miércoles, 7 de septiembre de 2016

Historia de Catalunya (La "Batalla de Muret" [III])

Simón IV de Montfort, en clara inferioridad numérica, y con víveres para sólo una jornada y a más de cien leguas de su base de operaciones, decidió no quedarse encerrado en el Castell de Muret y lanzó un ataque fulminante, utilizando la mejor arma de la caballería pesada, la carga. Organizó la caballería francesa en tres escuadrones de unos 300 caballeros cada uno: el escuadrón de vanguardia lo dirigían Guillaume de Contres y Guillaume des Barres, el segundo escuadrón estaba mandado por Bouchard de Marly y el tercero por el propio Simón de Montfort.
La madrugada del 13 de septiembre, la infantería tolosana reinició los trabajos de asedio, atacando las puertas de la muralla mientras la caballería vigilaba la posible salida de los cruzados. Por la tarde, la mayor parte de la caballería aragonesa se retiró para descansar, y ese fue el momento elegido por Simón de Montfort para atacar con su tropa descansada saliendo por la puerta de Salas, en dirección suroeste y que los sitiadores no podían ver, doblando una esquina de la muralla del castillo, girando luego en dirección norte y atravesando el río Louge por un vado para enfrentarse al ejército del rey de Aragón.

La caballería cruzada emergió, de repente, del nivel del lecho del río avanzando hacia el llano y sorprendiendo a los sitiadores. Los dos primeros cuerpos giraron a la izquierda, y la primera de las tres acometidas de los franceses fue respondida por las tropas de Raimundo Roger de Foix, pero tuvieron que replegarse rápidamente ante la impetuosidad de la caballería francesa, tomando el relevo las tropas del rey aragonés. Los franceses, con su gran maniobrabilidad y conservando la formación, mantuvieron la ventaja numérica en las dos acometidas siguientes y no permitieron que los aragoneses se reagruparan.
Pere "el Católic" había decidido probar su valía como caballero cambiándose la armadura con uno de sus hombres para enfrentarse como simple caballero a Simón de Montfort, pero el objetivo cruzado era el de matar al monarca a cualquier precio porque la defensa de la Iglesia justificaba todas las acciones, y así se lo encargó a dos de sus caballeros, Alain de Roucy y Florent de Ville, que abatieron al caballero que vestía la armadura real y después al propio rey cuando éste se descubrió al grito de "El rei, heus-el aquí!" ('Aquí está el rey'),26 a pesar de haber acabado con algunos de sus atacantes, todo ello según la crónica de Bernat Desclot, fuente muy tardía, teniendo en cuenta que ni las contemporáneas al hecho ofrecen datos fiables

Historia de Catalunya (La "Batalla de Muret" [II])

A partir de agosto, Pere II cruzó los Pirineos desde Canfranc o Benasque con unos mil caballeros y hombres de armas. Mientras se acercaba a Tolosa, los castillos de la cuenca del Garona que se habían rendido a los cruzados, se le fueron rindiendo fácilmente. Seguidamente, el rey envió su ejército hacia Muret, mientras Simón de Montfort se hallaba en Saverdun. Cuando este tuvo noticias del peligro, reunió sus tropas y se dirigió hacia Muret a toda velocidad, al encuentro de Pere II "el Catolic".
El 10 de septiembre, las tropas de Pere II "el Católic" se unieron a las de sus aliados occitanos y montaron el campamento en el llano de la ribera izquierda del Garona. El campamento estaba situado a una distancia prudencial de la fortaleza de Muret. Según distintas hipótesis, alejado o cercano a las embarcaciones amarradas que habían llegado desde Tolosa llenas de provisiones, y contaban con unos 2000 caballeros (la caballería pesada de la época), la mitad de la Corona de Aragon y la otra mitad occitanos; a este número podrían sumarse como máximo otros 2000 jinetes más ligeramente armados.
El ejército al mando de Pere II estaba dividido en dos o tres haces o filas, según distintas hipótesis: la vanguardia estaba dirigida por Raimundo Roger de Foix; el haz central o medianera estaba al mando del propio monarca, Pere II, en tanto que la tercera línea o zaga (que según otras teorías podría estar integrada en la primera) la comandaban Raimundo VI de Tolosa y Bernardo IV de Cominges.

