miércoles, 13 de abril de 2016

Presidents de la Generalitat (Jaume Cordelles i Oms)

Jaume Cordelles i Oms, nace en Barcelona 1559 - Muere en Barcelona  1604. Fue prior comendatario de Sant Pere del Mont (Barcelona) y canónigo de Barcelona. Fué nombrado President de la Generalitat de Catalunya el 22 de julio de 1599. Doctor en derecho civil y canónico.Durante su trienio estuvo muy enfermo de gota y con frecuencia tenía que ser llevado en cama al Palau de la Generalitat. Coincide su mandato con las Corts de Barcelona (1599), y posteriormente hubo una cierta prisa por disponer de las Constituciones de esta Corte para evitar que se repitiera la situación de manipulación que había habido en las anteriores de Monzón.Tuvo una posición de buena relación con Felipe II, lo que llevó a enfrentarse con el diputado militar Joan de Vilanova y Tragó. El virrey de Catalunya, Lorenzo Suárez de Figueroa y Córdoba, duque de Feria, que había mantenido una actitud favorable a la Diputacio durante su mandato, endureció sus posiciones y acabó deteniendo al diputado militar, lo que provocó fuertes disturbios y tensiones, hasta el punto que el rey tuvo que destituir al virrey y nombrar en su lugar el arzobispo de Tarragona, Joan Terès y Borrull.

Presidents de la Generalitat (Francesc Oliveres)

Francesc Oliveres, nacio en Girona ¿? - fallece ¿?. Fue canónigo de Girona. Fué nombrado President de la Generalitat de Catalunya en mayo de 1598 para sustituir, hasta final de trienio, a Francesc Oliver de Boteller que había muerto.
Había estado ligado a la administración local de la Generalitat de Cataluña con el oficio de diputado local desde 1578. Estaba insaculado como "oïdor" (
cuidaban de revisar las cuentas presentadas por los diputados y de inspeccionar el "llibre del manifiest) y diputado eclesiástico desde 1584

Presidents de la Generalitat (Miquel d'Agullana)

Miquel d'Agullana, nacido en Girona en 1549 y murió en 1596. Fue un arcediano, canónigo y 77º Presidente de la Generalitat de Catalunya.Fue arcediano de Empordà el 1578. Fue canónigo de Girona, donde sucedió a su tío Miquel d'Agullana, quien también fue el último abad comendatario de Sant Joan de les Abadesas, fallecido en 1581. Fue el primer canónigo a hacer el juramento por el cargo según los nuevos preceptos del Concilio de Trento, el 21 de julio de 1578. Junto con su hermano Jaume d'Agullana, arcediano de Girona (1572-1617), y siguiendo los pasos iniciados por su tío Miguel d'Agullana fueron protectores de los jesuitas y fundadores del Colegio de la Compañía de Jesús en Girona (1585), situado en la iglesia de Sant Martí Sacosta, al lado del Palau dels AgullanaEl año de su muerte, firmó las capitulaciones para la construcción del retablo de la capilla de los Sants Doctors en la catedral de Girona, obra del escultor Joan Mirlo. Su hermano y albacea, el arcediano mayor de la Seu de Girona Jaume d'Agullana, continuará el encargo.Fue nombrado President de la Generalitat de Catalunya el 22 de julio de 1593. En aquel trienio Onofre d'Alentorn y d'Oms fue el diputado militar y Francesc Bonet el diputado real.

Leyendas sobre las flores (La Rosa de Jericó)

La rosa de Jericó, se conoce también con el nombre de "flor de la Resurrección", pues se le atribuye la propiedad de morir y volver después a la vida. Su origen tiene una hermosa leyenda.
Se dice que en aquellos días en que José y María huyeron de Belén con el Niño Jesús, para salvarle de la degollación de los inocentes, ordenada por el rey Herodes, la Sagrada Familia atravesó las llanuras de Jericó Cuando la Virgen bajó del asno que montaba, esta florecilla brotó a sus pies, para saludar al Salvador, a quien María llebava en brazos.
Durante la vida del Salvador en la tierra, la rosa de Jericó siguió floreciendo, pero cuando expiró en la Cruz, todas estas rosas se secaron y murieron al mismo tiempo que Él. Sin embargo, tres días después, Cristo resucitó, y las rosas de Jericó volvieron a la vida, brotando y floreciendo sobre la llanura, como señal de la alegría de la tierra por la resurrección de Jesús.



Leyendas sobre las flores (La Anémora)

Existía en antiguos tiempos la Ninfa de las Flores, cuyo nombre era Cloris y a su jardín solía acudir el Espíritu del Viento de Occidente, Céfiro, enamorado de ella. Vivían en el jardín de la Ninfa de las Flores otras muchas hermosas ninfas, y, entre ellas, una jovencita llamada Anémona. Un día Céfiro, demostrando poca afición por Cloris, comenzó a cortejar a la gentil Anémona. Celosa e irritada aquélla, arrojó a Anémona de su jardín, para que pereciera en los bosques salvajes. Afortunadamente cruzó un día por ellos Céfiro, y viendo a la pobre Anémona moribunda, la convirtió en la blanca y graciosa flor que crece al pie de los árboles cuando florece la primavera.

Leyendas sobre las flores (El Crisantemo)

En la Selva Negra (Alemania) vivía un campesino llamado Hermann. La víspera de Navidad, cuando regresaba a su casa, encontró a un niño pequeñito tendido sobre la nieve. Lo tomó en brazos y lo condujo al modesto hogar donde le aguardaban su esposa e hijos, quienes, compadeciéndose del pobre niño, compartieron alegremente con él la humilde cena que tenían preparada para aquella festividad.
El pequeño forastero permaneció toda la noche en la cabaña, y a la mañana siguiente, después de revelar que era el Niño Jesús, desapareció. Cuando volvió a pasar Hermann por el lugar donde había encontrado al Niño, vio que habían nacido entre la nieve unas flores hermosísimas. Cogiendo un buen puñado de ellas las llevó a su esposa, quien les dio el nombre de crisantemos, esto es, flores de Cristo, o más propiamente, "flores de oro". Y en lo sucesivo, toda Noche Buena, en memoria del pequeño visitante. Hermann y los suyos daban a algún niño pobre parte de la cena.

Leyendas sobre las flores (El Aciano)

La reina Luisa de Prusia fué una hermosa dama, de gran valor El emperador Napoleón el Grande invadió su país y se apoderó de él, oprimiendo al pueblo, pero la reina luchó valientemente contra el invasor.
Sin embargo, al fin, el enemigo tomó la capital (Berlín), y la reina, que tras muchas penalidades, pudo escapar con sus hijos, fue a esconderse en un campo cubierto de acianos. Los niños, asustados, empezaron a llorar, Entonces la reina Luisa, temiendo que alguien les oyera y les descubriera, cogió algunas de aquellas florecitas azules y haciendo con ellas coronas y ramas para los pequeños príncipes, logró distraerles de su pena.
Uno de ellos se llamaba Guillermo, y algunos años después derrotó al sobrino de Napoleón. Proclamado primer emperador de Alemania, tomó como símbolo el aciano.