisión del rey de aliarse con Venecia.
El sexto está dedicado a los hechos de la "Guerra de los Pedros" contra el rey Pedro I de Castilla y representa la última sección completa de la crónica.

El apéndice presenta problemas especiales: en conjunto no parece que sea una parte auténtica de la crónica. Cubre de forma desordenada una serie de hechos que van desde 1370 a 1385. También hay referencias a hechos sucedidos posteriormente a la muerte del monarca.