domingo, 11 de octubre de 2015

Leyendas en la Peninsula Iberica (La leyenda de "La Güestia" [I])

Esta leyenda proviene de localizaciones españolas, donde la vegetación cubria grandes tramos de los caminos, a veces se cruzaba o se escuchaba a la Güestia, que era  una marcha o cortejo de almas en pena, fantasmas vestidos con sudarios blancos que usan huesos encendidos a modo de cirios para alumbrarse.

Esta procesión vaga por los caminos y a su paso se escucha lamentos, campanillas y loas fúnebres. Antiguamente la gente decía que por las noches un fantasma vagaba por las calles de Luanco y lo llamaron La Güeste o Güestia, por este motivo nadie salía por las noches ya que la oscuridad era completa debido a que no había iluminación.
Había un lugar que se llamaba "el campo de los desmayos" debido a unos Sauces llorones gigantes, también un cementerio que asustaba y mantenía alejada a la gente en las noches. Se rumoreaba que los espíritus entre ellos la Güestia también conocida como "la Santa Compañía" entre otros alias, aparecían ahí cuando la noche caía.
Las personas que se cruzan con este ente son golpeadas con un palo o reciben una bofetada como una advertencia, esto se considera de buena suerte porque de otro modo el que tenga la mala suerte de toparse con ella puede recibir presagios fúnebres, otros solo la ven pasar y normalmente no quieren hacer saber que están presentes.
Se dice que los únicos que pueden observar esta procesión son los que han sido bautizados con los santos oleos o los que van a recibir alguno de sus oscuros presagios, cuando ocurre esto último uno mismo se ve como parte de esta procesión en otras palabras se le a anunciado su muerte.
 
También la Güestia visita a las personas enfermas y/o moribundas, cuando eso ocurre hay todo un ritual que sucede en la casa del visitado. Toda la compañía rodea la casa del moribundo en tres rondas ejerciendo rezos y canticos, al término de la última vuelta el moribundo muere apareciendo su imagen en un féretro etéreo que cuatro de las almas en pena cargan y estaba vacío. A continuación la Güestia gime y todo se apaga, el grupo desaparece volviendo al cementerio o a la iglesia donde comenzó su marcha. Cuando vuelven al cementerio las puertas de el se abren y se cierran solas, los perros guardianes aúllan por el muerto y se escucha como si alguien tocara las campanas claro que no se ve a nadie.

No hay comentarios:

Publicar un comentario