viernes, 25 de septiembre de 2015

Misterios en Catalunya (La Habitación 712 Del Parador Duques De Cardona [III])

La Leyenda

En el castillo de Maldà (Urgell [Lleida]) había un joven moro, Abdalá, que, vestido con armadura de cristiano completa, con visera enrejada y lanza, marchaba muy a menudo en dirección a Cardona. Cuenta la tradición que el joven moro del castillo de Maldà se había enamorado locamente de la bella Adalés, hermana del vizconde de Cardona, a la que había conocido en una fiesta que había dado el Vizconde de Cardona.Adalés y Abdalá se querian. El amor de la cristiana Adalés había influido de tal manera en Abdalá, que éste estaba dispuesto a interesarse por la religión de su enamorada. Era el condicionante de que la promesa le reclamaba. Esta buena disposición fue el motivo fundamental para que Adalés le concediera su mano como esposa después de recibir el bautismo. Abdalá era cristiano secretamente.La pareja de enamorados sólo se podía ver de vez en cuando, en los días convenidos. Tenían como señal una farola en la pared superior de la torre del homenaje; esta era la contraseña que Abdalá interpretaba que podía acercarse al castillo sin temor a ser visto ya que Adalés salía a recibirlo.Adalés sabía que sus hermanos no le habrían perdonado nunca su matrimonio con un moro, ya que era el enemigo en esa época. Debía aceptar el marido que le presentaran. Adalés y Abdalá sufrían en silencio, pero sabían que debian esperar a días mejores, que nunca llegaron.Un día cerrada la puerta de acceso al recinto amurallado, Adalés se dirigía hacia su cuarto, cuando se vio sorprendida por Bremond, quien sin decir palabra, le hizo una señal de que lo siguiera; ambos atravesaron varias estancias del castillo y entraron en la llamada cámara obrada, nombre que recibía una habitación debido a la riqueza en oro que poseía.A partir de entonces, esta sala se convirtió en un tribunal de justicia, donde Bremond, junto con los hermanos, discutieron sobre el castigo que debía recibir la que tan bajamente había manchado el honor familiar.Bremond indicó a Adalés que obedeciera todo lo que decía su hermano mayor, vizconde, y lo encaminó hacia una puerta que había en un extremo de la sala. El vizconde y la joven accedieron hacia el puente que conducía hacia la torre y lograron así llegar.Para acceder a ese recinto encontraro a la derecha una sólida escalera que conducía a la plataforma superior; en frente se encontraaba una reja baja y fuerte, que te encaminaba hacia una estancia reducida y circular, completamente oscura que no recibía más luz que la que podía penetrar por un agujero cuadrado cerrado por dos barras cruzadas de hierro. Era una estancia horrible como una prisión y triste como una tumba. En ella Bremond encerró a su hermana.Adalés quedó sola en aquel sepulcro. Sus hermanos habían decidido que reflexionara su gran error, ya que si no se retractaba, aquel lugar sería su prisión de por vida.La infortunada joven ya no vio más a sus hermanos ni a más criatura viviente, únicamente un esclavo mudo que había en el castillo; era el encargado de llevarle pan y agua.Abandonada de todos, olvidada del mundo entero, sin escuchar voz humana, sin ver otro rostro que el de su carcelero, Adalés fue enfermando y murió al poco tiempo, tan sólo un año después, debido a su desdicha.Desde entonces, la torre del homenaje, se la bautizó con el nombre de "torre de la minyona", nombre que se conserva aún en memoria de la joven que tan cruelmente, terminó sus días.Sabida por Abdalá la triste y cruel muerte de su mujer, juró venganza eterna al nombre del cristiano y principalmente el de Cardona. Se cuenta que los tres hermanos, Bremond, Eriball y Folc, fueron continuamente atacados por Abdalá. Bremond y Folc murieron en los ataques, pero Eriball logró escaparse de la venganza 

Misterios en Catalunya (La Habitación 712 Del Parador Duques De Cardona [II])

La habitación 712

La experiencia del antiguo dierector del Parador de Cardona, Carlos Herrero tiene además como testigo a dos empleadas de la limpieza. Todo comienza cuando las empleadas acuden a la planta número siete, a la habitación 712, para realizar sus tareas de limpieza, y llaman a la puerta a pesar de saber que la habitación está desocupada, pero lo hacen como parte del protocolo para asegurarse de que no haya nadie. Nada más golpear con el nudillo en la puerta, una voz tosca y grave que sale del interior dice “Espera”, las empleadas extrañadas de que la habitación este ocupada, ya que en su listado aparece como libre, llaman a recepción para que les confirmen si está ocupada o no. En recepción les comunican que esa habitación está vacía, por lo cual introducen la llave en la cerradura, pero les es imposible abrir la puerta, en ese instante aparece por la planta el director del Parador en aquellos días, Carlos Herrero y las empleadas le comunican la situación, El director llama la puerta y nuevamente la voz tosca y grave dice desde el interior “espera” dejando atónitos a los tres testigos.
No fue hasta pasados unos minutos cuando nuestros protagonistas consiguen abrir la puerta y se encuentran con lo imposible. El cuarto de baño está lleno de vaho, el espejo empañado, una tolla húmeda, una huella en el suelo, el grifo abierto y el lugar completamente vacío, allí no había absolutamente nadie.