El 10 de septiembre, el ejército tolosano-aragonés comenzó el asedio con mangoneles y otras armas de asedio. Simón de Montfort salió por una puerta distinta, oculto a las tropas del rey aragonés, y atacó con unos 900 caballeros, reservando un escuadrón que dirigía personalmente, el cual avanzó por la izquierda y atacó por el flanco; probablemente el ejército occitano-aragonés no pudo formar correctamente sus filas y los cruzados llegaron al cuerpo donde estaba el rey y lo mataron. En todo caso, existen al menos siete hipótesis distintas sobre el desarrollo de la batalla.

Historia de Catalunya (La "Batalla de Muret" [I])

A principios del siglo XIII, la herejía cátara se había afianzado en Occitania amenazando la doctrina de la Iglesia católica. El papa Inocencio III, después de lanzar una cruzada fallida contra los cátaros, intentó reconciliarse con el conde Raimundo VI de Tolosa. Sin embargo, Arnaldo Amalric, legado papal, y Simón IV de Montfort procuraban romper las negociaciones, exigiendo a Raimundo VI unas condiciones muy duras.

Raimundo VI buscó aliados con una ortodoxia católica indudable, y tras entrevistarse con diversos monarcas europeos, se alió con su cuñado Pere II "el Catolic". Este rey actuó como intermediario con el fin de encontrar una reconciliación, pero finalmente el papa Inocencio III se puso de parte de Simón IV de Montfort y proclamó la cruzada pensando que así erradicaría la herejía de forma definitiva. La cruzada comenzó con la masacre de Béziers y el sitio de Carcasona de 1209, continuando al año siguiente con el ataque a las fortalezas de Minerve, Termes y Cabaret.

En 1213, Simón de Montfort retomó su campaña contra el conde Raimundo VI de Tolosa. Este se retiró a su capital y pidió la intervención papal; el Papa ordenó la celebración del concilio de Lavaur, que empezó el 15 de enero de 1213, y donde abogó por el retorno de los condados y tierras a sus titulares a cambio de la sumisión a la Iglesia. A pesar de que los congregados rechazaron la propuesta, el rey Pere II "el Catolic" consiguió que el papa enviase un legado. Ante la evidencia de que los cruzados estaban determinados a vencer al conde de Tolosa y la intervención del papa sólo lograría retrasar los hechos, Pere II decidió acoger a los condes de Tolosa, Foix y Cominges, y, junto con las fuerzas de sus vasallos tradicionales (como el de los vizcondes de Bearne), combatir a los cruzados.
Progresivamente, Montfort fue ocupando las villas cercanas a Toulouse hasta que esta cayó en su poder. Entre las villas ocupadas se encontraba Muret, que había conquistado sin encontrar resistencia en 1212. Su situación estratégica, al estar situada entre los ríos Garona y Loja, determinó que Simón IV de Montfort la eligiera como base de operaciones, dejando una guarnición de 30 a 60 caballeros, y 700 peones de infantería

Literatura Catalana (Manel Milá i Fontanals [II])

