jueves, 8 de septiembre de 2016

Historia de Catalunya (el "Franquismo")

El franquismo (1939-1975) supuso en Catalunya, como en el resto de España, la anulación de las libertades democráticas, la prohibición y persecución de los partidos políticos (salvo Falange Española Tradicionalista y de las JONS), la clausura de la prensa no adscrita a la dictadura militar y la eliminación de las entidades de izquierdas. Además, se suprimieron el Estatut d'Autonomía y las instituciones de él derivadas, y se persiguió con sistematicidad la lengua y la cultura catalanas, sobre todo en la administración, en los medios de comunicación, en la escuela, en la universidad, en la señalización pública y en general en toda manifestación pública. Los vencidos fueron desvertebrados. A los numerosos muertos durante la guerra hay que sumar los que fueron fusilados tras la victoria franquista, como el propio presidente Lluís Companys; muchos otros, obligados al exilio, no volverían a su país; gran número de los que no huyeron fueron encarcelados; y muchos más fueron "depurados" e inhabilitados para ocupar cargos públicos o ejercer determinadas profesiones, lo que les dejó en pésima situación económica en una época ya dura de por sí. Un pequeño sector de anarquistas y comunistas intentó librar una guerra de guerrillas en unidades conocidas como maquis. Su acción más destacada fue la invasión del Vall d'Arán.
Tras la primera etapa de economía autárquica, en la década de los años 1960 la economía entró en una etapa de modernización agrícola, de incremento de la industria y recibió el impacto del turismo de masas. Catalunya fue también una de las metas del movimiento migratorio, que dio a Barcelona y a las localidades de su entorno un crecimiento acelerado. También se desarrolló fuertemente la oposición antifranquista, cuyas manifestaciones más visibles en el movimiento obrero fueron Comisiones Obreras, desde el sindicalismo, y el PSUC.
En la década de los años 1970, el conjunto de fuerzas democráticas se unificaron alrededor de la Asamblea de Catalunya. El 20 de noviembre de 1975 falleció el dictador Franco, hecho que abriría un nuevo período en la historia de Cataluña.

Historia de Catalunya (Los Decretos de Nueva Planta)

Los "Decretos de Nueva Planta" son un conjunto de decretos promulgados entre 1707 y 1716, por el rey Felipe V de Borbón, vencedor de la "Guerra de Sucesión Española", por los cuales quedaron abolidas las leyes e instituciones propias del Reino de Valencia y del Reino de Aragón el 29 de junio de 1707, del Reino de Mallorca el 15 de noviembre de 1715 y del Principat de Catalunya el 16 de enero de 1716, todos ellos integrantes de la Corona de Aragón que se habían decantado por el archiduque Carlos, poniendo fin así a la estructura compuesta de la Monarquía Hispánica de los Austrias. La Nueva Planta también fue aplicada a la organización jurídica y administrativa de la Corona de Castilla. Formalmente, los Decretos eran una serie de Reales Cédulas por las que se establecía la "nueva planta" de las Reales Audiencias de los estados de la Corona de Aragón y a la Corona de Castilla.
En resumen, como resultado de los decretos, los antiguos reinos de la Corona de Aragón perdieron sus instituciones político-administrativas aunque, salvo Valencia, mantuvieron su derecho privado propio. No fueron una adaptación total a las leyes de Castilla, ya que, además, mantuvieron un régimen tributario diferente al castellano, y Catalunya siguió gozando de la exención de quintas. Se implantó el absolutismo. Las cortes de los distintos territorios fueron disueltas y se concedió a algunas poblaciones el derecho de asistir a las cortes castellanas, reconvertidas ya en cortes comunes a toda España, salvo Navarra, que mantuvo sus cortes reales hasta 1841. En 1709 asistieron a las Cortes representantes de Aragón y Valencia, y a las de 1724 también asistieron representantes de Catalunya. Se modificaron los mecanismos de elección de los gobiernos municipales adaptándolos a las normas de Castilla. Los municipios importantes pasaron a ser regidos por un corregidor, y los cabildos locales por un regidor, que en Aragón pasaron a ser hereditarios, por lo que, a finales del siglo XVIII casi todos los cargos estaban ocupados por miembros de la nobleza. Los batlles locales, que ayudaban a los regidores, eran nombrados cada año por la Audiencia.

Literatura Catalana (Miquel Anton Martí i Cortada)

Fue un escritor durante el periodo de la Renaixença (Barcelona finales del siglo XVIII- 17 de diciembre de 1864). Fue autor de poemas exclusivamente en catalán, muchos de ellos inéditos.

En 1838 firmante mediante el seudónimo "Un Taber" y secundado por Joan Cortada publicó en el "Guardia Nacional" una carta en prosa y un romance titulado "Surgite muerte, Verite ad judicium", en defensa del uso público de la lengua catalana, y en 1839 fue uno de los autores con Luis Bordás y Joan Cortada del diccionario llamado quintilingüe (catalán, castellano, latín, francés, italiano) en tres volúmenes (1839) (2ªedició; Barcelona, A.Brusi, 1842-1848).

