lunes, 12 de febrero de 2018

Los primeros "animales exóticos" (8 Aneddotas de Barcelona) [II]

En 1370 el rey Pere el Cerimoniós regaló a su esposa, Elionor de Sicília, una residencia de verano, el Palacio Real Menor, muy próximo a la plaza del Rei, donde se hallaba su domicilio oficial. Según documentos del archivo de la Corona de Aragón, el jardín de la primera vivienda de la pareja estaba repleto de animales exóticos -leones, ciervos, guepardos, avestruces, escorpiones, faisanes, halcones, peces y plantas procedentes de otros hábitats- que fueron trasladados al palacio con el que Pere el Cerimoniós quiso obsequiar a su mujer, del que hoy todavía se conserva la capilla en la calle Ataülf. Los salvajes gustos del soberano de la Corona de Aragón eran habituales entre la realeza de la Edad Media, aunque lo suyo no era tan solo un capricho: su amor por los animales lo llevó a descontar parte del sueldo de los altos funcionarios para destinarlo a pagar la manutención de las fieras. Esto ocurrió después de que en 1391 se destruyera el Call y, con ello, los judíos dejaran de abonar un impuesto que se creó para costear la comida y el cuidado de la fauna salvaje residente en la ciudad.

 http://www.lavanguardia.com/local/barcelona/20161020/411125850457/anecdotario-de-barcelona-roser-messa-pep-brocal.html

El pozo de los sacrificios (8 Aneddotas de Barcelona) [I]

Cuenta la leyenda que en el mismo lugar donde se ubica la iglesia gótica Sants Màrtirs Just i Pastor había un templo pagano dedicado al dios persa Mitra, cuya representación más conocida es la de un joven sacrificando a un toro. Una matanza que nada tiene que ver con el sacrificio que llevaban a cabo los devotos de aquella religión, siempre hombres, que asistían al templo: en lugar de toros, aniquilaban cristianos, cuyos cadáveres eran arrojados al llamado pozo de los Sacrificios, ubicado en la plaza de Sant Just. A raíz del descubrimiento de antiguos conductos subterráneos, empezaron las elucubraciones que aseguran que aquellos túneles fueron utilizados por los familiares de las víctimas para rescatar los cuerpos de los sacrificados y que convirtieron aquellas antiguas cloacas en catacumbas, donde se celebraban misas y se enterraba a los muertos.

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