Aparte de la Filología, Milá es un importante autor de Estética y Teoría de la Literatura: su principal obra teórica es "Principios de Estética" (1857), que reúne sus artículos sobre la materia aparecidos justo antes en el "Diario de Barcelona", del que fue asiduo colaborador. Amplió este último título como "Principios de teoría estética y literaria" (1869), donde junto a la parte teorética y la integración de doctrinas de Kant o Hegel queda expuesto su propio pensamiento sobre el arte y la literatura. Subsiguientemente, "Principios de Literatura General y Española" (1873) culmina este gran trazado conjunto estético, historiográfico y crítico.
Su función más reconocida o difundida es la de padre de la filología española, pues él fue quien introdujo en España los modernos métodos europeos de investigación histórico-literaria; aunque de tener en cuenta el testimonio de Juan Valera, Milá era más reconocido en el extranjero que en su propia patria: en Alemania, Francia y Rusia se le citaba con más frecuencia que en España. En su "Romancerillo catalán" (1853) se revela como un experto folclorista y agudo conocedor de la poesía popular y tradicional. Entiende que la poesía popular es la compuesta por el pueblo mismo o por aquellos poetas que a él se dirigen. La edad más propicia para la misma es la edad heroica de las naciones. Recogió muchas composiciones populares en sus excursiones por la región y resumió sus ideas al respecto en "Observaciones sobre la poesía popular" (1853). En "De la poesía heroico-popular castellana" (1874) puntualizó la manera como el Romancero deriva de la épica, la relación entre la épica y la cronística, la relación entre la épica francesa y la castellana y otros teorías que sus discípulos han ampliado. Consagró diversos estudios al origen de las lenguas románicas, la épica medieval francesa, el catalán y la métrica española. En "De los trovadores en España" (1861) trazó un amplio panorama de la influencia provenzal y catalana en la lírica castellana, cosa que en aquel tiempo nadie conocía. Dejó inéditos unos "Orígenes del teatro catalán". Toda su obra fue recogida en unas Obras completas en ocho volúmenes editados por su discípulo Menéndez Pelayo, en las que aún faltaron algunos títulos menores.

Con escaso rigor filológico, y con un punto de provocación, el historiador Jaume Riera i Sans le atribuyó la falsificación literaria de la novela caballeresca "Curial e Güelfa", texto catalán del siglo XV sin lugar a dudas, cuyo manuscrito único fue encuadernado en Toledo a comienzos del siglo XVI, aunque haya quien todavía se obstine en la supuesta falsificación

Literatura Catalana (Manel Milá i Fontanals [I])

Nacio en Villafranca del Penedés (Barcelona), en 1818 – Barcelona, 1884. Fue un filólogo y teórico de la Estética catalana. Estudió derecho y filosofía en las universidades de Cervera y Barcelona. Catedrático de Estética y de Historia de la Literatura en la Universidad de Barcelona (1845). Entre sus alumnos se contaron destacados eruditos como Marcelino Menéndez Pelayo, Rubió i Lluch, Costa i Llobera y Maragall. Organizó los Jocs Florals, que presidió en 1859.
Suele organizarse su evolución ideológica en tres etapas. En la primera, que empieza en 1844, pese a ser un gran conocedor de los clásicos grecolatinos, abrazó con fervor el Romanticismo, primero el liberal y luego el tradicionalista, contribuyendo a difundirlo decisivamente en Catalunya. En ese sentido fue muy importante su artículo "Clásicos y románticos", publicado en "El Vapor", 1836, que puede considerarse como un verdadero manifiesto del movimiento. Recogió este trabajo en su libro "Algunos estudios literarios" (1836), que recoge también poemas de tema catalán escritos en castellano, como "El trovador del Penedés", y su ensayo semidramático, influido por Goethe y Byron, "Fasque nefasque", del que luego abjuró por considerarlo una travesura juvenil. Su entusiasmo por Walter Scott y el Romanticismo histórico está muy claro en "La moral literaria, contraste entre la escuela escéptica y Walter Scott" (1842) y en esta línea se explican sus "Romances de los Reyes Católicos en Barcelona" (1842). Más tarde documentaría la introducción del Romanticismo en Catalunya al escribir "Un párrafo de historia literaria: El Europeo de 1823", (Diario de Barcelona, 1854).
Tras publicar "Compendio de arte poética" (1844) en forma de prontuario, totalmente imbuido de ideas románticas, se inicia su segunda etapa de estudio y silencio hasta aproximadamente 1853. De ella emerge en el tercer momento como ferviente catalanista y admirable filólogo. A pesar de haber sido amigo de Pau Piferrer, Rubió y otros, su catalanismo no fue fácil: hasta 1853 pensaba que el catalán era una lengua del pasado imposible de modernizar, y miraba la cultura catalana con más nostalgia que futuro; desde esa fecha fue uno de los más firmes impulsores de la "Renaixença". Para dar ejemplo creativo, escribió en catalán varios poemas, como "La cançó del pros Bernat" (1867), "La mort de Galinol", (1867) y "La complanta d'en Guillem"