En 1815 fue uno de los fundadores de la Sociedad Filosófica y también fue miembro de la "Real Academia de Buenas Letras" (1844) donde dio a conocer la versión del primer canto de la "Jerusalén liberada", de Tasso (1845).
No fue concursante en los Jocs Florals celebrados durante la etapa de la "Renaixença", pero ayudó a su mantenimiento en 1862

Literatura Catalana (Antonio Ribot i Fontseré)

Nacio en Vic (Barcelona) en 1813 - Madrid, 1871. Fue un político y escritor catalan. Después de estudiar medicina colaboró en publicaciones progresistas como "El Vapor", "El Propagador de la libertad" y "El Constitucional", así como en el periódico "El Fandango".
Debido a sus convicciones políticas (catalanistas) fue deportado junto a otros políticos a Cuba a los 24 años. Cuatro años después regresó a España, donde comenzó a compaginar política y escritura. En su papel político fue diputado de las Cortes Constituyentes de 1854-1856 por Barcelona.

Literatura Catalana (Venceslau Ayguals d'Izco [II])

La segunda parte de María, la hija de un jornalero, "La marquesa de Bellaflor o El niño de la Inclusa" (1847-1848), transcurre durante la Regencia del general Espartero, a quien critica, y donde retrata a María ya casada y consagrada hacer buenas obras mientras un noble intriga para seducirla y hundir su matrimonio y otros la calumnian. Escribió, además, "Los pobres de Madrid", "Justicia divina", "Los verdugos de la humanidad", "Pobres y ricos" (o "La bruja de Madrid") (1849) y "El palacio de los crímenes"; estas novelas por entregas constan de numerosos volúmenes.Cultivó también la novela histórica con "Ernestina" (1848), sobre la invasión de Sicilia por Enrique de Suabia en 1194 y la novela documental, con obras como "El tigre del Maestrazgo" (1846-1849) sobre el militar carlista Ramón Cabrera, obra que irritó a los carlistas de modo que Rafael González de la Cruz escribir otra como refutación, "El vengador y la sombra de Cabrera: refutación del Tigre del Maestrazgo", o sea de grumete en general, historia -novela de D. Wenceslao Ayguals de Izco (Madrid, 1849).Como dramaturgo se le deben algunas comedias costumbristas, como "Lisonja para todos" (1833), comedias convencionales tales como "Amor duende", juguetes cómicas como ·"Los dos rivales", la tragedia clásica: "El primer crimen de Nerón" (1839), el drama "Los negros" y el poema filosófico "El derecho y la Fuerza" (1866).También escribió un diccionario biográfico e histórico, "El panteón universal" y tradujo entre otras obras, varias novelas y las "Cartas del Viaje a España y Marruecos" de Alejandro Dumas, "El judío errante" y otras novelas importantes de Eugène Sue y la novela antiesclavista de Harriet Beecher Stowe "La cabaña del tío Tom", o "Vida de los negros en el sur de los Estados Unidos" (1852); tradujo también "Lujo y miseria" de Ann S. Stephens entre otras obras y autores. Es considerado uno de los escritores de mayor contenido social del siglo XIX.

Literatura Catalana (Venceslau Ayguals d'Izco [I])

Nacio en Vinaròs (Castellon), 1801 - Madrid, 17 de enero de 1873. Fue un escritor en castellano y editor valenciano. Dedicado al comercio, fue comandante en la Milicia Nacional de la primera guerra carlista y diputado a Cortes (1836, 1839, 1840 y 1843) por Castellón. El año 1840 fue deportado a las Islas Baleares por sus ideas extremistas, pero poco después fue nombrado alcalde de su ciudad natal; Vinaròs. Hay ordenó la construcción del Teatro, del que posteriormente fue director (hoy en día ya no existe este teatro). Sin embargo, el actual Auditorio Municipal de Vinaròs lleva su nombre. En 1843 fundó su propia editorial: La Sociedad Literaria, que editó las colecciones "El novelista universal" y "Biblioteca Universal" a precios económicos, para que accedieran a la cultura las clases más desfavorecidas. Esta empresa publicó, por ejemplo, seis volúmenes de novelas de Voltaire entre 1845 y 1846, traducidas por Eladio de Gironella con el seudónimo de "El Doncel", y en 1853 reimprimió el Teatro Crítico Universal del padre Benito Jerónimo Feijoo.Colaboró ​​en algunos periódicos y fundó, con su amigo Juan Martínez Villergas, publicaciones festivas como "La Risa" (1844) y "El Dómine Lucas" (1844 a 1845, 27 números), y otros como "La Guindilla" (1842 ), "El Fandango" (1844-1846, 24 números) y "La Linterna Mágica" (1849).
Escribió una serie de novelas por fascículos de marcado carácter anticlerical y compromiso social. La más conocida y exitosa fue "María, la hija de un jornalero" (1845), de la que se hicieron numerosas reimpresiones y fue traducida, entre otros idiomas, al francés por el mismo Eugène Sue, que era amigo suyo. Describe los sufrimientos de María, hija de un obrero en paro y acosada por un clérigo lujurioso, fray Patricio, y un noble, el Barón de Lago, que intentan seducirla con calumnias y presiones económicas. Al final logra casarse con Luis, hijo de familia rica. Ayguals predica la igualdad de oportunidades, la justicia social e igualitaria, la libertad de prensa y la separación entre Iglesia y Estado. Esta obra introdujo el folleto en España, género literario de consumo publicado por entregas en periódicos o fascículos y dirigida a un público proletario que sabía apenas leer y no podía pagar libros encuadernados. Los temas de esta literatura precipitada y entregada en pequeñas entregas eran históricos, obreristas, sexuales o una mezcla de todo ello