Durante este periodo de traslados y
cortas estadías en varias penitenciarias, Olson conoce al asesino de
niños de British Columbia, Gary Francis Marcoux, quien estaba preso por
violar y asesinar brutalmente a una joven. Olson solía hablar con
Francis sobre el sadismo con el que mataba a niños. Sus encuentros con
Marcoux le sirvieron para traicionarlo, exponiendo cartas y dibujos de
Francis que dieron a las autoridades las evidencias necesarias para
condenar a Marcoux. Olson obtuvo lo que quería: las autoridades
reconocieron su ayuda, por lo que recibió recomendaciones para salir
bajo palabra de prisión, pero también ganó algo más que no era bueno ni
para él ni para la sociedad: un marcado apetito por la pornografía
infantil…
Tras ser liberado en 1978, Olson partió
de British Columbia para pasar una temporada en las "Marítimas". Durante
ese tiempo era buscado por las autoridades por cargos de pornografía
infantil, pero jamás fue arrestado por ello debido a que Olson ya estaba
de vuelta en la prisión de British Columbia por otros cargos, en esta
ocasión era por violación.
La ola de sangre inició el 17 de
noviembre de 1980 con la desaparición de Christine Weller, una niña de
12 años que vivía en Surrey. Esto no llamó mucho la atención de la
Policía, sin embargo un mes después encontraron su cadáver, que mostraba
cómo la niña había sido atacada sexualmente para después ser mutilada.
Es a partir del mes de abril cuando la
Policía empezó a recibir varios reportes de niños y jóvenes
desaparecidos, uno de los primeros en encabezar la lista fue Darren
Johnsrude de 16 años, quien había llegado hace solamente dos días a
Vancouver, pero su destino era desaparecer en un centro comercial. El
cuerpo de Darren fue encontrado en mayo, con el cráneo partido.
Collen Daignault, una tímida niña de 13 años, también desapareció de forma similar cuando Olson la raptó sin testigos.
Exactamente dos semanas después Sandra
Wolfsteiner de 16 años desapareció mientras hacía autostop en los
suburbios de Langley, Olson llevó a Sandra al lago Chilliwack y tras
violarla le quitó la vida con un golpe en la cabeza.
En aquellos años, era muy común que los jóvenes hicieran autostop y por
ello los reportes que la Policía recibía sobre adolescentes extraviados
no eran tomados con la respectiva seriedad. Además no contaban con
efectivos suficientes, durante el periodo en el que actuó Olson, se
reportaron 2.000 desapariciones y 18.000 denuncias por distintos
crímenes, demasiado para los tan solo 200 agentes de la Policía Montada
que se disponían en el cuerpo.
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