jueves, 18 de agosto de 2016

Historia de Catalunya (la "Guerra de los dos Pedros" [I])

La guerra castellano-aragonesa de 1356-1369, llamada guerra de los Dos Pedros fue una serie de enfrentamientos que mantuvieron Pedro I de Castilla y Pedro IV de Aragón entre 1356 y la muerte del primero en 1369. No constituyeron un conflicto continuo sino que, como era habitual en la Edad Media, estuvieron separados por varias treguas y negociaciones de paz que fracasaron.
El conflicto entre ambos monarcas se encuadra dentro de otros mayores contemporáneos como la "Primera Guerra Civil Castellana" (1351-1369) y la "Guerra de los Cien Años" (1337-1453).
Las disputas entre Aragón y Castilla sobre las fronteras y posesión del estratégico Reino de Murcia se remontaban a comienzos de siglo y hundían sus raíces en el anterior. Protectorado castellano desde 1243, el emirato se rebeló en 1264 como respuesta a la política de Alfonso X "el Sabio", mucho más estricta con los musulmanes que la de su predecesor Fernando III "el Santo". Esto aconteció al mismo tiempo que ocurría una peligrosa revuelta masiva de mudéjares en el Valle del Guadalquivir apoyados por el Reino de Granada. Considerando prioritaria ésta, Alfonso X concentró a sus tropas en Andalucía y solicitó a su suegro, Jaume I "el Conqueridor", que se ocupase él de Murcia. El monarca aragonés accedió y envió un ejército que aplastó la revuelta en 1266. Tras esto Murcia fue anexionada definitivamente a Castilla y se intensificó su repoblación por campesinos cristianos, que llegaron tanto de la Corona de Castilla como de la Corona de Aragón. El Aragón del siglo siguiente vería a su vez Murcia con ojos apetitosos, receloso de que Castilla pudiese usarla como base para competir con sus ambiciones políticas y comerciales en el Mediterráneo, pero se veía impedido a arrebatársela a los castellanos por el "Tratado de Cazola" y posterior "Tratado de Almizra".
La muerte de Alfonso X en 1284 trajo un problema sucesorio, pues las leyes tradicionales de Castilla declaraban que el nuevo rey era su hijo mayor superviviente, Sancho IV "el Bravo" (al que además apoyaba la nobleza), pero las Siete Partidas que Alfonso X escribiera designaban como sucesor al Barón Alfonso de la Cerda, hijo del primogénito de Alfonso X que le había precedido en la muerte en 1275, y que se encontraba viviendo en Aragón. Para rematar Sancho IV "el Bravo" murió repentinamente en 1295, dejando a un niño de 9 años, Fernando IV "el Emplazado", como sucesor. Jaume II "el Just" aprovechó entonces para intervenir en el conflicto en favor del de la Cerda y tras asegurarse de éste la cesión de Murcia, las tropas aragonesas la invadieron en 1296.

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