miércoles, 7 de septiembre de 2016

Literatura Catalana (Pere Mata i Fontanet [II])

Cerradas aquellas Cortes, en las que había ocupado el puesto de secretario, volvió a dedicarse a la literatura. Entre sus escritos de entonces se cuentan: Historia de la Música, El panorama español y un considerable número de artículos políticos. En 1843 desempeñó con el Ministerio de Joaquín María López el cargo de oficial primero de Gobernación y redactó el plan de estudios médicos de 1 de octubre de aquel año; poco después dimitió de ese puesto para encargarse de la cátedra de Medicina Legal y Toxicología, que tan gran renombre había de darle y que inauguró con un brillantísimo discurso. En adelante se consagró totalmente a la ciencia, dando a luz su magistral obra sobre su asignatura, así como un Manual de Mnemotecnia; la Sinopsis filosófica de la Química; el Examen crítico de la homeopatía y dos novelas: Las Amazonas y Abelardo y Eloísa. Por esta última los obispos anatematizaron a los lectores de El Clamor, donde se publicaba, confundiendo la novela del doctor Mata con las Cartas de los célebres amantes.

Triunfante la revolución de 1854, Mata volvió a la vida política, pero se retiró al poco tiempo. Dio en el Ateneo de Madrid algunas lecciones de Frenología que atrajeron numeroso concurso; en 1856 publicó una novela titulada Trabucaires del Pirineo; la tercera edición de su Medicina legal y las novelas Los moros del Rif, Las vísperas sicilianas y La monja enterrada en vida. Más tarde (1859) imprimió un libro titulado Filosofía médico-española, donde se halla reunida la famosa polémica que sostuvo en la Real Academia de Medicina contra los partidarios de Hipócrates, y en 1861 otra novela titulada Los mártires de Siria. En 1862 escribió un Curso de lengua universal dedicado a la lengua artificial creada años antes por Bonifacio Sotos Ochando. Desde 1863 figuró de nuevo en la política, pero sin desatender sus estudios predilectos, puesto que por entonces publicaba su segundo curso sobre La razón humana, refundía su Medicina legal y daba a la estampa su Compendio de Psicología, La experimentación fisiológica como prueba pericial en los casos de envenenamiento y el Criterio médico-psicológico para el diagnóstico diferencial de la pasión y la locura.

Después de los sucesos de junio de 1866, la policía ejerció sobre él constante vigilancia, siendo Mata objeto de los más violentos ataques por parte de la prensa ultramontana y neocatólica, que le tachó de ateo, materialista y corruptor de la juventud. Al ocurrir la revolución de 1868, formaba parte de la redacción de El Universal e influyó activamente en aquellos sucesos, después de los cuales fue elegido diputado por Reus. Luego participó en la comisión constitucional encargada de redactar el Código fundamental de 1869. Adicto a la monarquía de Saboya, fue nombrado decano de la Facultad de Medicina, gobernador de Madrid, senador y ministro del Tribunal de Cuentas. Sucesos posteriores y una larga enfermedad le alejaron definitivamente de la política, pero su actividad incansable y su necesidad de un trabajo asiduo le impidieron dejar sus estudios, ni aun cuando la parálisis impedía que la pluma expresase su pensamiento. Largo tiempo vivió completamente imposibilitado. Sus restos recibieron sepultura en el cementerio de la Patriarcal. Una colección de sus poesías lleva el título de Fotografías íntimas (Madrid, 1874).
Mata fue el propulsor de la organización del cuerpo médico-forense (13 de mayo de 1862) y gracias a él se presentó y aprobó la ley del Registro civil (17 de junio de 1870).

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