Litertaura Catalana (Joaquim Rubió i Ors)

Nacio en Barcelona, 1818 - 1899. Fue escritor catalan en lengua castellana y catalana. Su padre era un impresor y librero. Estudió Filosofía en el seminario y Física y Francés en la Escuela de la Junta de Comercio con Eudald Jaumeandreu y Triter. Fue Catedrático de Literatura Española en la Universidad de Valladolid. Conservador, expuso la filosofía tomista en Catalunya escribiendo contra Draper. Vinculado al Romanticismo, tras la publicación de la "Oda a la Patria" de Buenaventura Carlos Aribau en 1833 puede decirse que la "Renaixença" no empezó verdaderamente hasta que Joaquín Rubio escribió el manifiesto de la misma en 1841 y se celebraron los Jocs Florals en 1859. Este manifiesto consiste en el prólogo a una recopilación de poemas suyos publicados bajo el seudónimo de "Lo Gaiter del Llobregat" en el Diario de Barcelona. En este prólogo expuso sus ideales a favor de la lengua catalana e hizo un llamamiento para su dignificación. La intención de Rubió era "despertar a los catalanes de su vergonzosa y criminal indiferencia". Aunque cita sólo explícitamente a Byron, Goethe, Víctor Hugo, Ugo Foscolo, Alessandro Manzoni y Lamartine, escribió en la revista palmesana La Fe en 1844 una denuncia de la narrativa y lírica en castellano inspiradas de la literatura extranjera y que ofrecen "una mezcla de escepticismo y religión, de vaguedad, de agitación y tristeza, que es el carácter de nuestro siglo". En esos "libros sanguinarios y novelas descabelladas, llenas de espectros", en esos libros "escépticos y corrompidos", no triunfaría según él ni la moralidad, ni la buena fe. Escribió en español una Historia universal. Fue padre de Antoni Rubió i Lluch y abuelo de Jordi Rubió i Balaguer.

Literatura Catalana (Pere Mata i Fontanet [II])

Cerradas aquellas Cortes, en las que había ocupado el puesto de secretario, volvió a dedicarse a la literatura. Entre sus escritos de entonces se cuentan: Historia de la Música, El panorama español y un considerable número de artículos políticos. En 1843 desempeñó con el Ministerio de Joaquín María López el cargo de oficial primero de Gobernación y redactó el plan de estudios médicos de 1 de octubre de aquel año; poco después dimitió de ese puesto para encargarse de la cátedra de Medicina Legal y Toxicología, que tan gran renombre había de darle y que inauguró con un brillantísimo discurso. En adelante se consagró totalmente a la ciencia, dando a luz su magistral obra sobre su asignatura, así como un Manual de Mnemotecnia; la Sinopsis filosófica de la Química; el Examen crítico de la homeopatía y dos novelas: Las Amazonas y Abelardo y Eloísa. Por esta última los obispos anatematizaron a los lectores de El Clamor, donde se publicaba, confundiendo la novela del doctor Mata con las Cartas de los célebres amantes.

Triunfante la revolución de 1854, Mata volvió a la vida política, pero se retiró al poco tiempo. Dio en el Ateneo de Madrid algunas lecciones de Frenología que atrajeron numeroso concurso; en 1856 publicó una novela titulada Trabucaires del Pirineo; la tercera edición de su Medicina legal y las novelas Los moros del Rif, Las vísperas sicilianas y La monja enterrada en vida. Más tarde (1859) imprimió un libro titulado Filosofía médico-española, donde se halla reunida la famosa polémica que sostuvo en la Real Academia de Medicina contra los partidarios de Hipócrates, y en 1861 otra novela titulada Los mártires de Siria. En 1862 escribió un Curso de lengua universal dedicado a la lengua artificial creada años antes por Bonifacio Sotos Ochando. Desde 1863 figuró de nuevo en la política, pero sin desatender sus estudios predilectos, puesto que por entonces publicaba su segundo curso sobre La razón humana, refundía su Medicina legal y daba a la estampa su Compendio de Psicología, La experimentación fisiológica como prueba pericial en los casos de envenenamiento y el Criterio médico-psicológico para el diagnóstico diferencial de la pasión y la locura.