Esta habitación se mantiene siempre cerrada, a no ser que algún huésped se atreva a solicitarla. En los últimos años, los clientes que han pasado por esta habitación aseguran haber sentido en ella presencias extrañas. La mayor parte de ellos simplemente dicen que les ha costado conciliar el sueño o que han pasado una noche inquieta, otros sin embargo, mantienen que ha sido imposible dormir por el movimiento de muebles en la habitación superior, aunque ésta siempre ha estado vacía. Incluso el personal de limpieza del Parador ha decidido acceder a la habitación de dos en dos, para estar acompañados en todo momento. Quieren evitar así estar solos ante algún fenómeno extraño como los que se han vivido en los últimos años, como encontrar todos los muebles juntos en el centro de la habitación u oír voces, ver un grifo abierto o escuchar ruidos cuando no había dentro ningún huésped. Algún cliente incluso mantiene haber presenciado alguna aparición fantasmagórica.

Misterios en Catalunya (La Habitación 712 Del Parador Duques De Cardona [I])

Cardona es un municipio de la comarca del Bages, en la provincia de Barcelona.

El Castillo

El castillo fue construido en el año 886 por Wifredo el Vellodo; de estilos románico y gótico, incluye la denominada Sala Dorada y la Sala dels Entresols. Su joya es la torre de la Minyona (del siglo XI), de 15 metros de altura y más de 10 metros de diámetro, y la iglesia románica de Sant Vicens de Cardona. Posteriormente Ramón Berenguer IV realizó algunas edificaciones más.
La Iglesia de Sant Viçents, que está en el interior de la fortificación, justo en mitad del Castillo, la cual pertenece a la Generalitat de Cataluña, fue construida en el Siglo XI, permaneciendo actualmente en ella los féretros que contienen los restos del linaje de los Cardona. Como dato curioso, esta Iglesia de estilo románico es la segunda más alta de España después de la de Santiago de Compostela, según el director actual del Parador de Cardona.
Ya en el Siglo XIII se construyeron las actuales murallas que rodean actualmente a la fortaleza, muros que presenciaron numerosas guerras y batallas, las más destacadas, las Carlistas y la de Sucesión.
Durante el siglo XV, los duques de Cardona fueron la familia más importante de la Corona de Aragón, sólo por detrás de la Casa Real. Los miembros de esta casa ducal eran conocidos como "los reyes sin corona", pues disponían de extensos dominios territoriales en Catalunya, Aragón y Valencia, y vínculos dinásticos con las casas reales de Castilla, Portugal, Sicilia y Nápoles. En 1714, después de un asedio que destruyó en buena parte las murallas del castillo, Cardona fue uno de los últimos reductos en entregarse a las tropas borbónicas de Felipe V durante la Guerra de Sucesión. Su ciudadela no pudo ser tomada posteriormente por las tropas de Napoleón, el Guerra de la Independencia (Guerra del Frances [en Catalunya])

fuente:  https://labitacoradelmiedo.wordpress.com/2013/11/21/la-habitacion-712-del-parador-duques-de-cardona-barcelona/

Misterios en la Peninsula Iberica (Tordesillas, "El caso del niño agredido por un OVNI" [III])

En los dos años siguientes, Martín fue sometido a catorce intervenciones de extrema gravedad, que han dejado, tanto la cabeza como el cuerpo del muchacho, innumerables cicatrices y costuras, todas ellas aparejadas de secuelas irreparables. Cabe mencionar que se le tuvieron que implantar diversas válvulas artificiales para realizar las funciones vitales, que no podía realizar con normalidad. Tras estas intervenciones, Martín era mandado a casa con la ilusión de acabar por siempre con la pesadilla, pero, a los pocos días, regresaba al hospital en un estado más que lamentable.
Poco a poco comenzó a normalizarse la quebrantada salud del muchachuelo. Volvió a su colegio, a sus juegos, su rutina... Nada parecía haber cambiado, pero, realmente, Martín ya no era el mismo. Siempre había sido un estudiante normal, que sacaba adelante las asignaturas como podía, teniendo mayor dificultad en las matemáticas. Eso había cambiado. Increíblemente, Martín Rodríguez adquirió una capacidad de retención memorística y una gran habilidad para las relaciones lógicas muy superior a la que siempre había demostrado. Comenzó a interesarse por el dibujo, la poesía, la escultura y las matemáticas. Sus profesores don José Luis, don Tertuliano y don Anselmo no podían creer lo que ocurría; la transformación que el niño estaba experimentando era del todo inexplicable. Unos veían una explicación en la radiación que pudo haber recibido el día del su encuentro con aquel artilugio misterioso, que hubo de producir en su cerebro el desarrollo de unas facultades que tenía aletargadas, mientras otros explicaban el fenómeno diciendo que, después de haberse estado a punto de morir, sin tener en cuenta la edad, las cosas no se ven como antes y la vida recobra todo el interés.