Después de los sucesos de junio de 1866, la policía ejerció sobre él constante vigilancia, siendo Mata objeto de los más violentos ataques por parte de la prensa ultramontana y neocatólica, que le tachó de ateo, materialista y corruptor de la juventud. Al ocurrir la revolución de 1868, formaba parte de la redacción de El Universal e influyó activamente en aquellos sucesos, después de los cuales fue elegido diputado por Reus. Luego participó en la comisión constitucional encargada de redactar el Código fundamental de 1869. Adicto a la monarquía de Saboya, fue nombrado decano de la Facultad de Medicina, gobernador de Madrid, senador y ministro del Tribunal de Cuentas. Sucesos posteriores y una larga enfermedad le alejaron definitivamente de la política, pero su actividad incansable y su necesidad de un trabajo asiduo le impidieron dejar sus estudios, ni aun cuando la parálisis impedía que la pluma expresase su pensamiento. Largo tiempo vivió completamente imposibilitado. Sus restos recibieron sepultura en el cementerio de la Patriarcal. Una colección de sus poesías lleva el título de Fotografías íntimas (Madrid, 1874).
Mata fue el propulsor de la organización del cuerpo médico-forense (13 de mayo de 1862) y gracias a él se presentó y aprobó la ley del Registro civil (17 de junio de 1870).

Literatura Catalana (Pere Mata i Fontanet [I])

Nacio en Reus (Tarragona), 14 de junio de 1811 – Madrid, 27 de mayo de 1877. Médico, periodista, escritor y político catalan. Hijo de un doctor en Medicina y humanista notable, hizo sus estudios en Reus, Tarragona y Barcelona, donde terminó la carrera de Medicina. Llevado de sus ideas liberales, fundó en 1835 con varios amigos "El Propagador de la libertad" y colaboró en "El Vapor". Participó en asonadas y revueltas, de forma que en 1837 tuvo que refugiarse en un buque de guerra que le condujo al exilio en Marsella primero y luego en Montpellier.
Se estableció de nuevo en Reus en 1838 y fundó, con otros amigos políticos, "La Joven España", que por sus tendencias liberales le valió a Pere Mata la cárcel primero y el destierro después. Recién graduado, escribió una tragedia basada en la historia de "Rafael del Riego", acreditando en ella sus estudios clásicos. Se batió en duelo varias veces por causa de la libertad, y asistió al levantamiento del sitio de Olot. Al sobrevenir la sublevación de la Granja, fue apresado y conducido con otros compañeros a un buque de guerra que debía deportarlos a Filipinas, aunque antes de que se diese el buque a la vela triunfó la revolución y fue liberado. En 1837, tras la sublevación del 4 de mayo, se refugió en un buque francés que lo condujo a Tolón y de nuevo a Montpellier. Aprovechó entonces para consagrarse al estudio y fue nombrado individuo del Círculo Médico. Falto de recursos, se vio forzado a regresar a España en abril de 1838 y se estableció de nuevo en Reus; más a los pocos días fue denunciado, apresado y desterrado otra vez sin formación de causa y sin notificación siquiera sobre de qué delito se le acusaba. En París residió dos años asistiendo a cátedras y clínicas, y tradujo varias obras de pane lucrando. Allí escribió su libro Secretos de la naturaleza y la novela El poeta y el banquero. Durante esta estancia en París casó con una joven española., creador de la medicina forense en España. Volvió a España tras la revolución de 1840 y se trasladó a Barcelona, de la que fue nombrado alcalde. Luego fue elegido diputado a Cortes. Al estallar la sublevación de Diego de León, Concha y Leopoldo O'Donnell, se trasladó a Madrid comisionado por el Ayuntamiento de Barcelona y combatió luego la conducta del Capitán General de Cataluña. Abiertas las Cortes, tomó asiento en los bancos de la izquierda y pronunció un discurso contra el de la Corona. Se hizo notar especialmente con motivo de la sublevación de Barcelona en 1842.