 fuente: http://www.gibralfaro.uma.es/leyendas/pag_1564.htm

Misterios en la Peninsula Iberica (Tordesillas, "El caso del niño agredido por un OVNI" [II])

En esos instantes algo impovisto ocurre. El sonido que emite la nave se intensifica como si estuviera cogiendo potencia. De repente, de las entrañas del "objeto" mana un potente haz de luz que impacta de lleno en el abdomen de Martín. Martín se retuerce, le quema, le abrasa. Comienza a sudar, su tez se torna amarillenta, se debilita tanto que apenas oye los gritos de Fernando, su amigo, que presencia la brutal agresión inmovilizado por el miedo. El rayo se sigue cebando con el pequeño, al punto que parece cuestión de minutos que acabe con su vida. Con las pupilas dilatadas y un aspecto cetrino, el niño se desploma. La irradiación se corta y el extraño objeto termina de elevarse hasta perderse en el negro firmamento. Atrás ha dejado una escena dantesca: Martín, inconsciente en el suelo, y Fernando, muerto de miedo
Pocos minutos despues Fernando reacciona y ve en busca de ayuda al barrio. Algunos vecinos acuden con el niño para recatar a Fernando lo cogen en brazos y lo llevan a su caso, Antonio, padre de Fernando estana poniendo azulejos y cuando ve el cuerpo inerte de su hijo se teme lo peor...
Fernando, aún conmocionado por el hecho, le explica al padre de Martin lo sucedido. En un principio cree que solo una fantasia del niño, y que en realidad es una travesura de ambos. Poco a poco va entendiendo que aquel estado en el que se encuentra su hijo no es normal... Hay algo más
Antonio decide acudir con su amigo Eloy en busca de indicios y que de un sentio a lo ocurrido. Entran en el corral y ven una señal que comienza a dar credibilidad al relato de Fernando. En el suelo, ueden percibir un trozo de tierra abrasada con una extraña forma triangular. Ambos recogen muestras de esa tierra. Con ellas se diriguen a un amigo de ambos, que era minero, Olegario García, para que se entrege en un laboratorio para su analisis.
El resultado es "anormal", los restos de la tierra contenian azufre, era evidente que algo había ocurrido en ese corral.
Martin fue tratado por los medicos de Tordesillas, que viendose incapaces de encontrar los motivos de su continuo malestar en los días siguientes, deciden ingresarlo en el Hospital de Onesimo Redondo en Valladolid.



Misterios en la Peninsula Iberica (Tordesillas, "El caso del niño agredido por un OVNI" [I])

Tordesillas es un municipio de la provincia de Valladolid, situado 28 Km al suroeste de la capital. Está situado a 704 m de altura sobre el nivel del mar y tiene 9.213 habitantes. Ostenta los títulos de Muy ilustre, antigua, coronada, leal y nobilísima villa. Hoy en dia es más famosa por su fiesta salvaje, donde un tori es lanceado por una treintena de personas, "muy valientes"


Leyenda

Era el 1 de Octubre de 1977. Martín Rodríguez regresa del colegio con una única idea rondándole la cabeza: salir a jugar con sus amigos. Tan pronto como llega a su humilde casa, en la c/ Valencia, deja la cartera, recoge una rebanada de pan con crema de cacao y sale corriendo. Una vez más, la tarde es suya. Los niños se entretienen jugando al "bote de la malla", una versión del juego del escondite muy practicado en la España rural. Sin problemas, sin compromisos y sin más preocupaciones que buscar un buen escondrijo, los chavales pasan las horas muertas entre carcajadas, carreras y sudores. Nada altera la feliz existencia de los chiquillos

Martín y su amigo Fernando corren como posesos en busca de un lugar donde no les puedan encontrar. Poco a poco se van alejando de la barriada de San Vicente, y van a parar a un vetusto corral abandonado situado en la cuneta de la nacional 122. Los niños indecisos dan vueltas al viejo edificio buscando el lugar más adecuado para esconderse. Entre juegos y zarandajas comienzan a lanzar piedras sobre el derruido tejado del pajar. Una de ellas cae por uno de los agujeros y produce un sonido nunca antes escuchado por ellos. Un estruendo metálico rompe el silencio del lugar. Los pequeños se miran. No pueden resistir la curiosidad.

Los niños comienzan a ver una misteriosa luz que irradia esa parte del corral. Alzan la cabeza y preséncian lo más increíble que sus pequeños o inocentes ojos jamás vieron. Una enorme lágrima lumínica de aspecto metalizado apoyada en tres anchas patas, similares a vigas, se posaba a tan sólo unos metros de ellos. Aquella especie de nave desprende luces de diversos colores que, en medio de aquel desangelado corral, proporciona una escena poco menos que increíble. Fernando se asusta. Martín en cambio se queda fascinado.

Aquello, fuera lo que fuese, debía tener cerca de tres metros de altura por dos de ancho. Emitía un sonido similar al de un avión cuando está en tierra presto para despegar. El extraño objeto con forma de pera les recordaba a los caporiotes que llevan los fieles en las procesiones de Semana Santa.